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Narrado en tercera persona:

Ariana se dio cuenta que tenía cara de una completa romántica. Unas par de horas atrás, Andy Merino, la persona que más quería en el mundo le había dado un beso lleno de lujuria en los labios. Para ella significó todo, un beso lleno de dulzura, sinceridad y amor, y esperaba que Andy haya sentido lo mismo.

Ahora en su apartamento, esa sonrisa no se podría quitar fácilmente, ni con el jabón de rostro de Estee Lauder que había comprado la semana pasada. Ella, semi echada en la tina, recordaba cada segundo ese bello momento en su vida, como Andy la acercó a él, tomándola de la quijada y uniendo sus labios en un perfecto beso. Estos encajaban perfectamente como dos piezas de rompecabezas. Ella esperaba que el día siguiente llegue lo más rápido posible porque  le había comentado a su ídolo que miércoles era la reunión semanal de su familia. Le había contado que siempre se sentía extraña y excluida por su hermana, ya que esta cuando tenía a Luciano a su lado no hacia más que presumir que pronto se casarían, ¿y quien pensaría que terminarían? En eso Andy se auto-invito al almuerzo lo cual le importó en lo mínimo a Ariana, ella disfrutaba cada segundo que lo tenía al lado. Era un privilegio que compartiese su tiempo con ella, porque, ¿por qué ella? Podría ser cualquier chica hermosa que se topase en su camino, pero a él le gustaba pasar tiempo con Ariana, incluso ella tenía la finísima esperanza que ella a él le gustaba, pero se reía incrédula pensando esa locura.

En ningún momento se acordó de la pesadilla que había tenido la noche anterior, ella confiaba inmensamente en Andy, y sabía que no le haría daño.

***

-¿Estás lista?._le preguntó. Ariana se agarraba fuerte de su mano, pero si seguían en esa posición todos pensarían que son enamorados. Ella lo soltó pero Andy la volvió a agarrar. El corazón se le derretía. Tocaron el interruptor y en breves segundos una voz atendió la llamada.

-¿Quién?

-Hola papá, soy Ariana._saludó.

-Ahora te abro linda._respondió

Miró sus tacones rojos de Steve Madden y su vestido en corte V de Mango. En cambio Andy estaba con una camisa blanca y unos pantalones caquis que lo hacían ver fenomenal. Vio un poco más abajo del cinturón,su masculinidad se le notaba levemente. Cuando levantó la mirada él tenía una sonrisa pícara en la cara y sus ojos le decían: "yo sé lo que mirabas". Sus mejillas estaban más rojas que nunca.

En eso abrió la puerta Julia, saludó amablemente a ambos y se retiró. Andy inspeccionó con la mirada todo el patio principal, era una hermosa casa rodeada de jardines.La puerta de la misma casa estaba abierta, Ariana se soltó de su  agarre y fue a saludar a sus padres.

-¡Mamá, papá!

Su madre estaba hablando con Julia ordenándole algunas tareas, volteó donde Ariana y se unieron en un abrazo. La señora de reojo miraba a Andy.

-Hola joven, un gusto._saludó cordialmente. Lo vio durante unos segundos hasta que cayó en cuenta, ella sabía quién era.

-Espera...¿Tú no eres el 'youtuber' que mi hija sigue? ¿Te llamas Andy cierto?

-Es un gusto señora, y si, soy el 'youtuber' que sigue su hermosa hija.

-¿Son novios?._preguntó de repente.

Él miró a Ariana, esta se mantenía estática, su madre la había agarrado de sorpresa y en ese momento se dio cuenta que ni ella misma sabía que eran. Andy la miró sonriente y se acercó al oído de la señora y le susurró algo. Ella abrió inmensamente los ojos, su mirada estaba inmutada. Andy se incorporó, ella miró a ambos y los invitó a pasar a la casa. Ariana inspeccionó minuciosamente las comisuras de los labios de su madre, pero no encontró una mirada que la delatara.

-¿Qué le has dicho a mi madre?._preguntó ella con la curiosidad a full.

-Algo que se quedará entre ella y yo.

-Dímelo._insistió.

-No.

-¡Por favor!

-Que no.

Ella lo miró indignada y resentida. Él por lo contrario se mantenía sumiso.

Andy no volvió nuevamente agarrar de la mano a Ariana, lo cual la decepcionó un poco porque le gustaba ese gesto de él, por un momento surgió la idea de hacerlo ella, pero no tenía la confianza necesaria de hacerlo.

Cuando llegaron a la cocina, la comida ya estaba lista y servida. Ariana buscaba a su hermana con la mirada mas no la encontraba, ¿dónde estaba?

Todos ya estaban por sentarse en la mesa cuando se escuchó un grito demasiado reconocible.

-¡Ya bajoooo!._gritó Sophia desde el segundo piso.

Luego de unos minutos, todos sentados en la mesa y un silencio incómodo reinaba. Unos tacones retumbaban en las escaleras. En eso apareció Sophia, la hermosa, preciosa y perfecta Sophia.

-¡Perdónenme por la demora!, es que no encontraba el atuendo perfecto.

La miró de arriba abajo, horrorizada. Llevaba puesto un vestido mínimo cinco tallas más pequeñas que la suya y casi se le veía la vida. Ariana estaba segura que estaría todavía devastada como para llevar un vestido siquiera. Sophia miró a Andy, se mordió el labio inferior y luego miró a su hermana con una cara maliciosa. Estiró los brazos, su vestido se bajo involuntariamente por lo que se le escapó un pezón. Ariana se tapó la boca indignada, mientras Andy casi escupe el bocado de camarón que se llevó a la boca. Por su lado, Sophia se quedó tal y como estaba, sacudiendo un poco sus tetas. Ariana sentía que pronto se iba a desmayar. ¡¿Qué mierda hacia su hermana?!  En eso se dio cuenta lo que quería ella, lo quería a él.

-¿Cuántos años tienes Andy?._soltó de repente el padre de Ariana.

-23._respondió.

Ella se mordió la uña del dedo meñique.

Su padre lo miraba sorprendido, era estricto según las edades.

-Yo tengo 23 también._comentó Sophia mientras lo miraba con seducción. Andy de rato en rato le miraba los senos.

Ariana trataba de contenerse lo más que podía, sus ojos rebalsaban las lágrimas, ¿cómo le podía hacer eso su hermana?  Le dio un codazo a Andy, él ahogó un aullido de dolor.

En eso ella siente que se le cayó la servilleta de tela al suelo, se agacha debajo de la mesa con esperanzas que no hagan nada más arriba, pero incluso abajo su hermana trataba de ganar puntos abajo, su pierna acariciaba la de Andy, él la retiraba  pero ella se inclinaba un poco más para llegar donde estaba él. Ariana ya no podía aguantar más. Con la uña filuda de su dedo índice pinchó la pierna desnuda de su hermana, ella saltó de su asiento por el dolor. Ariana volvió a la superfície y la miró con los demonios dentro.

-¡Ups! Perdón hermanita. Fue un accidente.

Las dos se miraban con odio. Su madre miraba expectante toda la escena.

-¡Hora del postre!._comunicó tratando de calmar las aguas.

-Yo sé lo que quiero de postre._ronroneó Sophia mientras miraba a Andy de arriba abajo.

- ¡Pues búscate tu propio postre!._rugió Ariana

Sophia miraba desafiante a su hermana, y articuló con los labios: "Esto es la guerra"

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Quién lo diría- AndynsaneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora