Capitulo 12

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Camila

"Ése es," asintió Shawn con expresión de aprobación en la cara. "Ese vestido es inmoral, es excesivo, y mola mogollón. De hecho, pienso que podría poner fin a matrimonios perfectamente estables."
Me giré hacia él y tiré de la parte delantera. "¿No crees que es demasiado revelador?"
Le echó un vistazo a mi prominente escote. "Oh, no... estarás vestida de más según la opinión de algunas personas en la fiesta de esta noche. Recuerda, habrá músicos, actores, y más cutres modelos anoréxicas."
Me miré en el espejo de esta pija y exclusiva tienda de modas llamada Dolce's. El vestido medio costaba mucho más de mil dólares y el vestido de raso rojo que llevaba puesto costaba tres veces ese precio. Sin embargo, tenía que admitir que me gustaba como abrazaba mi cuerpo y el modo en que mi pierna se asomaba por la abertura del lado."
"¿Estás seguro que quieres pagar tanto?" pregunté mirando otra vez la etiqueta.
Él se puso de pie y me puso el brazo alrededor. "Sí, cariño," me susurró en el oído. "Sólo te pido que me lo prestes algún día."
Mis cejas se alzaron.
Se puso las manos en las caderas. "No me mires así, Mila. Sabes que yo estaría genial con ese vestido."
"Estoy segura, pero... nunca pensé que tú..."
Él sonrió con picardía. "Oh, hay muchas cosas que tú no sabes, corazón."
Solté una risita. "Oh, eres salvaje y sucio, ¿verdad?"
Él soltó un rugido juguetón. "No tienes ni puñetera idea."

                                                  ***

"Compramos el vestido junto con un par de sexys zapatos de tacón negro y luego fuimos a comer a un acogedor restaurante junto a Huntington Beach.
"¿Qué piensas de mi familia por ahora?" preguntó Shawn tras terminarse un Panini de mantequilla de cacahuete y plátano.
"Bueno, tu madre es definitivamente anticuada y rígida en su trato," dije. "Por lo que puedo entender por qué no querrías decirle que eres gay."
Él se rió. "¿Te lo imaginas? Se encerraría en su habitación con un bote de Valium y no saldría nunca."

Me reí. "Definitivamente. ¿Y qué pasa con tu padre? Quiero decir, seguro que trabaja con mucha gente gay. Estoy segura que sería mucho más comprensivo."
Shawn suspiró. "Eso crees, ¿eh? La verdad es que le he oído despotricar de gays, minorías étnicas, y mujeres con pechos pequeños. Es un gilipollas total, y francamente me avergüenzo de estar emparentado con él."
"Eso está muy mal," dije.
"No sólo eso. Él ha engañado a mi madre más veces de las que puedo contar. Ella es una puritana y es muy molesta la mayoría del tiempo, pero ella no se merece que él le haga eso."
"He oído sobre eso," dije, tomando un último bocado de mi ensalada. "Es una lástima."
"¿Lauren te lo ha contado?"
Asentí y tomé un sorbo de Chardonnay. "Es una situación muy mala. ¿Por qué no le abandona?"

"Ésa es la pregunta, ¿verdad?" interrumpió una profunda voz detrás de mí.
"¿Qué? ¿Keana te ha dejado salir de tu jaula?" se rió Shawn.
Ella hizo una mueca. "No, se olvidó de cerrarla."
"Siéntate," dijo Shawn. "Únete a nosotros."
Lauren se sentó junto a mí. Cuando su pierna rozó la mía, mi piel se empezó a sentir como si estuviera en llamas.
"Gracias. He visto tu coche fuera mientras conducía de vuelta a la casa," dijo. "Espero no estar interrumpiendo nada."
"No, no te preocupes," dijo Shawn, sacando su teléfono, que estaba sonando. Lo miró y luego me miró a mí. "Es Troye. Por favor, perdonadme un momento. Voy a contestar fuera."

"Claro," dije.
La camarera llegó justo cuando Shawn se marchaba. Lauren  pidió una cerveza y una hamburguesa con queso y bacon y patatas fritas, y luego se movió para alejarse de mí.
"¿Qué? ¿Huelo mal?" bromeé.
Ella sonrió. "No. Simplemente no me fio de sentarme junto a ti."
Me sonrojé y tomé otro sorbo de vino.
"Oye," dijo, tocando mi mano. "Siento lo de esta mañana. Quiero decir... lo siento y no lo siento." (En español que no soy psicóloga)
Retiré mi mano de la suya. "Deberías estarlo. ¿Qué pasa con Keana?"
Se sentó hacia atrás y se frotó la barbilla. "Tienes razón, fue una mierda."
"Sí. Bueno, yo también lo siento mucho," dije, mirando por la ventana. "Debería haberte apartado de mí antes."
"Es difícil resistirse a mí," se rió.
Sacudí la cabeza y me reí. "Claro..."
"Ahora en serio," dijo, "hagamos como que nunca ha pasado."
Asentí. "Me parece bien."
"Camz, sólo quiero que sepas una cosa," dijo, mirándome a los ojos. "Normalmente no soy esa clase de persona."

Amor Enredado :El Precio De La Belleza( Rebeca Zenteno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora