Sentían que tocaban el cielo con las manos, no les importaba lo que ocurriese a su alrededor. Simplemente eran ellos dos y nada más.
Sus labios encajaban a la perfección, se movían como si una danza se tratase. Nunca pensaron que un simple roce de labios causaría un efecto tan grande en ambos.Se separaron juntando sus frentes, sus ojos se mantenían cerrados mientras sus respiraciones se oían ligeramente agitadas.
Juliette sentía que esto era la realización de un sueño, sí, ese maravilloso sueño el cual tuvo días atrás. Sólo que esto era aún más maravilloso que un simple sueño. Era real.
¿Volvería a ser feliz de nuevo? Eso era un hecho.
De repente una pequeña risa se escuchó por parte de ellos, una risa nerviosa, Lars colocó un dulce beso en la frente de Juliette. Ella subió su mirada para así poder admirar más de cerca ese par de bellos ojos.
—Tienes unos ojos tan hermosos —dijo Juliette sin despegar su vista de ellos.
Lars soltó una pequeña carcajada y negó con la cabeza. Comenzaba a gustarle el sonido de su risa, era bellísimo.
—Vaya forma de romper el hielo, cariño —notó el leve sonrojo de las mejillas de la chica, era la primera vez que le decía cariño. No se arrepentía para nada. — gracias por el cumplido. —esbozó una sonrisa.
—De nada, cariño —hizo énfasis en esa última palabra.
Se compartieron una sonrisa, se miraron por unos segundos a los ojos, no sabían muy bien que pasaría después de esto.
—Me siento algo extraña —confesó Juliette.
—Creeme que yo igual Juliette —concordó con ella. — pero, ¿Sabes algo? —tomo las manos de Juliette mirándola directamente a los ojos. — no me arrepiento de nada, desde el momento que te ví salir por ese ascensor, supe que serías para mí.
Esas últimas palabras salían de los más profundo de su ser, ya no le importaba aquella apuesta, ese detalle lo olvidó. En estos instantes era otra persona, no era aquel chico extrovertido que todos conocían, ya que al momento de tener a esta chica frente a sus ojos, todo cambiaba, sólo ella lo hacía sentir diferente. Sólo Juliette podía romper esa barrera, sacar ese lado tan dulce y tan tierno que el tenía. Lars se sentía totalmente sorprendido por sus palabras, pero ya nada le importaba.
Juliette no se contuvo más, rápidamente se lanzó hacia sus brazos, esas palabras eran tan bellas, era imposible no quererlo. Enredó sus brazos al rededor del cuello de Lars recargando su cabeza en el hueco de su hombro, el respondió a su abrazo con mucho gusto. Podía sentir su fresco aroma; tan varonil y delicioso, se sentía protegida al estar entre aquellos brazos.
—Te quiero —susurró Juliette contra su cuello, causándole un leve escalofrío al baterista.
—Yo también te quiero —susurró cercas de su oído. Podía sentir el latir de su corazón junto al suyo.
¿Era el inicio de una maravillosa relación? Aún no lo tenía muy en claro Juliette, sí, le confeso sus sentimientos y sobretodo la beso, todavía podía sentir los efectos de ese magnífico beso. Necesitaba escuchar esas palabras provenir de tan bellos labios.
—Lars, ¿Qué ocurrirá después de todo esto? —preguntó mientras seguía manteniendo su cabeza sobre su hombro.
—¿A qué te refieres? —dijo algo confundido el ojiverde.
Juliette salió de su escondite, lo alzando su ceja. Su semblante era serio. Rápidamente Lars captó la idea y formó una nerviosa sonrisa.
Le estaba pidiendo que se le declarará, si sus amigos lo estuvieran viendo en estos momentos, estarían partiéndose en dos de la risa.
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Faithfully
RomanceEstar separados no es fácil en este amorío, dos desconocidos que aprenden a enamorarse otra vez. Tengo la alegría de volverte a descubrir. ¡Oh mujer! quédate conmigo, soy por siempre tuyo...fielmente.