Capítulo III

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Había pasado exactamente un mes desde la ultima vez que vi a Niall en aquel bar, mi vida y rutina seguían prácticamente igual, vivía pendiente de las redes sociales a la espera de saber alguna noticia de él, sin embargo todo parecía estar muy calmado; solo se hablaba del hijo de Louis Tomlinson que venía en camino.

—¿Tú si crees que viajar a Mullingar resuelva tus problemas? —me pregunto Eve, recostándose en la silla del avión.

—Claramente no —me encogí de hombros— pero me ayudará a distraerme en otras cosas, en Londres me la paso todo el día esperando alguna noticia de Niall y hundiéndome en mi propia miseria.

Y no era mentira, estas vacaciones eran las más miserables que había tenido en mi vida, nunca pensé que una ruptura amorosa afectara absolutamente todos los factores de mi vida. Es más, había bajado algunos kilos y el medico me había advertido que de seguir así podía desarrollar una anemia.

—Buen punto, podrías aprovechar y conocer chicos nuevos, alguien que valga la pena —bebió un poco de agua— no como Derek, es que de solo recordarlo me da mucho coraje.

Con Derek todo había terminado fatal, después de aquella noche donde Niall lo había golpeado él juro hacerme pagar por eso. En más de una ocasión había ido hasta mi casa a reclamarme por eso, me exigió que le entregara hasta el último detalle que me había dado y no tuve ningún problema en tirarle por la ventana su peluche de felpa, su dije de Pandora y su ridículo reloj Tommy Hilfiguer.

—Es un idiota total, quién sabe cuál mujer caería en sus brazos por el dije de Pandora que me exigió.

[...]

—Allá está Caitlin —señaló Eve a mi madre, quien se encontraba con un letrero que decía nuestros nombres.

Caminamos hacia ella y me pude dar cuenta que no estaba sola, se encontraba con Nigel, mi sobrino.

—Estás muy bella cariño —me abrazo apenas estuve cerca de ella— te he extrañado bastante.

—Yo también mamá, estaba loca por verlos —le sonreí mirando como ahora abrazaba a mi prima.

—Más por mi, yo lo sé —sonrió orgulloso Nigel.

—Eso no lo dudes pequeño —lo alce en brazos mientras el me abrazaba.

El camino hacia casa fue un poco largo, mamá nos iba contando acerca del nuevo trabajo de mi hermana, la cual había hecho una sociedad con una tía y habían ampliado la pastelería de la última.

—Ustedes no saben la fama que tiene la pastelería en la ciudad, la mayoría del tiempo se encuentra llena, es una locura —mi madre dijo con orgullo mientras conducía— en estos momentos, están buscando a alguien para que les ayude, pero aún no les convence nadie.

—Yo podría ayudarles —mencione— quiero distraerme en algo y creo que eso sería lo indicado.

—Me parece una idea genial Leah, comunícate con tu hermana esta tarde y le avisas antes que contrate a alguien.

Apenas llegamos a casa, subimos nuestras maletas a mi habitación y comenzamos a arreglar la ropa en el armario. Nigel en ningún momento se separó de nosotras, solamente hablaba de sus nuevos juguetes y del nuevo novio de mi hermana, es decir, su mamá.

Algunas horas después Erin había llegado a casa para llevar algunos moldes que necesitaba en la pastelería, había aprovechado para pedirle trabajar con ella y había aceptado gustosa. Nuestra relación cómo hermanas siempre había sido demasiado buena, éramos como mejores amigas y solíamos contarnos todo, pero esa relación cambio un poco cuando yo me fui a vivir a Londres, sin embargo, nos seguíamos comunicando todos los días.

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⏰ Última actualización: May 31, 2019 ⏰

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