CAPITULO 15

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  La habitación era sumamente espaciosa. Había un pequeño living antes de la puerta que conducía a la cama matrimonial. Había un mini bar repleto de distintos vinos, champagne y otras bebidas alcohólicas finas. Un sillón en el medio y dos pequeños sofás a sus costados. Toda la habitación estaba decorada en blanco y negro, y de vez en cuando unos tonos grisáceos por aquí y por allá.

-Es asombrosa-casi gritó Mady.

-Si, está genial.

El ánimo de Selena se arrastraba hasta siete metros más atrás de ella. Odiaba haber sido tan estúpida de tratar a Justin así, cuando él la había llevado con él porque quería que estuvieran juntos. Ella lo había acusado de que a él no le importaba acostarse con ella y luego irse por el trabajo, y él no lo permitió, la invitó a Francia con él. La muy desagradecida, lo había dejado solo en la otra habitación, le había dicho que se comportaba como un niño, cuando la única niña era ella, y lo había tratado más mal que a nadie. Obviamente Justin estaría enojado por dos semanas si ella no conseguía hacer algo para que la perdonara.



Sacó todo lo de su maleta y comenzó a guardarlo en los armarios. Camisas por aquí, camisas por allá, corbatas por aquí, corbatas por allá. Todo un hombre de negocios, no tendría que haberse llevado a esas dos cargas a Francia. Lo único que hacía Selenaera complicar las cosas. ¿No podía quitarle la tensión por las noches y listo? No. Ella tenía que creerse que él la quería para siempre, sabiendo que estaba casada con su propio hermano. Y él, él era semejante estúpido. Se la llevaba e intentaba convencerla.

-Y luego dice que el niño soy yo-se quejó mientras revolvía en su maleta.


Sacó un cigarrillo de allí y de inmediato lo encendió. Necesitaba quitarse la ansiedad, sacarse un peso de encima. Ella estaba en la habitación de enfrente y seguro que se estaba divirtiendo sin importar lo que Justin sintiera en ese momento.

Terminó de guardar su ropa y pidió su cena. Cuando llegó la comida, cenó solo. Y luego, a la cama y prendió el televisor.

Se estaba divirtiendo demasiado, se dijo mientras prendía el sarcasmo y lo subía de tono.



Mady rió a todo volumen mientras Selenase acababa otra copa de champagne.

-Ya nunca más va a querer acostarse conmigo. Mady, y que no te sorprenda que mañana nos mande a Inglaterra de vuelta.

-Estás borracha-dijo Mady riendo-. Vamos a dormir, Selena.

-No, no me voy a dormir nada-se frotó los ojos-, o quizá, si.

Mady volvió a hacer que su risa retumbara en toda la habitación.

-Si, vamos a dormir, Selena.

-No, quiero ir a la habitación de Justin y pedirle disculpas-se puso de pie-. Quizá me saque a patadas o quizá me deje entrar y me haga suya, ¿no que si?

-Ya, a dormir, Selena. Deja que Justin duerma y mañana podrás hablar con él.

-No, yo quiero ir, ¿por qué no me dejas?

-Porque no-la tomó del codo-. A la cama, Selena.

-Eres una amiga muy, muy molesta-se quejó.

Mady no respondió siguió llevándola hacia la cama que tendrían que compartir ellas dos. La tiró sobre la cama y le quitó los zapatos mientras que Selenareía como una loca desquiciada. Al fin, la chica cerró los ojos y respiró tranquilamente. Mady pensó que se había dormido, así que apagó la luz y se metió del otro lado de la cama.

Selenaestaba totalmente afectada por el alcohol, pero eso no quitaba que fuera buena para escabullirse de noche. Quitó la manta de encima suyo y salió sin hacer ruido de al lado de Mady. Cerró la puerta de la habitación que compartían y tomó la botella de champagne para darle un último sorbo. Rió entre dientes y salió de su habitación.


Justin acababa de apagar el televisor cuando sintió dos golpes en la puerta de su habitación. ¡Qué gente tan molesta!, se dijo, pero no se puso de pie. Volvieron a insistir contra su puerta y tuvo que ponerse de pie. Estaba solo en boxers y no le importó. Quizá, si se daban cuenta que estaba durmiendo, lo dejarían en paz y volverían mañana.

Pero, que equivocado estaba, se dio cuenta cuando abrió la puerta y vio a Selenaarrodillada en el pasillo.

-Perdóname, por favor, que me perdones-dijo haciendo alabanzas.

-Estás muy loca, Selena-dijo enfadado-. Estaba durmiendo, ¿qué no podías esperar a la mañana para molestarme?-se quedó esperando una respuesta de parte de ella, pero lo único que obtuvo fue un ronquido-. ¿Selena? No molestes, vamos, ve a tu habitación.

Ella volvió a roncar y luego, cayó de costado al suelo del pasillo. Cualquiera hubiera pensado que estaba muerta y Justin también lo pensó. Por eso, se alarmó de tal manera y se arrodilló a su lado. El olor a alcohol era insoportable.

-Te has emborrachado-dijo riendo-. Pensé que solo los hombres ahogábamos las penas-la tomó en brazos y ella se acurrucó contra su pecho.

Entró a la habitación y la recostó sobre el sillón, entró al baño y encendió la ducha. Volvió por ella y la tomó en brazos nuevamente para luego meterla al agua helada.

-¿Qué? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Por qué?-gritó rápidamente.

-Sigues atontada-rió Justin-. Aguarda un segundo y luego puedes ducharte normalmente.

Justin salió del baño y la dejó sola allí adentro. Tomó una de sus camisas y un boxer limpio y lo dejó sobre la cama. No iba a dejarla que se fuera a su habitación.

Tomó el teléfono y llamó a la habitación de ellas dos.

-¿Quién molesta a esta hora?-preguntó una voz somnolienta.

-Creo que se te ha escapado alguien-le dijo Justin.

Mady tanteó la cama y no encontró a Selenaa su lado.

-P*ta madre-gritó Mady-. ¿Dónde se metió?

-¿Cómo descuidas a tu mejor amiga borracha?-preguntó él riendo-. Está aquí conmigo, mejor dicho, en la ducha.

-Justin, te juro que pensé que dormía-se disculpó-. Le dije que no debía irse a tu habitación y la acosté en la cama, ¡hasta la cubrí con la manta!

-Está bien, Mady-rió-. Está aquí, por si necesitas algo. Mañana en la mañana yo salgo temprano del hotel, te recomendaría que vengas a echarle un vistazo porque va a tener una buena resaca de la cual ocuparse durante todo el día.

-Perdona, ¿si? Iré por ella, no hace falta que se quede estorbando en tu habitación.

-No, no, de verdad, Mady. Prefiero que se quede conmigo.


Mady comprendió y cerró la boca mientras por dentro felicitaba que se le hubiera escapado su amiga.

Justin vio a Selenasalir del baño con una pequeña toalla verde que la envolvía.

-Te dejo, Mady. Que descanses.

Sin dejarla responder, Justin finalizó la llamada y se puso de pie. Cruzó sus brazos y la observó detenidamente.

-Disculpa.

-No tienes que pedir disculpas-dijo fríamente-. Puedes usar tu ropa interior y arriba vestirte con eso-le señaló lo que había separado para ella-. Creo que el pijama que llevabas está demasiado lleno de champagne para que lo uses ahora.

-Justin, no hace falta que...

-Ya he hablado-la cortó en seco.

Agarró la ropa sobre la cama y se la pasó. Ella la tomó bajó la mirada.

-Déjame disculparme, ¿puedes?

-Ve a vestirte, Selena.

Justin dio media vuelta y salió de la habitación, al living. Ella entró al baño por su ropa interior y notó que estaba mojada, quizá debía utilizar la ropa de Justin, sin nada más abajo. Pero, no iba a comentarle eso, claro que no. Ella iba a salir de esa habitación y correría a través del pasillo para cruzar a su habitación.

-¿Estás?

No respondió, solo abrió la puerta y rogó porque Justin no notara sus pechos sin brasier. Selenacruzó sus brazos y los acomodó sobre su pecho.

-¿Te incomoda que te observe?-tomó sus brazos y los acomodó a sus costados-. Ya veo.

-Justin, me voy a mi habitación, no hace falta que me quede aquí, aparte Mady debe estar preocupada y mi ropa está mojada.

-¿Te has mojado?

-¡Justin!-casi gritó-. Estoy hablando en serio, mi ropa esta mojada, con agua-se apresuró a decir-, y quiero irme.

-Mady no está preocupada por ti-comenzó a enumerar con sus dedos-, ya hablé con ella. Puedes quedarte con mi ropa, por esta noche.

Selenase quedó en silencio mientras Justin la observaba. Bajó la vista y notó que Justin estaba en boxers, no lo había observado antes, ¡Dios, estaba tan deseable!

-¿Ves bien o quieres que prenda todas las luces?

Ella enrojeció al instante.

-Perdona-se mojó los labios con nerviosismo-. ¿Dejas que me vaya?-preguntó-. Por favor, Justin.

-No te dejo que te vayas, Selena-respondió-. Duerme conmigo, ¿si?


Todo ese enfado se desvaneció, para ambos. Selenase dio cuenta que Justin no era ese ogro que aparentaba ser, estaba muy solo y lo único que necesitaba era algo de compañía.

Selenase abalanzó sobre él y lo abrazó con toda su fuerza.

-Perdona, perdona, perdona, no quise tratarte de ese modo. Soy una estúpida, una niñita histérica, una loca que habla porque sí y sin razón. ¿Puedes perdonarme?

Se separó solo un poco de él y tomó su rostro con ambas manos mientras lo mantenía cerca suyo.

-No te enojes, por favor, Justin.

Justin hizo el esfuerzo pero, no pudo. Le sonrió con tanta simpatía que por un momento, Selenapensó que él la quería tanto como ella a él.

-No me enojo, pero quédate conmigo.

-Si, si, si, me quedo-volvió a estrecharlo entre sus brazos-. Abrázame, no seas malo-susurró.


Justin dejó que una leve risa saliera de sus labios y por fin, la estrechó en sus brazos.

Sin enojos, sin peleas, sin gritos y entre besos y abrazos. Se fueron a la cama, para pasar una de esas noches que tanto anhelaban cuando estaban separados. Esas noches en las que se dedicaban a explorar sus cuerpos con tanta pasión y lujuria. Esas noches en las que Justin jugaba a ser una fiera y la mantenía bajo sus brazos mientras ella jadeaba de placer a causa de sus caricias. Se quería y aunque Justin lo negara, si la quería y por lo que parecía, ya se le estaba haciendo demasiado cariño para una mujer que calificaba solo como a una amante.





Los rayos de sol fueron el despertador de Selena. Mientras una fina capa de sudor se apoderaba se su frente, dio media vuelta en la cama y tanteó para encontrar a Justin. No estaba.

Alzó la cabeza y escrutó los ojos mientras los buscaba por allí. Nada por aquí, nada por allá. Frunció el ceño y volvió a apoyar su cabeza contra la suavidad de las almohadas.

Maldito Bieber, se había ido nuevamente.

El teléfono comenzó a sonar mientras los oídos de Selenaeran tremendamente molestados por los insistentes pitidos que daba este. Gente pesada que molestaba a toda hora.

-¿Hola?

-Selena, más te vale que no sigas en la cama-la regañó la alegre voz de su mejor amiga-. Quiero que vayamos de compras, juntas.

-No, gracias, Mady-dijo suavemente-. Me duele la cabeza y mi cerebro late con insistencia-se quejó-. ¿Sabes donde ha ido el tonto de Bieber?

-Si, tenía que trabajar. No te creas que viene de vacaciones, ¿eh?

-¿Lo has visto esta mañana?-preguntó con los celos a flor de piel.

-No, nena-rió-. Anoche me ha avisado que estabas con él y que te quedarías allí, y muy de paso me dijo que cuidara de ti porque tendrías resaca y que se iba porque tenía trabajo que hacer.

-Ven a esta habitación-susurró-. Y por favor, tráeme algo de ropa.

-Está bien. ¿Segura que no quieres ir de compras?

-Segura-murmuró.

Selenacortó la llamada mientras su estómago se revolvía con fuerza. Tremenda estúpida había sido al tomarse toda la botella de champagne.


Aunque estaban en Paris, Selenano se la estaba pasando muy bien. Y aunque estaba con su mejor amiga, ya no quería tenerla cerca. No comprendía por qué ella no se callaba un solo segundo y aunque se lo dijera miles de veces, la chica hablaba como si no hubiera mañana. No se quedaba sin tema de conversación y cuando lo hacía, comenzaba a tocar los adornos de la habitación de Justin, a molestar mientras se ponía las corbatas de Justin como bincha y las camisas como vestido.

La puerta fue abierta alrededor de las ocho de la noche, cuando Justin apareció totalmente devastado por el cansancio.

-Mady, deja eso-le dijo enfadado-. ¿Qué hacen aquí?

-Selenano quiso moverse por nada del mundo-abrió la bocota su amiga.

-Me siento mal, ¿Qué no puedes dejar de hablar por un maldito segundo? Me tienes re cansada, eres tremendamente insoportable, Madeleine. Te has pasado el p*to día gritoneando sobre todo lo que se te ha venido a la mente, ¿pues sabes que? Cierra la maldita boca de una buena vez y déjame descansar-gritó y cuando terminó apoyó su espalda contra el respaldo de la cama-. Hola, Justin.

Justin se tragó la risa mientras Mady comenzaba a pensar una cantidad de insultos innumerables.

-Hola, Selena-dijo Justin-. ¿Te duele la cabeza?-preguntó mientras se acercaba a ella y daba un suave beso sobre su mejilla.

-Si, mucho-respondió cerrando los ojos-. Mady no ha dejado de hablar en todo el día-le dijo al oído.

Justin rió.

-¿Sabes, Selena?

Hasta que Mady reaccionaba.

-Eres una maldita bastarda-le gritó mientras tiraba la corbata de Justin al suelo-. Vengo aquí a cuidarte, a atenderte, a hablarte para que no te aburras y ¿así me pagas? Me pegas gritos que se debe haber escuchado hasta China y luego te das el lujo de llamarme tu mejor amiga. Y yo que te cubro para que te acuestes con este otro-señaló a Justin-, bien podría ir y decirle a Jaxon que la p*ta de su esposa se acuesta con el hermano. ¡Y no lo hago! Porque eres mi amiga, o por lo menos, lo eras, maldita p*rra. Me tienes hasta aquí-siguió gritando-, voy a llamar al maldito cornudo de tu esposo y voy a decirle que te estás acostando con don po*lla gigante, ¿quieres?

Justin abrió la boca para hablar, pero Selenacomenzó con la infinidad de gritos.

-¡Vete a la mi*erda, Madeleine! Has lo que se te de la merecida gana, ¿quieres llamarlo? Pues bienvenida seas, llámalo. ¡Anda, llámalo!

Mady giró sobre sus talones y salió de la habitación mientras daba tremendo golpe a la puerta.

-Creo que te has equivocado al decir eso-dijo Justin en un tono muy bajo de voz-. Estamos muertos, Selena.

-No puede llamarlo-respondió Selenamientras tragaba con fuerza-. Primero porque no tiene su número, segundo porque Jaxon no la quiere y no le va a atender, tercero porque no se ánima y cuarto porque en unos minutos va a golpear la puerta porque está arrepentida.

-¿Cómo sabes todo eso?

-Somos amigas desde hace años. Esa pe*rra, va a vérselas conmigo cuando se me pase esta maldita resaca.

-¿Qué no has tomado nada?-ella negó-. ¿Nada de nada? ¿Ninguna pastilla?

-Nada, Justin. No traje pastillas y eso ni siquiera me hubiera calmado el dolor de cabeza, Mady ha estado molestando todo el maldito día.

-Ya, relájate, ¿si? Voy a darte algo que te quite ese maldito dolor de cabeza y luego salimos a cenar, ¿Qué te parece?

-Me encanta la idea-le sonrió.

Justin depositó un suave beso en los labios de ella. Se puso de pie y fue por pastillas para quitarle el dolor de cabeza.

Amor Oculto (JELENA) --FANFIC-- *PAUSADA*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora