Capítulo 12

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-Narra Amber-

Abrí mis ojos lentamente, parpadee un par de veces y al instante reconocí que me encontraba en una habitación de hospital, mi mano estaba conectada a un par de mangueras las cuales recorrían un líquido amarillento y por mis dos orificios nasales dos pequeñas mangueritas que transmitían oxígeno.

En realidad no se la razón por la cual me encuentro aquí, pero Carlos es el rey de las preocupaciones que decidió traerme a este para nada agradable hospital, lo más seguro es que haya pescado una infección por la pizza que comí en el parque de diversiones, ó, tal vez el queso estaba pasado o el jamón no estaba en buenas condiciones ó simplemente a mi estómago no le agrado la pizza.

Aun me encontraba un poco mareada ya que mi cabeza no dejaba de palpitar, pero si me encontraba mejor que la noche anterior.

Note que la puerta se abría lentamente, suspire cuando se trataba de Carlos, el cual lucía con unas grandes ojeras debajo de sus ojos y con el rostro cansado.

— Hola— Dije extendiendo mi mano hacia él. — ¿No has dormido nada verdad? — Pregunté, aunque ya sabía la respuesta.

El negó entrelazando nuestras manos.

— ¿Te sientes mejor? — Preguntó sentándose con sumo cuidado sobre la camilla en donde me encontraba.

— Mejor que ayer, sí. — Sonreí pero todo mi cuerpo dolió. — Carlos, debiste de haber dormido, es injusto.

— Lo intente, pero simplemente no pude, no podía de dejar de pensar en cómo te encontrabas. — Respondió con la voz más gruesa de lo usual. — Me moría de la angustia.

— Pero estoy viva. — Reí, pero el negó, se encontraba bastante serio. — ¿Sucede algo? — Pregunté notando la preocupación en su rostro.

Negó acariciando mi rostro con cuidado.

Si no estuviera atada a todos los cables de mi cuerpo, juro que me lanzaría a sus brazos, lo necesitaba más que nada.

— Buenos días señorita Calvario, ¿Cómo amaneció? — Preguntó un hombre de bata blanca y algo bigotón adentrándose por la puerta, claro, era el doctor.

— Bien, algo así. — Dije deteniendo a Carlos impidiendo que se alejara de mi lado. Los doctores siempre me han puesto nerviosa, ya sea dentista, dermatólogo, o de lo que se tratara.

— Tenemos los resultados de sus análisis. — Hablo el doctor sosteniendo un papel entre sus manos leyéndolo detenidamente.

— ¿Y? — Pregunto Carlos preocupado por los resultados. — ¿Qué es lo que tiene Amber?

— No se alarmen. — Respondió el doctor entre risas. — Es una buena noticia.

— ¿A qué se refiere? — Pregunté comenzándome a preocupar.

— Felicidades, van a hacer padres. — Anuncio el doctor entusiasmado.

La noticia cayó como balde de agua fría sobre mi cuerpo, observe a Carlos el cual se encontraba igual de confundido que yo. No podía ser posible, iba a ser mamá, lo peor de todo es que el padre es un patán, Alex, y es un hijo que no lo desee, pero el bebé no tiene la culpa de nada al igual que yo.

— Creo que no lo veían venir. — Dijo el doctor observando nuestros rostros divertidamente. — Los dejo, y nuevamente, felicidades.

El doctor salió dejándonos de nuevo solos. Carlos se encontraba observándome fijamente al igual que yo lo observaba a él, ni él ni yo decía nada, solo se lograba escuchar el molesto ruido de los aparatos que estaban conectados a mi cuerpo y nuestras respiraciones.

Alerta AmberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora