Soy Elizabeth Lahey y vivo en Beacon Hills, un pueblo chico del estado de California, lugar en el que no habitan lobos hace 60 años, porque aquí tenemos otras cosas, algunos los llaman licantropos, otros criaturas de la luna, yo... prefiero llamarlo...
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—No puedo creer lo que hiciste—dije caminando apresuradamente mientras Jackson me seguía
—Me conviene estar bien con ese tipo, además dijo que no le haría daño a Scott
Dejé de caminar y me dí la vuelta para mirarlo.
—Le dijiste de Scott, el te quiso ayudar, quiso que estuvieras bien, Scott solo intenta hacer lo mejor para todos siempre, ¡Eres un egoísta que solo piensa en si mismo! ¡Eres de lo peor! ¿¡Como rayos pudiste hacer eso!? ¿¡Que acaso no piensas!?
—DEJA DE GRITARME, deja de querer cambiarme, soy un egoísta, soy así desde antes de haberte conocido y lo seguiré siendo, ¿Que creíste? ¿Que cambiaría por ti? ¿Para que me aceptes y me quieras? ADIVINA QUE, SIGO SIENDO EL MISMO, me da igual lo que haga Scott, me da igual todo, soy así, si quiero algo lo obtengo, así de sencillo, deja de creerte tan importante.
—¿Creerme tan importante? ¿¡A que te refieres con eso!?
—Crees que eres lo suficientemente buena y que yo siento tanto aprecio por ti que crees que puedes crear un cambio conmigo, pues no, no eres tan importante para mi como piensas, como te dije, deja de creerte tan importante, que no lo eres.
—No lo entiendes, no quiero cambiarte, solo quiero sacar el lado bueno de ti, se que hay uno desde el principio... me entristece no ser tan importante para ti, me siento una estúpida ya que... tu si lo eres para mi.
Me limpié una lágrima y me dí la vuelta para irme.
—Lo siento—dejé de caminar en cuanto lo escuché—Yo... lo siento, no... no sé como comportarme contigo, es la primera vez que siento algo así de fuerte por alguien, pero juro que te quiero...—me dí la vuelta y lo miré, el se veía nervioso y preocupado, se pasó una mano por su pelo—No quise decirles, te juro que no, solo... yo... tenía miedo, Lizzi, Scott... yo... Argent... Ellos estaban armados, tenían...
—Callate, solo... callate.
—Perdoname... porfavor
—Les dijiste a las personas que quieren matar a mi mejor amigo... les dijiste... ¡Agh, Jackson! ¿¡Como quieres que te perdo...!?
No pude terminar de gritarle, Jackson me besó, sus dos manos estaban atrapando mi cara, sin dejarme escapatoria, quería alejarme de el, pero no podía, era como si mis manos y pies no respondieran, porque en realidad si quería ese beso, más que nada.
—Te quiero—susurró cuando nos alejamos
—También yo.
Sonrió y tomó mi mano.
De pronto el celular de Jackson comenzó a sonar.
—Contesta—dije cruzandome de brazos, el asintió y contestó la llamada
—¿Que pasa, Stiles?—fruncí el ceño al escuchar el nombre de mi amigo—¿Que? ¿Ella que? ¿Lydia? Si, voy ahora.
