Tecnología Cero

3. Segunda parte

Mientras, en el Pentágono, se encontraba muy atareado Peter tomando notas al tiempo que hablaba por teléfono.

—Muy bien, les agradezco su interés, no cuelgue, voy a comunicarlo y se lo confirmo en unos minutos —dijo cogiendo la nota y saliendo a toda prisa de la sala para comunicarle la noticia al general, leyendo la nota mientras caminaba, cuando choca con el coronel.

»General, digo, coronel. Un proveedor militar, que se dedica también a localizar y servir suministros civiles, tiene localizada una sierra utilizada en la minería a cielo abierto. Se usa para serrar enormes bloques de roca de varias toneladas, como el mármol.

—¿Pero no es de metal? —pregunta el coronel, con extrañeza.

—Sí, por supuesto, está accionada por dos motores de varias toneladas, pero entre estos se coloca un cable, que es el que corta el bloque serrando. Este puede ser de materiales diversos y al menos uno no contiene material férrico. Los motores se pueden colocar a gran distancia de la nave, haciendo que el cable pase por encima de esta, que la cortaría sin problema pues, según dicen, no hay material que se le resista; además indican que realiza un corte limpio, con lo que conseguiríamos no destrozarla demasiado —responde este, emocionado.

—Puede ser lo que estamos buscando —añade el coronel contento.

—Tienen una en el estado de Florida, la máquina es cara pero dicen que también la alquilan, incluso que nos pueden alquilar también a personal de mantenimiento para instalarla. Tengo al teléfono al director técnico —le comenta Peter.

—Bien, dispón la operación para traerla lo antes posible, que sea alquilada y también trae a los instaladores. Ya voy yo a informar al general, gracias Peter —contesta el coronel, mientras empezaba a caminar para dirigirse a la sala de mando.

Una vez en la sala de mando y después de informarse ambos de las novedades, es decir, que probablemente la nave tenga comunicaciones con el exterior, tiene lugar el siguiente diálogo:

—A ver si tenemos suerte y empezamos a serrar ese aparato esta tarde. ¿Qué opina de esto? —le dice el general al director del FBI.

—Estoy intrigado como todos —contesta este.

De nuevo en el campamento de investigación...

—Comandante, no solo se detectan lo que parecen ser transmisiones desde la nave al exterior, sino también al contrario, lo que parece demostrar que la nave se comunica con alguien y otra cosa, empleando para ello un sistema similar a nuestro alfabeto Morse —le dice Lesa.

—¿Qué quiere decir? —contesta el comandante, intrigado.

—Pues que la transmisión parece muy primitiva, al parecer, se comunican con unos impulsos largos y cortos, en forma de onda corta y onda larga, como nosotros lo hacíamos con el Morse —explica Lesa.

—También utilizamos nosotros un sistema parecido en la comunicación y funcionamiento de nuestros ordenadores, como es el 0 y el 1, y en los códigos de barras —confirma Raj, otro especialista.

—Es cierto, por eso creo que mediante un programa adecuado podríamos intentar descifrar los mensajes —se aventura Lesa.

—Voy a comunicárselo al general, venga conmigo para explicarle el programa que necesita con objeto de que nos lo proporcionen.

En el Pentágono, hablando el general con el comandante y los especialistas y entre una gran expectación por parte de todos los demás asistentes, mantienen:

—A ver si lo he entendido, ¿me están ustedes diciendo que una nave que parece poseer sin duda una tecnología muy superior se está comunicando con alguien y nosotros podremos acceder con facilidad y descifrar esos mensajes?