Capitulo 11 - "Mi mente me esta matando."

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Debo confesar, que, estos últimos días empece a concentrarme en mis pensamientos, tal vez, mas de lo que debería. Ahora, mi mente empieza a pensar cosas estupidas, que, por un instante, me creo. Es gracioso, como mi propia mente me esta matando.
He estado pensando mucho... Hasta un punto de locura que no puedo entender. Hace unos días que estoy aquí, en el psiquiatra.
No recuerdo muy bien lo que paso ese día... Cuando Charles estaba tirado en el suelo, como si estuviera muerto, y mis padres estaban en peligro... Y no pude ayudarlos.
Me siento estupida y débil. Estoy cansado de jugar todo estos juegos...
Es demasiado.
Me tienen aquí, encerrada, en un cuarto totalmente pintado de color blanco, con una mesa con algunos papeles de datos. Creo que, me ha hechado a llorar unas dos veces cada vez que recuerdo a mis padres. No puedo saber que les paso... Ni si quiera yo se que me paso.
De repente, la puerta se abre lentamente, alejándome de mis pensamientos, y un señor asoma la cabeza. Pero, de repente, ya no es mas un señor. Es uno de ellos. Un demonio.
Doy un brinco y empiezo a llorar, y a gritarle que se aleje de mi. El demonio empieza a acercarse lentamente hacia mi, pero, doy la vuelta y salgo corriendo. Se que no tengo lugar a donde ir, es decir, estoy encerrada en una habitación... Me vuelvo rápidamente para visualizarlo, y caigo desprevenidamente sobre la mesa donde estaban los documentos, haciéndolos volar por todo el lugar.
Me incorporo, lentamente, dandole la cara a esa creatura... Algo me dice que respire profundamente... Que no hay nada que temer.
Esa voz, en mi cabeza, la única parte de mi cabeza que sigue estando cuerda... Respiro y cierro los ojos. Cuento hasta tres, y acto seguido, abro los ojos.
Ya no esta. Solo es un señor robusto y viejo, con una bata de laboratorio... Es todo.
-Señorita, ¿se encuentra bien? -Me pregunta, con temor en sus palabras.
Me río, y sinceramente, no puedo comprender por que lo hago. ¿Me he vuelto loca? No... No puede ser.
-¿Es en serio? -Respondo, tomando una posición seria. - ¿cree que estoy bien, después de haber pasado por una actividad paranormal de ese tipo?
Dejo que responda... Pero, se limita a mover la cabeza, en señal de negación.
-Déjeme decirle, señorita, que usted no ha empezado si quiera con todo esto. Creo que, no me he presentado... Soy el Psicólogo Andrew Dumbers.
Levanta la mano, para que yo lo salude, pero me limito a decir mi nombre.
-Victoria.
Baja la mano, y vuelve a tomar su carácter de doctor serio.
-Me he tomando el tiempo de investigar acerca de su caso... Créame, ahora toda la ciudad esta enterada sobre lo que esta pasando.
Sus palabras hicieron que me quedara paralizada por un momento. ¿Toda la ciudad? Mierda, vaya lío en que me metí...
-Señorita, creo que debería dejarla un momento a solas para que reflexione esto; se que es difícil, Victoria. Lo es, pero, si estas enfrentando esto, quiere decir que tu solo lo puedes pasar. Cada uno de nosotros tiene una fuerza interior, que es mas grande que la suma de nuestras partes. Algo que no puede fracasar... La esperanza. Ellos quieren quitártela, Victoria... Quieren destruirte. ¿En serio vas a dejar que lo hagan?
No obtuvo respuesta. Hizo una seña de afirmación con la cabeza, dando por hecho que lo había entendido, y salió.
Después de todo... Ahora sabia lo que era estar perdida. Perdida en mi mente, es decir... Mierda.
Me sacudí la bata blanca que traía puesta con las manos, y, acto seguido corrí hacía la puerta donde había salido Andrew. Grite varias veces su nombre, necesitaba hablar con alguien, no podía quedarme tantas palabras en la mente... Ya no quería hacerlo.
Nada. No recibía ninguna respuesta, y tampoco parecía que estuvieran haciendo caso a mis golpes. Me volví, y me senté en la silla que estaba a un lado de la mesa con la que hace un momento había tropezado. Necesitaba respuestas, algo que me dijera mas sobre este lugar... Entonces, me levante y empece a buscar entre las hojas y documentos tirados en el suelo. Eran documentos confidenciales sobre otros pacientes... Al parecer, habían tratado a personas con todo tipo de enfermedades, desde la ansiedad hasta la esquizofrenia.
Mientras buscaba entre los papeles, encontré un documento que hablaba acerca de la organización. Justo lo que necesitaba.
La organización P.P.P.P.M (Protección Para Personas con Problemas Mentales) es una organización internacional, respaldada por el gobierno. Nuestro objetivo es, ayudar a nuestros pacientes haciéndolos sacar todo lo que saben, y todo lo que están pasando, para así, de alguna manera, el paciente pueda desahogarse y saber que tratamiento debe recibir, (electro shock, pastillas, silla eléctrica, entre otros tratamientos confidenciales) ademas, de que puede brindarnos información para trasladarla al gobierno, y de esta manera, cooperar con información hacia estos...
Era todo lo que necesitaba saber. Están locos. ¿Electro shock? ¿Silla eléctrica? Mierda, esto no esta bien. ¿Como el gobierno puede permitir que se hagan este tipo de cosas? Claro, ¿que podía esperar del gobierno?
Este no es mi lugar... Piensan que estoy loca. Necesito salir de aquí.
Rápidamente me incorpore, y acto seguido, las luces de la habitación empezaron a parpadear, hasta que, de repente se apagaron totalmente.
No podía ver nada, estaba totalmente oscuro... Empece a caminar lentamente, entre la oscuridad, esperando no encontrarme con algún obstáculo que pudiera lastimarme, cuando de repente la puerta se abre. Era Andrew, podía ver el reflejo de la luz de la otra habitación mediante sus lentes.
Me escondí rápidamente debajo de la mesa.
-Victoria... Se que estas aquí. - Hizo una pausa, y una luz empezó a iluminar la habitación. Tenia una linterna. - No pudiste ir a ningún lado, Victoria... Ahora, sabes mas de lo que deberías y, eso no le gusto para nada al consejo...
Esa parte de mi cabeza, la parte cuerda, me dice que debo de correr hacia la puerta... Pero, otra parte me dice que debería matarlo y escapar. Mierda, estoy atrapada.
En una esquina, puedo ver un pie de la mesa roto. Estiro mi pie, tratando de alcanzarlo y lo acerco hasta mi. Puedo usarlo de arma para matarlo...
Su respiración es cada vez mas cercana... Puedo sentir su latido de su corazón ala vuelta de esta mesa... Me preparo para atacarlo, pues, en cualquier momento puede dar la vuelta y atacarme...
Tomo una bocanada de aire, y una luz blanca me nubla la vista. Me abalanzo y caigo sobre su espalda. Todavía no puedo ver bien, pero, puedo ver su cara borrosa en frente de mi. Sus manos toman mis brazos y empieza a rasguñarme. Ahogo un grito, y acto seguido le doy un golpe, y luego otro. Y, deja de luchar... Ya no se mueve. Rápidamente, me levanto y diviso la luz que entra por la puerta. Me dirigí hasta ahí, y salgo por la puerta. Mis ojos empiezan a acostumbrarse a la luz y la visión borrosa empieza a irse... Hay un largo pasillo, lleno de puertas a los lados. Corro rápidamente hasta el final del corredizo, pero, las luces empiezan a apagarse de nuevo.
Las voces empiezan a volver.
Victoria... Victoria...
-¡Que demonios quieres de mi! - Le grito, mientras las lagrimas caen de mis ojos.
Quiero algo que tu tienes... Tu alma, Victoria. No es tan difícil de entender, ¿cierto?
Antes de que pueda contestarle, Andrew dobla la esquina y da un brinco.
-¿Que demonios haces aquí? - Me pregunta, tartamudeando un poco.
Mierda, mierda, mierda. La persona que mate no era Andrew... Ni si quiera era una persona.

Welcome to darkness: La oscuridad es violenta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora