CAPÍTULO 7 "UN GRITO DE AUXILIO"

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ISABELLA: ¡¿Que te sucede!? ¿porque me trajiste aquí? -le grité preocupada al no entender el porque de haberme traído aquí.
MADRE: Hay Isabella, Isabella, Isabella, ¿creías que podías liberarte de mi? ¿creías que iba a dejar que te largaras y buscaras ser feliz mientras yo me quedaba a sufrir? pues fíjate, que ¡NO! -en ese momento me pateó fuertemente como si tuviera una rabia inmensa contra mi.

ISABELLA: ¡Aaaa! -Me retorcí y baje la mirada, pero no lo suficiente como para no darme cuenta que mi madre sacaba unos trapos de su bolsa.
ISABELLA: ¿Para que es eso? - pregunté aún mas preocupada, agarrándome el estomago adolorida.
MADRE: Ya pronto lo veras -sonrió al mismo tiempo que comenzaba a llover-. 

Mientras que temía por mi vida, los chicos regresaban felices del concierto menos uno.

ANDREAS: Wow, ¡fue fantástico! ¡estuvo padrísimo el concierto!
CHICOS: ¡Si fabuloso!
BILL: Si fabuloso. Voy a descansar -contesté algo serio. 

Los chicos no quisieron molestarme y decidieron irse para poder festejar su triunfo que habían tenido en el concierto. Así que decidieron mejor dejarme solo para que pudiera descansar.

GEORGE: Oigan esperen le mandaré un mensaje a Bill de que si nos quiere acompañar que lo haga.                                                                                                                                                                                     TOM: Esta bien.                                                                                                                                                                  CHICOS: Si está bien.

En ese instante el celular sonó en el bolsillo de mi chamarra. No tenía cabeza para contestar. En estos momentos me encontraba ya toda golpeada y sangrando por la boca que lo que menos podía hacer era contestar un mensaje.

MADRE: ¿QUE ES LO QUE SUENA? -escupí en el piso algo de sangre y con la misma me digne a responder.
ISABELLA: Nada -mi madre no me creyó. ya que se acercó a mi y comenzó a registrarme por todas partes hasta que encontró el celular de Bill.
MADRE: Wow, que bonito celular -sonrió al ver lo moderno y lindo que era el celular-. muy lujoso. ¿de dónde te lo robaste? ¡RESPONDE! -me gritó y  jaló del cabello para que pudiera responderle, y después de ver que no lo haría me soltó finalmente haciéndome caer al suelo de nuevo. 

Me volví a tomar del estómago al mismo tiempo que escupía sangre y tosía. No respondí nada. Puso el celular cerca de su bolsa y volvió a tomarme del brazo alzándome para poder agitarme y cuestionarme por dicho celular.

MADRE: ¡¿DÓNDE LO SACASTE!? ¡Dime!
ISABELLA: ¡Déjame ir por favor!, quedatelo pero déjame ir -le imploré mientras comenzaba a llorar.
Me cacheteó haciéndome caer de nuevo al suelo.

Mientras que Isabella sufría mas, Bill vivía muchas emociones en su cuarto.

BILL: ¿Se habrá ido? ¿que hice mal? ¡hay porque! -golpeé la cama-. Bill cálmate, piensa que quizá sigue despidiéndose. ¡Hay no sé! la llamaré -tomé otro celular que tenía y le marqué. Me preocupaba que no llamara. Ya era tarde y si bien pudiera estar despidiéndose eso a mi no me constaba ya que no había recibido ningún mensaje de ella que me avisará que estaba bien y que se había retrasado.

Sonó. El celular comenzó a sonar y eso fastidió aún más a mi madre quien intentó colgar aquella llamada que me daba ganas de responder y pedir ayuda a todo pulmón. 

*CONVERSACIÓN TELEFÓNICA*

MADRE: ¿Creías que saldrías de esto? ¡no lo creo! -esta vez pateó más fuerte-. que mal que tus amiguitas no están aquí para salvarte -me paré rápidamente de la cama sin dejar de escuchar aquello que me había hecho helar el cuerpo entero-. vete despidiendo de este mundo Isabella -escuchándose el cargador de una pistola.

ISABELLA: ¡Crees que vale la pena matarme con una pistola! -llorando. 
Bill: ¡NO, NO!
MADRE: Tienes razón, mejor te tiro del puente. Corre levántate.
ISABELLA: ¡AUXILIO! ¡AUXILIO POR FAVOR QUE ALGUIEN ME SALVE!
Tomé mi chamarra y salí corriendo al rescate de Isabella.

**Pensamiento de Bill**
Tenia miedo, y sentía que era el fin, ¡pero tenia que salvarla! no me importaba nada mas ¡que salvarla! solo esperaba no llegar tarde. 

La Llegada del Primer AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora