1. Primera parte

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En este momento, vemos en el interior de la luz una nave a simple vista ligera y austera, precisamente bella por su austeridad ya que no se aprecian en ella ni colores ni luces pues hay únicamente tonos oscuros y formas redondeadas. Tan solo se puede observar una extraña y tenue luz rojiza, que no es producida por ninguna bombilla, en la parte trasera derecha superior y que ilumina lo que podría ser un acuario, pero sin agua ni paredes estancas; situadas en el interior de este hay unas plantas que no parecen para nada ornamentales.

Delante, en la parte superior izquierda, observamos una pantalla opaca lisa, lo que sería el parabrisas de un automóvil; luego, en la parte inferior, lo que sería el salpicadero de este, una parte plana y dividida en segmentos formados por finas placas metálicas, uno central redondo y otros en forma de cuña alrededor; frente a estos, un confortable asiento rodeando todo este conjunto, una carcasa de un material similar a la fibra de vidrio, estando esta también llena de pequeñas placas metálicas, así como una serie de instrumentos y accesorios totalmente integrados en la mencionada carcasa. El conjunto da la sensación de que cada centímetro cuadrado tiene diversas utilidades.

A continuación, vemos lo que parece un alienígena recostado de una forma muy confortable. Este posee un cuerpo bastante similar al de los humanos, de estructura más alta, delgado pero con un color excesivamente blanco. Tiene en la cara un pequeño orificio en la parte inferior que parece ser la boca, no posee ni nariz ni ojos ni orejas, tampoco tiene nada de pelo en ninguna zona del rostro, si bien posee una gran frente plana y ancha y al terminar esta empieza la parte alta de la cabeza, que tampoco tiene cabello aunque sí una gran cantidad de escamas a su largo, formando unos surcos y hondonadas de un tono grisáceo. Viste con ropa sencilla, fina y muy ligera de tono plateado y reflectante, dando la sensación de que su fin es más el de protegerle de las radiaciones que del frío.

En ese momento, aparece en la pantalla una secuencia interminable de ondas altas y bajas simultáneamente.

(Traducción)

—Detectado planeta que posiblemente contenga materia biológica y que recibe de forma constante radiaciones procedentes de una estrella cercana. ¿Continuamos rumbo?

A continuación, el ser, sin cambiar de postura y después de pensar unos pocos segundos decide, como no podría ser de otra manera, visitar el intrigante planeta, decisión que basta al sistema de control de la nave, sin que el tripulante accione ningún mando ni teclado, para que la misma cambie de rumbo y se dirija hacia las nuevas coordenadas donde se encuentra el planeta detectado por su sistema operativo.

El sistema informático de la nave confirma a continuación el cambio de rumbo indicado por su tripulante y, posteriormente, transmite datos al sistema informático central interplanetario. Pasados unos veinticinco minutos, el sistema informático de la nave indica:

—Confirmación: planeta habitado con abundante vegetación y agua. Atmósfera tolerable 30, inducción magnética tolerable 0'1, cantidad de oxígeno tolerable 10, radiaciones peligrosas 5.

El ser, recostado y sin accionar ningún mecanismo, está manejando la nave y atendiendo los informes que el sistema informático le transmite.

Treinta minutos más tarde la nave comunica:

—Manteniendo rumbo y velocidad, entraremos en atmósfera planetaria dentro de tres minutos.

En ese momento, radares militares estadounidenses del estado de Texas detectan al extraño cuerpo aproximándose a su espacio aéreo restringido, poniendo en vilo al teniente y a los técnicos de comunicaciones que se encontraban de servicio. Así se puso fin a una tranquila y apacible noche de guardia en la que estos se encontraban tomando café y compartiendo graciosas anécdotas.

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