Prólogo.

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-Hey, despierta, mocosa.

-Déjame en paz.

-Tienes que irte, es tarde. Mañana es tu primer día.

-He dicho que me dejes.

Sentí de golpe un montón de agua helada chocar contra mi cara y torso. Me levanté fugazmente del sofá, tallándome el rostro; vi una sombra subir corriendo las escaleras y dejando caer un balde de plástico. Desorientada, le seguí corriendo hasta la puerta del baño.

-¡Abre la maldita puerta, imbécil! - grité, golpeando lo más fuerte que mi energía me permitía en ese momento.

-No, hasta que se te pase lo cabreada. -oí del otro lado. -Relájate y saldré.

-Estoy calmada, coño. Ya sabes cómo soy.

La "sombra" abrió la puerta lentamente, sacando la cabeza y volteando a ambos lados. Salió despacio, en las puntas de los pies.

-¡No vuelvas a hacer eso nunca más si tanto valoras tu vida, mierda! -Salté y le golpeé lo más duro posible con un cojín.

-¡Joder, Kimhyun, cálmate! -Se protegía con sus brazos, riendo a más no poder. -Estás demasiado ebria. Mañana tienes que ir a la escuela y no tienes nada preparado. Has estado toda la tarde bebiendo con Sohyun y Hoseok, ellos se han ido, pero tú sigues aquí de mongoloide.

-Cállate la boca. - Protesté de mala gana.

-Gracias, si no me dices me hubiera callado las rodillas. - dijo y rió el estúpido de mi hermano, sin más.

Levanté el dedo del medio en su dirección mientras bajaba nuevamente a la sala. Miré el balde de plástico con el que Yoongi me había tirado el agua helada y lo pateé, cansada. Volteé a ver al sofá: empapado. Pero era agua, al fin y al cabo. Observé el reloj, que marcaba las 12:27 am.

-Joder... cómo se han podido ir tan temprano aquellos bastardos. - Bufé.

Tomé un paquete de galletas del refrigerador y me las acabé enseguida. Qué hambre tenía.

Me dirigí a las escaleras de mala gana, subí para ir al baño y darme una larga ducha de agua fría. Yoongi tenía razón, mañana era mi primer día de clases y no tenía ni la mente, ni las ganas listas.
Salí del baño con la toalla enrollada en el cuerpo. Caminé a la habitación y me puse la pijama, desenredé mi cabello y lo dejé así, sin más.

-¿Has acabado ya? - escuché, proviniendo de la litera.

-Muérete ya. Debería ser yo la que te joda siempre, si el mayor eres tú. Eres un completo inmaduro.

-La edad no define la madurez. - Sonrió. - Sólo tienes 19 años, no te jodo, sólo te cuido. Eres una niña todavía, deberías agradecerme.

-Has mojado el sofá favorito de papá. Si queda mancha, espero que todo su enojo caiga en ti cuando regrese.

-Nada que no se pueda arreglar en dos semanas. No te preocupes por mí.

-No me preocupo, te estoy deseando lo peor. - le sonreí.

-Anda ya a dormir. - Señaló con el pie para que subiera a la cama, en la parte superior de la litera. -Te espera un gran día mañana.

Caminé y me senté en su colchón. Después de mirar a la nada por un rato, me recosté junto a él, abrazándolo y viéndolo a la cara.

-¿Extrañas a mamá? - solté, agotada.

-Quítate, tu cabello está empapado aún. - Evitó.

Me levanté y subí a mi parte de la litera. Perdí la mirada hacia el techo, veía las calcomanías fosforescentes de estrellas y planetas que había pegado tiempo atrás. Miré a la ventana. Yoongi apagó la luz. La luz de la luna iluminaba la habitación entera. Cogí mi celular, conecté mis audífonos, mientras buscaba una canción para dormir.

-La extraño todos los días, desde que se fue. -Escuché.

Sonreí levemente. - Hasta mañana, hermano.

-Hasta mañana, hermana.

Empecé a escuchar música y cerré los ojos.

*****



que es bastante poco, pero al fin y al cabo es un prólogo. Todo lo bueno está incoming.
Gracias por leer.
Keeks out.

»Butterfly« [Park Jimin; BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora