5: Una noticia inesperada.

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Cuando desperté baje a desayunar, mi madre como siempre en la cocina, mi padre con su periódico y su café a un lado.

Mi padre bajo el periódico y se acerco a mi madre y le dijo algo en tono muy bajo, yo me acerque al lugar donde charlaban tratando de esconderme, dijeron algo:

-Creo que es hora de decirle cariño.

-No crees que la noticia es demasiado fuerte para el?-Trataban de esconderme algo, yo lo sabia.

-Esta bien, se lo diremos.-Dijo mi padre en tono de preocupación.
Salieron de la cocina, yo me se senté lo mas rápido posible, no quería que pensaran que estaba oyendo su conversación, se sentaron en la mesa junto a mi y me observaron, yo tenia el corazón latiendo muy rápido, hasta que mi padre dijo:

-Eduardo tenemos que decirte algo...

-Que pasa papa?-Estaba a punto de salirse mi corazón.

-Hijo, quiero que seas fuerte, no es fácil para mi decírtelo.

-Por el amor de dios, dímelo!!-Mi padre observaba a mi mama con preocupación.

-Carlos...

-Que papa, que pasa con Carlos?

-Carlos...Carlos esta muerto.-Mi mente empezó a dar vueltas, no puede ser posible, Carlos no esta muerto, no puede estar muerto.

-No papa, no es es cierto, Carlos no esta muerto, el no puede estar muerto.-Comencé a romper en llanto.

-Si Eduardo, parece que se suicido, lo encontraron hoy hace unos minutos en su baño tirado en su charco de sangre con muchas cortadas en la piel y una navaja en la mano, parece un suicidio, nos llamo la mama de Carlos, por que fuiste tu quien estuvo al ultimo con el.

-NO PAPA, EL NO ESTA MUERTO!!!

-Eduardo, calmate, por esa razón te queríamos decir, por tu claustrofobia.

Mi padre dijo algo mas pero lo ignore,
me subí a mi habitación y cerré la puerta con un fuerte golpe, me tire en la cama y comencé a llorar amargamente, Carlos no pudo haber hecho tal cosa. Decidí llamar a Kimberly.

-Bep, Bep, Bep...Hola?

-Hola, Kimberly, no puedes creer lo que paso.-Yo no paraba de llorar.

-Eduardo que pasa, calmate por el amor de dios.

-Es Carlos, esta muerto, parece que se suicido...

-Eduardo, no me estés jugando bromas pesadas...

-No es una broma, Carlos esta muerto, CARLOS SE SUICIDO!!!

-No puede ser, el no puede estar muerto.-Por su tono de voz ya estaba rompiendo en llanto.

-Que te parece si vamos a su casa, para ver si ayudamos a los policías a colaborar en algo de información sobre el?

-Si, esta bien nos vemos en su casa en media hora, adiós.

-Adiós...

Deje el teléfono a un lado de mi cama y comencé a recordar todos los momentos que pase con Carlos, sus momentos de alegrías, sus momentos tristes, como aquel día en que su perro Kenay murió por ser atropellado por un tráiler, el se puso demasiado triste.

Me levante y me puse unos pantalones negros, una camisa negra y mis Converse negros, teníamos que ir de luto por su muerte, pero yo iba con ropa de color negro por que hací sentía mi alma.

Salí de mi habitación, baje las escaleras y note que mis padre no estaban, salí de mi casa y note que estaba por llover, hacia demasiado frío y entre por una sombrilla y un abrigo, salí y me puse el abrigo.

Me dirigí hacia la casa de Carlos, cuando llegue había mucha gente, policías, ambulancias y ahí estaba Kimberly, cuando me encontró se acerco hacia mi.

-Eduardo no puede ser, el no pudo haber hecho eso.-Comenzó a llorar, las lágrimas me ganaron y apoyo su cabeza contra mi hombro y los dos lloramos.

Entramos a casa de Carlos, logre ver a su madre a la que la nombre Señora Gonzales ya que no sabia su nombre, era soltera, como de unos 43 años de edad, blanca al igual que Carlos, logre verla hablando con un agente de seguridad. Cuando me encontró le dijo algo al agente y luego lo vi acercarse hacia mi y Kimberly, me miro de pies a cabeza detenidamente y dijo:

-Tu eres Eduardo?

-Si, mucho gusto.-Dije estrechando su mano.

-Yo soy El oficial Ramirez, quisiera hacerte  algunas preguntas a ti y a tu amiga acerca de Carlos.

-Claro que si.— Kimberly y yo entramos a la casa de la mama de Carlos junto con el oficial Ramirez , nos sentamos en un sofá gris ( muy cómodo) que estaba en la sala y comenzamos a hablar...

Y Por Esa Razon Te OdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora