10: La Mariposa Azul

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Camine durante 30 minutos hasta llegar a su casa, al tocar la puerta se abrió de golpe.

–¿A donde vas?.–dije en tono de sospecha
–Como si eso te importara, Eduardo...–respondió con indiferencia.
–Mira, Kimberly, solo vengo acá por un motivo...
–¿De que mierda hablas, Eduardo?, ¿Estas bien? Creo que las terapias con el Doctor George son en vano...–dijo con enojo

Su rostro estaba pálido, con unas ojeras inmensas, como si no hubiese dormido por una semana, y eso me daba mas esperanza de saber la verdad, me sentía como un detective de aquellas películas antiguas, interrogando a todo momento.

–Vamos al punto, Kim, ¿tienes algo que ver con la muerte de Carlos?.–replique sosteniéndole la mirada con firmeza.
–¿Como puedes preguntar eso?, cuando tu le armaste un espectáculo en la cafetería el día que en que te dijo que se iría a otra escuela...–Se dio la vuelta y me miro.–¿Vas a pasar o planeas hacerme tus estúpidas preguntas ahí parado?

No supe que contestarle, recordé que aun llevaba la tarjeta con la mariposa azul de Carlos en el bolso del pantalón, la saque y se la mostré, como si sosteniera jugosa fruta fresca.

–¿Reconoces este dibujo?.–dije sentándome en uno de los sofás de la sala.
–¿De donde sacaste eso?.–miro la imagen con preocupación, y se sentó al frente de mi.
–Kimberly, yo se que Carlos no se mato, ¿sabes?, y voy a descubrirlo.–dije creyéndome un detective.
–¿Que? ¿Crees que yo lo mate?
–¿Por que no habría de creerlo?.–replique guardando la tarjeta en mis pantalones.
–Me da igual lo que pienses, Eduardo, siempre seras un pobre diablo metiéndote en asuntos que no te interesan.–comento fríamente.

Efectivamente, durante los primeros años de secundaria notaba a Kimberly ponerse nerviosa al estar Carlos cerca de ella.

–Se que estuviste enamorada un tiempo de Carlos, durante primer año, ¿a quien querías engañar?.–la mire alzando la ceja.
–¿Y por estar enamorada de el crees que yo tuve algo que ver con su muerte?–dijo burlándose.
–Tal vez fue por que siempre te rechazo, ¿quisiste vengarte por eso?.–dije parandome del sofá, la mire y me diriji hacia la puerta.–Investigare mas al respecto, no creas que puedes engañar a todos...–dije girando el picaporte.
–Nunca lo sabrás.–dijo parándose tras de mi, y tomando algo de su bolso.

Al abrir la puerta logre sentir que metía mi cabeza en una bolsa de plástico, apretando mi cuello con sus manos, intente quitar sus manos de mi, pero la respiración se me dificultaba, sentí un gran impacto contra mi cabeza, y luego la oscuridad...

Y Por Esa Razon Te OdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora