tres.

188 12 4
                                    

LUZ

Pensé que lo había superado.

Realmente pensé que ya no tenía a Calum en mi mente, que lo había sacado hace mucho tiempo de mí, alejándolo y olvidándome de él.

Pero cuando lo vi parado en el pórtico de mi casa, después de años, sentí como si el mismo sol hubiera ido a parar allí. Porque todo brilló de repente. Como todos esos años hubiera estado viviendo en la oscuridad de la noche.

Todo brilló y por un momento esos años de silencio y dolor desaparecieron, como si nunca hubiera habido una herida en mí. Incluso me olvidé de James por ese instante, solo éramos Calum y yo una vez más.

Hasta que me dijo que me había extrañado; y una parte de mi cerebro pensó: “¿En serio? ¿Me extrañaste? Pues no parecía.”

Y ahí reaccioné. Recordé su indiferencia hacia mí, como no me había dirigido la palabra todo ese tiempo, como sufrí, como me levanté y cuanto me costó hacerlo, como alejé a Calum, como conocí más adelante a James y me di una oportunidad para volver a querer. Como mi vida había vuelto a estabilizarse y todo marchaba bien.

Y ahora él aparecía, y solo con su aparición y un abrazo había destruido todos los muros que tanto me había costado levantar.

Me di cuenta que en realidad no lo había superado, jamás lo había hecho, nunca lo había olvidado; solo había evadido su recuerdo, había evitado leer las revistas donde él y los chicos aparecían en la portada, había cambiado de emisora cuando una canción de ellos sonaba, había cambiado de canal cuando aparecía una entrevista de ellos o un nuevo videoclip. Y lo más importante, había evitado ver las fotos que teníamos cuando niños, en primaria, en secundaria y cuando empezamos a ser novios.

¿En serio había pensado que seguía siendo su novia? ¿Pensaba que estaba normal ante su silencio y lo iba a esperar?

Lo hubiera esperado, en serio lo hubiera hecho, si tan solo él hubiera seguido en contacto conmigo, o si tan solo me hubiera dicho que nos íbamos a dar un tiempo, yo hubiera mantenido la esperanza y lo hubiera esperado.

Recordé su rostro cuando le dije que James era mi novio. Sus ojos, su expresión; un vistazo de confusión apareció y luego dio paso al dolor, el cual desapareció bajo una máscara que logró adoptar.

Y de repente me formulé la pregunta, ¿qué iba a hacer ahora?

Quería a James, de verdad lo hacía, me habían atraído varias cosas de él, era un chico sumamente especial para mí y nuestra relación iba bien. Pero por más que quisiera negarlo seguía sintiendo algo por Calum, lo supe desde el primer segundo que lo vi en el pórtico, mentiría si dijera que ya no estaba enamorada de él y que todo iba a seguir siendo normal entre James y yo.

Ahora sentía que todo estaba desequilibrándose. Por él.

Quizá decir esto podría resultar muy egoísta y me haría ver como una persona horrible, pero hubiera preferido que se quedara para siempre en Londres; ya había aceptado su olvido y mi vida estaba más tranquila así. Porque sabía que de ahora en adelante mi vida estaría llena de drama.

Lo curioso es que todo esto pasó por mi cabeza en el lapso de quince segundos que nos tomó cruzar la pista y estar frente a su casa, la cual tenía las puertas abiertas y la luz amarillenta y acogedora de la cocina realzaba a la vista.

Calum simplemente con una señal hizo que pasara primero, sin mirarme ni decirme algo. Entré y vi a varias personas de todas las edades ahí reunidas; reconocí al padre de Michael, a los hermanos de Ashton, a la madre de Luke, a Malí…

—Buenas tardes—saludé, al entrar.

La mayoría de los presentes me miraron y me respondieron el saludo reconociéndome.

Yellow (Calum Hood)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora