Tecnología Cero

4. Primera parte

Continuando en el Pentágono... 

—Da la orden a todas las bases militares de que la sigan con detenimiento mediante los radares helicópteros y aviones de combate, pero que mantengan siempre la distancia, para no ser averiados por esta y que no ataquen bajo ningún concepto —ordena el general a Peter.

Mientras tanto, uno de los soldados, después de recuperar un poco el aliento, le informa al comandante de lo que no podía haber visto desde lejos.

—Mi comandante, antes de salir la nave del hangar, se ha abierto esta y hemos podido ver con total claridad a un ser muy extraño, observando a todos con mucho detenimiento —exclama nervioso.

—Aquí no termina uno de sorprenderse. Cuando cree que ya no se puede sorprender más, ocurre algo que así lo hace.

—Vayamos al hangar y hagamos un informe entre todos los que hemos visto el acontecimiento para enviárselo al general —indica el comandante, dirigiéndose posteriormente a la jefa de informática y preguntándole:— ¿Seguimos teniendo comunicación con la nave?

 —En este momento no, pero los mensajes nunca han sido continuos, estamos en la misma frecuencia que los emite, a la espera de recibir más —contesta Lesa.

Mientras, el sargento que había presenciado el inesperado acontecimiento, le pregunta al resto del grupo.

—¿Hay alguien que sepa dibujar? 

—Yo sargento, lo hago bastante bien —responde uno. 

—Bien, pues dibuje la nave abierta con el extraterrestre para mostrárselo al comandante.

A la misma hora, en el Pentágono... —Deberíamos intentar captar las señales también desde aquí, ya que por lo visto la nave emite fuerte y con claridad, es muy posible que no tengamos problema, sabiendo la frecuencia y amplificando la señal si es necesario — comenta el director del FBI.

—Tiene razón, me ocuparé de buscar el equipo y pedirles la frecuencia, ¿qué le parece general? —pregunta el coronel.

—Muy bien McCann, que sea rápido.

Mientras tanto, la nave se encontraba volando a baja altura a unas 13 millas del hangar y a reducida velocidad, lo que causaba una gran expectación entre los habitantes, además de unas considerables averías en las industrias, comunicaciones, tendidos eléctricos, vehículos, etc. Cuando era alcanzada y vigilada por el primer avión de combate, enviado desde H21 siguiendo las órdenes del Pentágono, pero a una más que prudente distancia.

Minutos después, sentados en la sala de mando y comentando todos el dibujo enviado por Internet así como los informes de la zona y las imágenes filmadas, comenta el director del FBI:  

—Y al tercer día ascendió al cielo. 

—Y hoy es domingo —interviene el coronel, dirigiéndose al director del FBI, preguntándole a continuación.

—¿Es usted creyente?

—No, pero mi experiencia me hace estar abierto a todo tipo de posibilidades —confiesa este.

Al punto, entra un técnico de comunicaciones para informarles de las últimas novedades.

—Mi general, la nave es seguida con cautela por nuestros aviones. Según sus informaciones, en estos momentos se dirige rumbo nordeste a poca altura y velocidad, situándose a unas 14 millas del hangar.

»Respecto a la señal, el equipo instalado arriba en la azotea está recibiendo y grabando los mensajes prácticamente con la misma intensidad y claridad que el destacamento de Comstock.