Megan.
- Quítate imbécil- empujo al estúpido e imbécil mesero para poderme parar del suelo pero como la suerte nunca está de mi lado, al momento de pararme piso la charola haciendome caer otra vez.
- Quítame las manos de encima animal- le grito pegándole en la cabeza con la charola al otro mesero que trata de ayudarme.
- Tendrá que pagar lo que ha roto señorita- me dice un hombre gigante que al parecer es el generente.
- ¡Ni que sirvieran bien! ¿Y ustedes qué madres me ven?!- le digo a toda la gente que se dedica a verme raro.
Agarro toda mi vergüenza y coraje para irme al Instituto sin que me vean más.
- Se que me veo horrible pero intenta disimular un poco por favor e intenta respirar porque no te daré respiración boca a boca- le digo a Dina en cuanto la veo en la entrada del edificio.
- He corrido del restaurante hasta aquí sin parar y hemos llegado al mismo tiempo- dice haciendo una mueca medio extraña.
- ¿Dónde están ellas?- le pregunto pero ella solo se encoge de hombros así que decido llamarle a Jenn para vernos arriba.
- ¡¿Por qué gritaron?! Se escuchó su grito hasta China- les grito enojada en cuanto llegan a la habitación.
- Te íbas a chocar con un mesero, ¿qué querías que hiciera?- me contesta Ashley enojada.
- Creo que es mejor irnos en lo que te bañas Megan- dice Dina evitando que empecemos a pelear entre nosotras.
Suspiro.
- Espera- la detiene Ash- me ibas a decir algo hace un rato Jenn, ¿qué sucede?
Volteamos las tres a verla y por la cara que hace me imagino lo que dirá.
- Conseguí las entradas para Maroon5- la interrumpo antes de que haga una tontería.
Dina y Ashley me miran sorprendidas mientras Jenn me ve confundida.
- ¿Qué haces?- mueve los labios sin que se den cuenta.
- Eres una perra suertuda, irás a ver a Adam Levine mientras yo muero aquí en el Instituto con tristeza y depresión- dice Ash fingiendo llorar.
- No querida, ¡iremos!- ambas gritan de emoción y corren a abrazarme.
- Demonios qué asco, quedé pegajosa y con olor- se separa Dina de mi.
- Nos vamos, necesitas ese baño- la apoya Ashley y salen de la habitación.
- ¿Por qué hiciste eso?- me pregunta Jenn en cuanto salen.
- ¿Invitarlas? No sé, tal vez soy una buena amiga.
- No dejaste que le dijera.
- ¿Que te ibas a besar con el supuesto amor de su vida?- le pregunto irónicamente.
- Tienes razón.
- Yo no diría nada, nadie sabe de eso y dudo que Axel se los cuente, pero como gustes- me meto al baño y le pongo seguro a la puerta para darme un largo baño con demasiado jabón.
- ¡Tengo hambre!- grita del otro lado de la puerta después de unos minutos.
- Vamos a comer- termino de vestirme y salgo a ponerme unos zapatos.
- Mi estómago grita comida y mi cerebro grita desmayo- me dice en cuanto llegamos a la cafetería.
- La única que grita comida eres tú- me río de ella.
- No me dejaron desayunar si recuerdas- voltea los ojos.
- No nos levantamos a las 10 de la mañana.
Vemos la fila para pedir la comida y es enorme, nunca habíamos venido a esta hora y ya recuerdo por qué, hay al rededor de 30 personas formadas.
- Yo no me voy a formar- le digo cuando se me queda viendo.
- Voy a pedir y tú ve por una mesa- se va para meterse entre los primeros de la fila y todos la ven mal.
Busco entre las mesas y veo que la nuestra está vacía, camino hacia ella pero antes de llegar una chica de primero se sienta.
Oh no, nadie me quita mi lugar.
- Adios- le digo cuando me siento y me mira sin entender.
- Mi mesa, mi silla, mi Instituto, todo mío- le grito y la chica sale corriendo asustada.
- No quiero saber qué hiciste pero la asustaste- llega Jenn con las charolas de comida.
- Sólo era una broma- me río pero parece que no le causa gracia.
- Me lavé más de tres veces el cabello y aún así sigo oliendo a naranja- le cambio el tema.
- Muero de hambre y tú oliendo a frutas como Lotso- se ríe Jenn.
- Molletes y panqué de nuez, más nutritiva nuestra comida no puede ser- le digo y sólo se encoge de hombros.
- Saben bien.
- ¿Por qué le vas a decir a Ashley lo de Axel?
- No es justo que no sepa, es mi amiga y le gusta el tipo con el que tuve un no beso- muerde su panqué con cierta angustia.
- No es necesario decirle, no pasó nada y si le dices sólo ganarás una pelea, sé que te gusta pero no es el momento de decirle a Ashley, lo conocemos hace poco y con el tiempo se tendrán que dar cuenta de tus sentimientos hacia él.
- Tienes razón.
- ¿Pero qué me dices de Dylan?- la miro pícaramente.
- ¿Quién es Dylan?
- Por Dios Jenn, llevamos tres años con él ¿y nada?- niega.
- Es de los mejores del equipo de Lacrosse, vino de intercambio hace 2 años, tiene 18, es alto, muy guapo y todo un playboy, dicen que es un desgraciado que juega con las chicas pero si lo llegas a conocer te das cuenta que es una persona muy amable y divertido- le doy un sorbo a mi capuchino.
- ¿Y tú como sabes eso?- me pregunta casi asustada por tanta información.
- Sólo te diré que aquél chico te está observando desde que entramos- señalo detras de ella.
- ¿Qué hago?- susurra nerviosa sin voltear.
- No soy doctora cupido, ¿qué voy a saber hacer yo en éstas situaciones?- le digo pero noto que el chico se para de su mesa.
- Te informo que viene Dylan hacia nosotras- le sonrío de la mejor manera posible.
- ¿Y qué le voy a decir?- se voltea y lo ve por un segundo- Por Dios Santo, el mesero me siguió.
- ¿Acaso estás loca? Te digo que el guapo Dylan viene y tú piensas en un mesero.
- Hola Meg- nos interrumpe el susodicho.
- Hola Dy- lo saludo en la mejilla y se queda viendo a Jenn.
- Yo ya me íba pero Jenn no, por cierto creo que te quería hablar desde hace un buen rato- le guiño el ojo a Jenn y esta se retuerce en el asiento.
Me quiere matar.
- Sólo quería preguntarte si luego podemos hablar, ya sabes, de la escuela y eso.
- De la escuela- se ríe entre dientes Jenn y le hago señas de que conteste.
- Claro que le encantaría- contesto por ella y me susurra un "te voy a matar" haciendo que el chico ría y ésta se ponga aún más roja.
Algún día me agradecerás esto, ya verás.
*Niall Horan como Dylan Rosell en multimedia.
¿Preparados para el siguiente capítulo?
-A&N💚
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El Chico De Los Ojos Verdes
JugendliteraturEllas son las típicas acosadoras guapas, inteligentes y mejores que el FBI y él no es el típico güero que se cree Dios encarnado, es nuevo en la ciudad, en el colegio y nuevo en la lista de ellas. ¿Pero qué es lo especial de él? Sus ojos, esos herm...