Amor Enredado :El Precio De La Belleza( Rebeca Zenteno)

Capitulo 8

La foto no tiene que ver ..pero es para alguien ...❤️❤️

Lauren

Yo caminaba de vuelta a la casa, preguntándome por qué demonios no había decidido mandarlo todo al carajo y quedarme con Shawn y con Camila. No sólo habría sido interesante ver lo lejos que llegarían con su pequeña farsa, sino que la idea de echarle un vistazo al cuerpo desnudo de Camila... bueno... era suficiente para hacer que me apretaran los pantalones. Por lo que a mí me concernía, aún podía apreciar una mujer hermosa sin tocarla.
No como mi padre.
Suspirando, entré en la casa y subí a la habitación de invitados a comprobar cómo estaba Keana. Estaba oscura y vacía.
Joder.
Salí y empecé a buscarla por la casa lo más silenciosamente que pude para no despertar a George, a Gretchen, o a mis padres. Cuando finalmente llegué a la biblioteca, me paré en seco. Keana estaba sentada en el sofá, vistiendo una ligera bata rosa y bebiendo una copa de champán con Mike. Tan pronto como él me vio, Mike se puso de pie y se colocó tras el sofá."

"Forcé una sonrisa. "¿Qué está pasando aquí?"
"¿Qué te parece que está pasando?" preguntó Keana, un pequeño brillo en sus ojos.
Mike sonrió y le dio una palmadita al cojín del sofá. "Hija, siéntate."
"No, gracias. Veo que tu migraña ha desaparecido."
"Sí, tras mi baño. Fui a buscarte y me encontré con tu padre," dijo Keana, pasándose una mano por su pelo mojado. "Hemos estado charlando."
"¿Ah, sí?" pregunté.
Mike se aclaró la garganta. "Sí. No hemos tenido mucha oportunidad de hablar aún. Así que decidimos tomarnos una rápida copa de champán para celebrar vuestra futura boda y hablar de ti."

"Oh. ¿Te ha contado mi padre sobre mi infancia?" pregunté, sabiendo bien que él no estuvo mucho alrededor como para saber mucho de ella. Y tampoco le importaba, ya que yo no era su favorita y él era un capullo.
"No, pero hemos hablado sobre actuar, en realidad," dijo Keana. "Tu padre parece pensar que yo podría tener una futura carrera en Hollywood."
Miré a Mike, quien asintió. "Sí, ella ha expresado interés en ello y le he dicho que yo podría ayudarla."
Me giré de nuevo hacia Keana. "¿Y qué pasa con lo de ser modelo?"
Ella se encogió de hombros. "Puedo hacer ambas cosas."
"Ya te estás quejando de lo ocupada que estás. No veo cómo podrías hacer las dos cosas," dije.
"Escucha," dijo Mike, mirando su reloj. "Creo que me voy a ir a la cama para que vosotros podáis discutir esto en privado. Se está haciendo tarde."
Crucé mis brazos sobre el pecho. "Buena idea. Estoy seguro de que mamá se estará preguntando donde estás."
Me miró fijamente un momento y luego asintió.
"Buenas noches, Mr. Jauregui," dijo Keana, poniéndose de pie. Se acercó y le lanzó los brazos al cuello. "Muchas gracias por el consejo."
"Um, bien, sí," dijo él, dándole palmaditas en la espalda.
"Buenas noches, Mike," dije mientras ella le soltaba y él empezaba a caminar hacia la puerta.
Se giró e hizo una pausa en la puerta. "Buenas noches, Lauren."
Miré hacia abajo y fruncí el ceño. "Deberías subirte la cremallera. Tienes la bragueta abierta."
Los ojos de Mike se dispararon hacia Keana y la culpabilidad en su cara fue suficiente como para enviarme a prisión por homicidio. Sin embargo, sorprendentemente, mantuve la compostura. Yo quería romperle el jodido cuello, pero una mayor parte de mí quería creer que incluso él no podría caer tan bajo.
"¿Qué estabas haciendo con él aquí, Keana?" le pregunté después de que él se escabullera por la puerta.
Keana se puso de pie. "¿Qué quieres decir?" preguntó sin mirarme a los ojos.
Me acerqué a ella. "Su pantalón tenía la bragueta abierta y los dos parecíais sospechosos."

"Estás siendo ridículo," dijo Keana. "¿Honestamente crees que haría algo así? ¿En serio?"
No estaba segura de hasta qué extremos sería capaz de llegar por su carrera, pero estaba bastante segura de que ella sabía lo poderoso que era Mike en Hollywood.
"No lo sé. Realmente no lo sé," dije, acercándome a ella. "Pero si lo hubieras hecho..."
Ella dio un paso atrás y levantó la barbilla. "¿Qué? ¿Me pegarías?"
Sonreí friamente. "No, pero no me des ideas."
"Tus amenazas, Lauren, se están quedando viejas."
Suspiré con cansancio y me froté la frente. "Keana, no te he amenazado y, francamente, me estoy cansando de tus pequeñas correrías - primero tus acusaciones, luego las drogas, y ahora esta... cosa con Mike. Simplemente no te entiendo."
Ella se ajustó la bata y empezó a caminar hacia la puerta. "Piensa lo que quieras. Estoy cansada y me voy a la cama."