3 años más tarde
20:30 p.m.
El sol comenzaba a bajar por el horizonte. Cada faro se encendía iluminando el pavimento. Y la brisa comenzaba a ser cada vez más fresca a medida que el invierno se acercaba.
Cierro con llave una vez que salgo de la librería, en la que aun trabajaba, volviendo de regreso a casa. Cada paso que daba provocaba más arrepentimiento en mí del regreso a casa, donde aún yacían las tormentosas marcas. Tres años ya y aun no lo supero, no supero el hecho de estar solo y no volver a verlas.
Mis pretensiones por irme de este lugar cada mes se hacían aún más magnánimas pero aun no puedo dejar esto, no puedo dejar el lugar donde nací. Bastantes oportunidades ya he tenido para hacerlo pero soy un maldito cobarde que no puede olvidar nada aunque lo desee.
Entre a casa y lo único que había era puro desorden. Deseche mi mochila por algún lado y subí al cuarto derrumbándome en la cama y golpeando la almohada molesto y cansado.
-Soy un imbécil, Tomlinson eres un imbécil...- repetía al igual que mis golpes a la mullida almohada mientras pequeñas lágrimas de coraje deslizaban por mis mejillas. Respire profundo y deje los golpes de lado ya que nada ni nadie arreglarían el hecho de estar solo. Cerré mis ojos agotado y sin más caí rendido en el sueño.-
Sirenas sonaban por toda la calle causando mi despertar. Me acerque adormilado por la ventana tratando de ver que sucedía con exactitud pero los arboles me cubrían mí visión al final de la calle. Reste importancia a lo sucedido recostándome y pensando el motivo por el cual ambulancias habían llegado de urgencias. Tome de mi viejo oso y volví a quedar dormido, esta vez sin interrupciones.
*~*~*~*
7:30 a.m.
-Maldición- bufe cuando note que había olvidado las llaves de la librería y tendría que volver- Estúpido tenías que ser- maldije y camine de regreso a casa. De camino por la cuadra divise algo desechado a lo lejos, como una especie de caja. Me acerque más al objeto y logre ver de qué se trataba.
-¿Qué mierdas?- tome de él y lo vi detalladamente. Un diario, donde se en apreciaba una cuerda rodeándolo. Un dije de ancla colgaba de ella. Una cadena usada como marca página se encontraba al final de esta y colgando de él dos dijes dorados iguales al anterior a diferencia se trataban de una mariposa y un timón. No entendía que hacia allí pero como no vi a nadie cerca lo guarde en mi mochila y volví a casa en busca de las llaves.-
15:15 p.m.
No apartaba mi mirada de ese diario ni un segundo pero no lo leería aunque la curiosidad me matara por hacerlo, no aún, lo leeré cuando vuelva casa. Miraba el diario y mordía mi labio con ansias por leerlo.
-Contrólate, contrólate, lo leerás cuando llegues a casa. Vamos tu puedes Lou- apreté mis labios y cerré mis manos ansioso- Si, si puedo...No en realidad no- tome del diario quitando de la cuerda y abriéndolo con anhelo y angustia- Ay dios mira lo que haces estúpido- suspire y vuelvo a cerrarlo guardando de él en la mochila así no verlo.-
Termine de acomodar cada uno de los estantes y decidí tomar un pequeño descanso saliendo un rato del local y cerrándolo asegurándome de haberlo asegurado bien. Cruce a uno de los Starbucks que se encontraba en la galería. Una vez hecha mi orden busque del café y la rosquilla sentándome en una de los sillones junto al ventanal.
Un alto señor de aproximadamente unos 50 años esperaba sentado en la puerta del local con la mirada baja. Bufo y tomo las cosas volviendo al local así poder atender y no perder clientes. Ya que contaba gran parte de mi paga.
