Ethan va y viene de un lado para otro de la sala. Espera a que el cerrajero termine su trabajo, mientras Payton está encerrada en una de las habitaciones, debido a que no tiene ropa seca. Incluso él está con el pantalón húmedo puesto, pero al menos puede andar sin camisa sin ser tan observado.
El hombre ya entrado en años toca la puerta antes de entrar.
–Ya está joven –sonríe levemente–. Tome las llaves del auto.
Ethan las toma y saca su cartera, le paga la cantidad que acordaron cuando el señor llegó.
–Muchas gracias por venir.
–De nada –el hombre guarda su dinero en el bolsillo de su pantalón–. Disculpe si me entrometo, pero leí en el auto "recién casados" ¿es su luna de miel?
–Sí, primer día de casados.
–Bueno gócelo, el primer año siempre es el más duro en un matrimonio, pero vale la pena, sobre todo cuando se está con la persona indicada.
Él sonríe levemente.
–Se lo agradezco de parte mía y de mi esposa, que no está presentable por el momento.
–No agradezca, disfruten su luna de miel.
Y sin más el hombre sale, cerrando la puerta tras de sí. Ethan suspira.
Al menos ya tendré ropa seca.
–¿Ya se ha ido? –pregunta Payton desde la segunda planta.
–Sí, ya puedes bajar si quieres. Traeré la ropa.
Al salir puede sentir el frío invadir su cuerpo. Había dejado de llover, pero la brisa le congela cada parte del cuerpo, sobre todo porque su pantalón sigue húmedo y no tiene una camisa puesta.
Saca las llaves del bolsillo de su pantalón y abre la cajuela, toma dos maletas y las carga hasta la casa, después vuelve por el resto. Cuando entra a la casa con la última maleta, Payton está en la sala, hincada frente a una enorme maleta buscando ropa.
–Creo que he olvidado mi suéter favorito –sonríe con tristeza.
–Lo lamento.
–Ya, no hay nada qué hacer.
–¿Por qué no vas a bañarte? Seguro hay agua caliente.
–Miré en la habitación principal, hay un jacuzzi –sus mejillas se ponen rojas de inmediato, Ethan entiende–. Y si quieres... bueno si gustas... p-podemos bañarnos... juntos.
No. Ni pensarlo.
–Traigo algo de shampoo y jabón... y realmente me gustaría –sus mejillas aumentan de color y el resto de su cara comienza a imitar el color de ellas–, que te bañaras conmigo, sólo si quieres.
Ethan siente un retortijón en el estomago, no quiere. Realmente no quiere.
Sonríe levemente, aunque su sonrisa es tensa. Se acerca a ella, no puede hacer más que acariciar su cabeza y decir:
–Tal vez deberías ir y darte una ducha rápida, para que podamos ir a hacer las compras de la semana y al centro comercial, como dijiste y tal vez consigas otro suéter al que puedas llamar tu segundo suéter favorito.
Payton sonríe, aunque su sonrisa no llega a sus ojos.
–Sí, tal vez es lo mejor –se pone de pie con la ropa que ha escogido en las manos–. Hay un baño aquí abajo, dúchate en ese, yo iré al que está arriba. Obsesión
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Payton
RomanceLas personas que se casan son felices, sobre todo cuando el amor los consume como las llamas a una fogata. Payton Tyler se ha casado con el amor de su vida. Él tiene ojos verdes y se llama Ethan Sanderson. La primera vez que lo vio quedó hipnotizada...