Tiempo de recompensa.—En la salud y en la enfermedad, mi amor.
Amor verdadero. Algo que Sky no sabría si existía. Sky estaba en una boda, a la cual, su trabajo la había enviado. Conocía a los afortunados, una pareja del momento, pero tampoco le interesaba mucho. Estaba harta de escuchar como las personas se prometían tantas cosas que nunca eran cumplidas. Era monotonía la vida en la que vivía.
Pero claro, eso no es lo único.
Hace cuatro años, había empezado su mala suerte.
Su padre había muerto en el 2012. Dos meses después, su madre se había suicidado. Un año después, su hermano tuvo un terrible accidente en el cual quedo en coma, y luego la familia decidió desconectarlo. Porque, al cabo, no lo querían tanto, según su abuela. Al año siguiente, la mayor parte de su familia sufrió otro mayor accidente. Algunos quedaron locos, otros murieron. Su novio se había emborrachado y había muerto por estar en problemas de los que Sky nunca se había enterado, en Marzo del 2015. Una de sus mejores amigas, hermana de su novio, se había puesto frente a un gran camión al inicio de este año, 2016. Y había muerto. Entonces, recientemente, su novio actual, había quedado loco porque su padre había abusado de él cuando pequeño.
¿Podía ir peor? Eso sería posible, porque Sky estaba desdichada. Su vida estaba hecha una mierda, y no era la única que lo afirmaba.
En ese momento, un chico con una bella sonrisa, según Sky, con su gran espacio mental para atraer pensamientos inapropiados, se acercaba al árbol donde estaba recargada tomando las fotos de la famosa pareja.
—Debería de preguntar por qué estás tan sola, pero sonaría inapropiado, ¿no?
—Si no quieres perder tu dignidad, te recomiendo que te alejes. —Sky le dió una mirada rápida otra vez para dirigirse a tomar una foto al panorama.
—Me arriesgo a perderla. —ella lo miro sarcástica y él le regalo otra sonrisa. —Soy Andrew.
—Innovador.
Sky no estaba dispuesta a ponerle atención a extraños. La fotografía era su vida desde ahora.
—Por tu cara puedo decir que tu pasado no es muy bueno, ¿me equivoco?
—Vas bien, psicólogo.
El se carcajeo y la miro mientras ella tomaba otro par de fotos.
—Tengo el presentimiento de que vas a ignorar esto, pero, ¿te interesaría verme, por un segundo?
—Acertaste, te voy a ignorar.
—Al menos, dime tu nombre.
Ella dejó su cámara colgando de su cuello y lo miro a los ojos. Eran cafés, y vestía un smoking negro con un moño a juego.
—Mira, André o como te llames. No quiero ser grosera, pero, no me interesas.
—No me has dicho tu nombre. —ella rodo los ojos. —Y soy Andrew.
Un tono de reproche se alzaba en la sonrisa y boca de este chico. Siguió hablando.
—Por tu rostro, tu carácter, tu forma de mirar y todo lo demás que te abarca a ti en su totalidad, puedo ver que no estás bien. Te estás rompiendo por dentro. Y pronto no aguantaras más. Necesitas ayuda. —entonces una mirada de pena y tristeza estaban en los ojos de Andrew.
Sky bajo la mirada y la volvió a subir. Tenía otro tipo de significado. Ya no había sarcasmo y soberbia en su mirada.
—Nadie te ha pedido opinión. No me conoces, no sabes nada de mí. No hables de nada si no sabes, no quiero tu ayuda. No necesito la ayuda de nadie, estoy bien como estoy. Aléjate.
Volteo nuevamente a tomar la foto donde la novia tiraba el ramo hacia atrás para que alguna mujer afortunada lo agarrara y arrastrara a su novio a una vida de cansancio. El chico la tomo del brazo e intento alejarla de donde todos escucharan su conversación.
Ella intento zafarse, pero él era muy fuerte. Y hubiera gritado, pero, al fin y al cabo era algo más emocionante que estar viendo la felicidad de los otros y no viviendo la tuya. Andrew fijo la mirada en la pulsera que cargaba la linda chica. Esta decía Sky Blue.
— ¿Te llamas Sky? Lindo nombre.
Sky se sobresaltó y miro su muñeca.
—Deja de hablarme. Ya te dije que no necesito tu ayuda.
—Te haces creer que no, pero, la verdad es que si la necesitas. Estas tan encerrada que no te das cuenta.
—Tú no me conoces.
Con lágrimas en los ojos, ella se mordió el labio para no sollozar. No se le habían acercado en su vida para recordarle todo lo que evitaba. Nadie en toda su trayectoria se le habia acercado a reprocharle si necesitaba ayuda o no.
—Eso lo sé. Pero puedo intentarlo, y ayudarte a que entiendas que no todo en este mundo es maldad y muerte.
— ¿Sabes algo sobre mi?
Ya más tranquila, Sky hizo que él la soltara y lo encaro.
—Solo sé que has estado desdichada desde tu juventud. No es mucho, pero mi mayor deseo es ayudarte.
— ¿Cómo? Andrew, soy un desastre. No sirvo. No tengo a nadie y...
Su celular comenzó a sonar, ella se excuso y lo tomo. Su prima más lejana, una que solo llamaba para problemas, le estaba llamando. ¿Qué habría pasado?
— ¿Geraldine?
—Sky, Arturo murió.
Y cuando ella sentía que ya no podría romperse mas, cayó al piso, aún más rota. ¿Acaso estaba maldita?
Arturo era su hermano de 13 años. Pronto ella se convertiría en cenizas. La llamada se cerró y Andrew se inclino a abrazarla.
— ¿Aún necesitas mi ayuda?
—Estoy rota, inservible, ¿no lo ves?
El negó con el dedo.
—Sé que dentro tuyo esta esa chica que una vez sonreía.
De repente pareció una película. Una cliché.
Esas palabras las había escuchado. Se las había repetido toda su vida, su madre una vez lo había hecho, semanas antes de morir. Solo en este momento, le llegó a la cabeza el vago recuerdo de unas pocas palabras.
''El final de una historia siempre es el comienzo de otra. Por cada cosa que pierdas, podrás ganar algo mejor''
Quizá esa frase tenía toda la razón. Había perdido tanto, que tal vez ya era tiempo de que recobrara todo.
Era tiempo de una recompensa.
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Sky.
Short StorySky, chica indulgentemente amarga. Tal vez una pizca de humor. Pero, eso es lo único que la abarca. Su pasado y presente es una completa pesadilla, es como vivir en un mundo donde nada puede acabarse. Vamos a tornar esto un poco más tétrico. Si...