wishes [cancelada]

o c h o: estudios y más desconcentración

Al día siguiente, por la tarde, Louis apareció en casa de Harry. Tenía el ceño fruncido, las manos en los bolsillos y la vista en el suelo, donde su pie se movía inquietamente. Harry abrió la puerta y rápidamente lo tiró del brazo dentro se la casa, cerrando la puerta con rapidez.

—¡Dios, qué frío hace afuera! —chilló. Louis miró hacia él con una pequeña sonrisa y Harry lo atrajo en un abrazo. La nariz fría de Louis contra su cuello lo hizo temblar ligeramente, pero no se alejó—. ¿Qué andas haciendo por aquí? —preguntó mientras se adentraban hacia la sala y Louis se sentaba en el sofá.

—Mañana hay examen de matemáticas —fue lo que dijo, y Harry comprendió por qué traía su mochila. Sonrió, asintiendo.

—¿Quieres que estudiemos juntos? —él preguntó. Louis rodó los ojos con obviedad, pero aún así asintió.

Louis no entendía literalmente para nada el tema cuando Harry comenzó a anotar ejercicios. Tuvo que explicarle todo, pero no se queja. El castaño logró comprender, memorizar y resolver ejercicios. A la mitad de su "clase", Harry decidió preparar chocolate caliente y Louis no se quejó, pero se sintió realizado cuando notó que podía pasar el examen sin problemas. El sentimiento de orgullo fue tan grande que se abalanzó sobre Harry, tirándolo al suelo y riendo en el abrazo.

—¡Entiendo matemáticas! —chilló.

—¡Yaaay! —Harry gritó junto a él.

Un par de horas más tarde, llegó Anne, envuelta en varios abrigos Sus manos enguantadas, su cabello cubierto por un gorro y una enorme bufanda que sólo dejaba a la vista sus ojos. Se deshizo de todo ello en cuanto entró en la cálida casa y Louis también le contó a ella su logro. Ella les mostró la caja que traía en manos, eran cupcakes de su panadería, y ese fue su festejo.

Parece que Louis no puede hacer todo bien. Resulta que cuando finalmente pasaba sus exámenes y le iba bien con sus calificaciones, en su deporte favorito comenzaba a fallar.

Otra vez, Harry estaba acompañándole desde las gradas, pero esta vez mirando su teléfono y riendo hacia él. El entrenador le llamó cuando falló su quinta oportunidad de un gol.

Hizo sonar el silbato y dio la orden de practicar pases. Llamó a Louis y se alejó un poco de la multitud, ante la mirada de Harry desde las tribunas.

—Tomlinson, ¿Qué es lo que pasa? Estás fallando últimamente. ¿Hay algún problema?

Louis suspiró.

—No lo sé. Realmente no sé qué está mal, solo... ¡No puedo! —bufó, cubriéndose la cara con frustración.

El hombre frunció el ceño y con un suspiro, dijo lo que Louis venía temiendo de esta charla.

—Louis, sabes que si vas mal yo... tú tendrás que estar en... ya sabes, la banca. No podemos arriesgar los partidos a esta altura.

Él levantó rápidamente la cabeza, negando con rapidez.

—¡No, no! ¡Le juro que lo haré mejor! Sólo es algo pasajero, lo juro. Ya volveré a jugar como antes... ¡No me ponga en la banca! —se quejó en un chillido.

—Louis, Louis —intentó calmarlo, colocando sus manos en los hombros del más bajo—. Sólo necesito que mejores. Si hay algo pasando en tu vida, resuelvelo. Si necesitas tiempo para eso, te lo tomas, sabes que siempre estará tu lugar en el equipo. Sólo te necesito jugando bien y disfrutando el juego —hizo una pausa, para luego seguir—. ¿Qué tal su te retiras ahora y vuelves mañana? Puedes no venir ésta semana, de todas formas, no hay partidos hasta antes de las vacaciones. Tienes más de una semana, y si no puedes, después de las vacaciones. ¿Sí?