Mil Y Un Consejos De Jane

capitulo veintitres

Los examenes había comenzado. Pase toda la semana estudiando y afortunadamente esto dio frutos. Terminé la prueba antes que todos. Estaba demasiado fácil e incluso el profesor estaba asombrado. Tenía una hora exactamente para mi próximo examen, decidí ir a la biblioteca para estudiar para la siguiente prueba. Llegué y ni siquiera la bibliotecaria se encontraba allí lo cual agradecí pues en estos momentos lo único que quería era estar sola y pensar todo lo que había sucedido, mi mente estaba hecha un lío, no sé en que debo creer. Mi teléfono comenzo a vibrar, un mensaje.

De: acosador.
"Hola"

"Hola". Contesté.

" No se supone que debería estar en una prueba"

"Lo terminé ya asi que tengo un tiempo libre"

"Oh genial"

"¿Porque lo hiciste?"

"¿Que cosa?"

"La cita"

"Oh eso, pues quería hacer felíz a la persona que más me importante en este mundo"

"Jajaja que gracioso"

"No miento Jane"

"Claro que mientes, robaste mi diario, te volviste un acosador ¿Como quieres que te crea?"

"No lo sé, simplemente quiero que me creas y ya"

"Estás loco"

"Loco, pero por tí"

"Si cla...." deje de escribir cuando sentí un movimiento debajo de mí y vi como los estantes se movieron."

"¿Sentiste eso?"

"Si"

"¿Dondé estas?"

"Estoy ....." ya no pude escribir más pues el suelo comenzó a sacudirse demasiado fuerte.

-TERREMOTO- gritaron desde afuera.

"Jane maldición ¿donde estas?" leí e intente salir, pero no podía ni dar una paso, estaba muy asustada. Oía gritos y veía como todos corrían o al menos eso intentaban, quise salir del lugar, pero las puertas estaban atoradas. Divisé una mesa y me pareció lo mas sensato refugiarme allí. Creí que mi fin había llegado solo escondí mi rostro y deseé que esto fuera un sueño nada más. Espere y espere hasta que por fin todo se calmó, volví a intentar abrir la puerta, pero no lo logré. Se me ocurrió pedie ayuda a Veronica, Alejandro o a Acosador, pero ao revisar no había señal. Golpeé la puerta tratando desatorarla cuando todo volvío a sacudirse. Lloraba a mares. Me coloqué en posición fetal rogando que esto acabará, comencé a sentir como que me iba, me desmaye, pero antes de hacerlo lo ví o al menos eso creo.