CAPITULO 4

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  Despertó al sentir los pájaros cantar. Se había quedado completamente dormida y no había ido a trabajar. Se estiró en el incomodo sillón y se sentó sobre este. Había conciliado el sueño a las seis de la mañana, tras pensar la cantidad de posibilidades que tenía de ser engañada.

Subió las escaleras y encontró la cama vacía. Por suerte, Jaxon ya se había ido a trabajar. ¿Sería posible que él la engañara o solo había sido que el labial llegó de casualidad allí?

Respiro profundo repetidas veces y desayuno completamente en silencio. Tomó su móvil y vio la cantidad de llamadas perdidas de Mady y dos de Jaxon, junto con un mensaje. Eliminó el mensaje y le devolvió la llamada a Mady.

-¿Dónde te has metido?-preguntó la rubia denotando preocupación.

-Me quedé dormida-dijo angustiada-. Creo que Jaxon me engaña.

-¿Qué?-preguntó Mady estupefacta.

-Anoche llegó borracho y su camisa llevaba labial-explicó-. Perdón, debía descargarme con alguien y hoy ni siquiera te veré-dijo casi al borde de las lágrimas.

-No, Selena, no llores-le rogó Mady tras escuchar la voz de su amiga-. No puedo ir a verte pero mañana cuando vengas aquí, hablamos.

-Gracias, Mady-le dijo ella mientras se secaba las lágrimas-. No sé cómo reaccionar cuando llegue Jaxon.

-¿Por qué no te vas de casa?-le sugirió su amiga.

-¿A dónde voy a irme?-dijo ella pensando que era una locura-. Tu madre me sacaría a patadas de tu casa y mi madre va a preguntarme lo ocurrido y no quiero hablarlo. ¿A dónde más puedo irme?

-A la casa de Pattie.

-Mady, ella es mi suegra.

-Pero ella no esta en casa-dijo Mady-. Sabes que han salido de viaje, ella y Jeremy, por eso solo queda Jazzy y de seguro te recibe allí.

-No, no puedo irme allí, no lo haré-dijo.

-Está bien, búscate un hotel-dio otra sugerencia más coherente.

-Si, eso haré-dijo no muy convencida-. Te llamo de noche, Mady.

-Está bien. No hagas locuras, te quiero.

-Yo también te quiero-dijo antes de finalizar la llamada.


Corrió escaleras arriba y tomó un bolso. Había decidido irse de casa por lo menos dos días. Buscó entre su ropa y sacó un pijama y dos mudas de ropa. Tomó sus cremas, perfumes y todo lo personal, lo metió allí. Tomó su móvil junto con el cargador y también lo metió allí. Respiro muy profundamente y bajó las escaleras. Sin pensarlo dos veces encendió el carro y comenzó a andar hacía el hotel más alejado de su casa.

-Una habitación, por favor-deslizó la tarjeta de crédito por el mostrador-. Solo dos noches.

-Claro-le sonrió la mujer del otro lado del mostrador-. Permítame su identificación.

Hizo todo lo que debía hace para obtener una buena habitación en el tercer piso. Habitación ciento once. Sonrió, su número favorito, el '1'. Con bolso en mano, caminó hasta el elevador y lo llamó. Al parecer este venía lleno porque no bajaba nunca. Cuando llegó, las puertas de la caja metálica se abrieron y dejaron a la vista a un hombre que había visto una sola vez, pero que raramente había permanecido en sus pensamientos.

-¡Selena!-exclamó él sorprendido.

-Justin-dijo ella de la misma manera.

Su plan se había ido por la borda.

-¿Qué haces aquí?-preguntó él y salió del elevador.

-Vine a...-se quedó callada y él rió por el gesto nervioso de ella.

-No tienes que darme explicaciones-dijo él pensando cualquier cosa acerca de la repentina callada de boca de ella.

-No es lo que piensas-le aclaró ella. Él sonrió-. He peleado con Jaxon y no quiero verle la cara por unos días-admitió ella. Él asintió pensativo-. ¿Tú que haces aquí?

-Aún no tengo mi casa lista para mudarme, me estoy alojando aquí-explicó. Ella comprendió y sonrió-. Así que han discutido-dijo él-. ¿Estás bien?

-No, ha decir verdad, no-respondió ella abatida por el recuerdo de la camisa con labial- Creo que me esta engañando-le comentó.

Su cuñado abrió los ojos con impresión.

-¿Engañándote?-preguntó estupefacto-. ¿Jaxon? ¿A ti?

-Si, Jaxon a mi-suspiró-. Anoche llegó de no sé dónde con la camisa llena de labial, por supuesto ha estado con alguna mujer.

-¡Bastardo!-dijo Justin fastidiado-. Eso no es de hombres.

-Se supone que es tu hermano, no deberías de estar de mi lado-dijo ella observando el suelo.

-No puedo estar del lado de él cuando te está haciendo daño a ti-se explicó el castaño-. Dime, ¿necesitas algo?

-No, gracias-dijo ella-. Tengo todo lo necesario, por ahora. Estoy trabajando y tengo dinero, pero pienso volver a casa pasado mañana, necesito hablar con Jaxon.

-Claro, comprendo-dijo mientras asentía-. En serio es un bastardo-continuó-. No entiendo por qué teniendo una mujer a su lado, se busca otra.

-Gracias, tu apoyo me sienta bien-le sonrió levemente.

-Después de todo, somos familia-le dijo y sonrió-. Sé que no nos conocemos lo suficiente como para que confíes en mi y que cuando me vaya pensaras en irte del hotel para que no le diga a Jaxon que te vi aquí.

Justo en ese momento, la sangre de Selena se heló y ella se sintió desfallecer. Había adivinado todos sus planes y capaz no podría seguirlos al pie de la letra.

-Justin... yo...no...-quiso explicar ella, fue en vano.

-Está bien, solo quiero dejarte muy en claro que no tengo intenciones de ir a decírselo a mi hermano-le aclaró. Ella suspiró sonoramente-. Estamos algo distanciados, no pretendo dirigirle la palabra.

-Gracias, en serio. Supongo que deben estar esperándote en tu trabajo y no quiero retrasarte más.

-No hay de que-dijo él y sonrió-. Si necesitas algo, llámame. Mi habitación es la 315 quinto piso. Nos vemos luego.

Dos minutos después, ella estaba sola frente al elevador. Se acomodó el bolso al hombro y tocó el pequeño botón, acto seguido, entró al elevador y luego de marcar el piso al que quería llegar, la pequeña caja metálica comenzó a ascender para luego dejarla en el piso de su petición.

Caminó hasta su habitación y donde vio los números tallados '111', se quedó frente a la puerta. Deslizó la tarjeta por el lugar correspondiente y entró.

Era una pequeña habitación con dos sillones blancos y del otro lado una cama matrimonial. Con ella había un baño y un pequeño armario donde ella dejaría sus cosas. Una pequeña mesa de vidrio y uno que otro cuadro en la pared.

-¿Por qué me haces esto?-sollozó cubriéndose los ojos-. ¿Qué te hice yo a ti, Jaxon?-siguió diciendo mientras respiraba entrecortadamente.

Entre tanto hablar con su marido, que no estaba presente, apagó su celular y se durmió un rato. Necesitaba recuperar las horas de sueño perdidas. Cuando despertó el sol ya se estaba poniendo y se sorprendió mucho al descubrir la cantidad de horas que había dormido. Un ruido la asaltó de repente, estaba muerta de hambre y su estomago se lo hacía saber. Necesitaba comida. Llamó al servicio a la habitación y pidió una completa cena. Cuando esta llegó,Selena prendió el televisor y se sentó frente a este para ver las noticias.

La ensalada estaba condenadamente buena y junto con la carne asada,Selena se moría por seguir comiendo. Unos nudillos chocaron en la puerta, haciéndola sobresaltarse y de repente se preguntó quién podría ser, nadie sabía que ella estaba allí.

Amor Oculto (JELENA) --FANFIC-- *PAUSADA*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora