EN LAS ALAS DE LA MUERTE, Libro 2

CAPITULO 13. Determinación

Perdón a todos los que ha estado esperando a que suba un nuevo capi, pero es que me eh quedado sin computadora y aparte de eso me caso en Diciembre, por lo que solo tengo 15 minutos al día para escribir cuando tengo suerte, asi que estaré subiendo capis pequeños.

Mil perdones por darles a cucharaditas la historia pero en cuanto solucione donde voy a escribir les prometo subir ma sseguido 

Dedico este capitulo a Chinitas por seguirla tan de cerca esta historia

No se olviden de comentar y votar, la mayoria de las veces la inspiracion viene de querer complacer a los que lo hacen 

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Kate

Caminé sin rumbo confundida por las sensaciones que me causaban los dos machos que quedaron atrás, además de que cuando Damián nos interrumpió Zab me confesaba que nunca había tenido contacto alguno con ningún ser viviente a menos que lo quisiera vuelto piedra.

Tal vez el hecho de que me pudiera tocar a mí era algún tipo de señal para que permaneciera a su lado, sin embargo mi corazón gritaba el nombre de Damián a cada segundo y si no luchara contra el deseo de tenerlo cerca a cada minuto, estaría pegada a él sin remedio.

Definitivamente el hecho de no haber tenido ninguna relación en mi vida humana me estaba pasando factura, porque mis hormonas se alborotaban con solo su presencia, el graznar de un cuervo me sacó de mis pensamientos y le estuve agradecida, ya que estaba profundizando en terreno peligroso. Observe como el ave graznaba nuevamente antes de irse con una parvada.

-          ¿Kate? – escuche una voz femenina a mi espalda

No tenía que girarme para saber que esa voz procedía de Rose, pese a que ahora sonaba más harmoniosa y cantarina  que antes.

-          Eh visto como Damián discutía con Zab porque no le dejo seguirte

-          Es porque le eh pedido que se lo impidiera -  dije sin girarme

-          Damián se fue muy enojado rumbo al castillo en cuanto le dije que yo hablaría contigo

Nos quedamos por unos minutos disfrutando del silencio de la noche, tiempo que me sirvió para reacomodar más que mis ideas, mis sentimientos…

-          ¿Sabes por qué nos asustamos cuando tocaste a Zab? -  pregunto Rose en un susurro – Porque Zab convierte en piedra a todo aquel que entre en contacto directo con él – continuó sin dejarme responder -  pensé por un minuto que Damián era… -  se detuvo de pronto, la escuche quitarse algo de su ropa y removerse nerviosa.

-          Damián no es nada -  dije furiosa suponiendo cualquier cosa que iba a decir – ninguno de ellos es para mí Rose, cada paso que estoy dando, lo estoy dando solo por aquellos que me necesitan, mis padres… o más bien los que creía mis padres están cautivos junto con mi verdadera madre, nuestro pueblo está sufriendo bajo la tortura sin misericordia de Adaz Assur y no puedo o mejor dicho, no tengo cabeza para pensar en los sentimientos de ese par, realmente las cosas han pasado con tanta rapidez que no me eh dado cuenta de lo extraordinario e imposible de todo esto, yo soy un hada, Damián es un no muerto al igual que tú y todos los que han luchado son demonio traídos del infierno entre otras cosas, incluso mi abuela es un elfo, todo lo conocía a través de mis libros y películas es una realidad alterna a lo que conocía como tal, de hecho no sé si estoy dormida por lo que eh intentando pellizcarme varias veces al día para despertar, lo único que recuerdo en medio de nebulosas es tu boda, después de ahí todo se va al traste como el viaje de Alicia en el País de las maravillas -  caminé en círculos en un vaivén para quitarme un poco del stress que me carcomía – siempre eh tenido todo bajo mi control, mis estudios, mi vida y mi trabajo.- Me gire para ver a una Rose que bajo toda su belleza se mostraba peligrosa, como una pantera -  incluso tú has cambiado y has dejado de ser mi amiga para convertirte en una guerrera.