Soy Elizabeth Lahey y vivo en Beacon Hills, un pueblo chico del estado de California, lugar en el que no habitan lobos hace 60 años, porque aquí tenemos otras cosas, algunos los llaman licantropos, otros criaturas de la luna, yo... prefiero llamarlo...
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Un sonido por parte de mi oído derecho me hace sobresaltar y termino por despertarme, de mala gana veo quién es la persona que tiene el coraje de llamarme a estas horas y... como creí, precisamente era Stiles, uno de mis dos mejores amigos.
Él suele ser algo molestoso, pero en fin, ha sido mi mejor amigo junto a Scott desde que tengo memoria así que intento tener paciencia, no digo que lo logre, solo lo intento.
—¿Qué quieres Stiles? Habla ya, espero que sea importante.
—Es importante, es MUY importante, te quiero en la casa de Scott en 5 ¡ya!
Luego cortó.
Me vale verga. "lo muy importante"
¡Yo quiero dormir...!
... ... ... ...
¡Pinche intriga!
Me levanté rápidamente, me puse unos vaqueros negros, una sudadera grande y mis vans.
Luego de salir de mi casa en el mayor silencio posible, sin que ni mi padre, ni mi hermano escucharan, agarre mi bicicleta y me fui.
No tardé mucho en llegar a la casa de Scott, vi inmediatamente el jee viejo de Stiles estacionado afuera.
—¡BETH!— Stiles saltó del techo de su jeep asustándome
¿Recuerdan lo que dije antes?
—¡STILES! ¡Eres un tonto! ¡me asusté! ¡y JAMÁS vuelvas a llamarme Beth! —comencé a darle pequeños golpes mientras le gritaba, pero fui interrumpida por Scott, de la nada salió de su casa con un bate de béisbol.
¿Está loco o que le pasa?
—¡STILES! ¡Lizzi! ¡DIOS! ¿Que hacen?— gritó Scott asustado
—¡Bueno! ¡no contestabas mis llamadas..! Scott... ¿Tienes un bate?— preguntó Stiles mirando a Scott como si estuviera totalmente loco.
—Pensé que eran depredadores— dijo Scott.
Dios, ¿Es en serio?
—¿Depre...? Okay, es tarde... si, pero tienen que oír esto, mi padre ha salido, le han llamado de la comisaria, han ido todos los polis de beacon, incluso agentes estatales.
—¿Para qué?— dijimos con Scott al unísono
—Han encontrado un cuerpo en el bosque— Dijo Stiles... ¿entusiasmado? Dios, ¿no se da cuenta de la gravedad de esta situación? Alguien ha muerto.
—¿Un cuerpo muerto?— preguntó Scott, si... creo que hoy no es su día de pensar.
—No, un cuerpo flotante, ¡Claro idiota, un muerto!— dije como si fuera obvio y Stiles dio una señal con sus cejas señalando que yo estaba en lo cierto.
