dieciocho.

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Agosto, 2014

—Tienes visita, por lo que veo—comentó Celeste, ladeando la cabeza y mirando a través de la pequeña abertura de la puerta que el cuerpo de Jordan dejaba.

—Un amigo de la universidad—explicó él—. Estudiamos juntos para el examen de historia de mañana.

—Entonces mejor venimos otro día—dije, jalando la mano de Celeste.

—Espera—dijo ella—, ¿un chico universitario?

—Sí—respondió Jordan con obviedad y ojos entornados—. Si quieren pasen, estamos aburridos.

—Pero deben estudiar.

—Lucie, solo tome ese curso porque necesitaba créditos, ¿crees que me gusta la historia y que prefiero estudiar en lugar de estar con mis amigas?

—Así se habla—comentó Celeste, e hizo el ademán de pasar a través de la puerta.

—No creo que sea buena idea—comenté, moviendo la cabeza.

—Lucie—murmuró ella—, necesitamos ver a otros chicos que no sean los idiotas de la escuela.

—Uno de ellos es tu novio—dijo Jordan.

—Rompí con él—se encogió de hombros Celeste.

— ¿Cuándo?

—Ayer—dije yo—. Te dije que no duraban ni un mes.

—Ahora entremos—dijo Celeste, agarrando mi mano.

Yo fruncí el ceño.

—Lucie—susurró ella, seriamente—. Tienes que dejar de tener pánico a los chicos. No todos son como él.

—Lo siento—murmuró Jordan arrugando la nariz—, no quiero escuchar el nombre de ese idiota en mi presencia.

—No lo nombré.

—No, pero lo mencionaste.

Yo suspiré y me encogí de hombros.

—No es por eso.

—Claro que lo es—refutó Celeste—. Ya van tres chicos de la escuela que quieren salir contigo y tú los ignoras o los rechazas.

—Porque no me gustan—expliqué—. No puedo salir con alguien que no me gusta.

—Entonces deberías ver si hay algún chico que te guste—dijo ella, sonriendo.

—No estoy interesada en salir con alguien por ahora.

—Lucie—dijo Jordan, mirándome a los ojos—, él no va a volver.

—Lo sé. No tienen por qué repetírmelo. Esto no se trata sobre él.

—Entonces hay que entrar—apuntó Celeste y en menos de un segundo ya estábamos dentro.

La casa de Jordan siempre había tenido ese peculiar olor a postres recién horneados, su madre siempre hacía increíbles galletas que Celeste y yo nos las comíamos en pocos minutos.

En ese momento había una gran bandeja de las mismas galletas—aunque solo quedaba un par—en la mesa, y en un extremo de ella se encontraban un chico. Su cabeza era una mata de cabello castaño claro y estaba enfocado en algo escrito en un libro.

Él levantó la mirada y sonrió. Tenía los ojos verdes, de ese color que pareciera como si tuvieran brillo. Y su sonrisa inspiraba la más profunda confianza posible.

—Hola—saludó, con un acento marcado—. ¿Son amigas de Jordan?

—Sí—respondió él antes que nosotras—. Son mis amigas de la escuela. Ahora están en último año.

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⏰ Última actualización: Jul 30, 2016 ⏰

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Yellow (Calum Hood)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora