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Tiré de mi cabello, frustrado. Sentía que mi cabeza dependía de un hilo, que estaba a poco de cortarse.

Comenzar con un "Érase una vez..." sonaba demasiado estúpido, si de verdad quería el trabajo, tenía que hacerlo bien y éste no era un buen comienzo.

Vague por recuerdos que inundaron mi mente, la ruptura fue algo que no esperaba a que llegara. Fue doloroso, y sigue doliendo, una relación de años que tenía esperanzas de llegar a lo más grande, a la presencia de Dios. Quería casarme con ella, tenerlo todo... Y ahora no tengo nada, ni imaginación para trabajar.

Luego de tanto tiempo, intentando y esforzándome había logrado llamar la atención de una de mis editoriales que había puesto como objetivo, lo que más me lastimaba era que ella había estado la mayoría de ese proceso, apoyando y dando palabras que hacían crecer aun más la esperanza. ¿Por qué se fue?

El mundo sin ella parecía un difícil examen en donde estaba seguro que reprobaría. Su rostro alegre, su sonrisa encantadora, la forma en que sus ojos desaparecían y se cerraban al sonreir. Todo de ella desapareció.

A lo que podría llamar corazón se estremecía cada vez más entre más recuerdos, ella, yo, ambos. Me estoy perdiendo...dolía mucho...

¿No dicen que cuando uno escribe tiene que hacerlo con el corazón?

Suspire mientras inclinaba mi cabeza hacia atrás, intentando de una forma muy torpe lograr que me llegara la imaginación.

¿Cómo escribir cuando me duele el corazón? ¿Cómo imaginar si en cada imagen aparece ella?

Quizás descansar un momento me haga bien...

***

Dejé caer el vaso encima de la barra, al momento que intentaba tragar el licor que se encontraba en mi cavidad bucal, al parecer era un shot de vodka.

Sólo un trago más, susurré y le indique al camarero. Me miro con una dudable comprensión y me tendió otro vaso. Lo tomé con seguridad, mi garganta se llevó la peor parte.

—¡Deme de ese vaso por favor!

Apareció una persona a mi lado, tomó asiento como pudo, estaba ebrio. Rebusco algo en sus bolsillos y luego dejó dinero en la barra. Por consiguiente volteó su mirada hacia mi.

—¿Un mal día o una mala vida?

Miró con ironía, probablemente se sentía acostumbrado a aquello.

—Algo de ambos...

Respondí como pude, aun me ardía la garganta. Nunca se me había dado bien el hacerme el valiente y este no sería la excepción.

—¿Un mal día o una mala vida?

Volví a repetir, al momento que clavaba mi vista en él, observándolo.
Su cabello negro azabache caía en cascada hasta sus ojos oscuros que parecían perdidos ante el efecto del alcohol. Sus labios carnosos, con tonos rojizos... volviéndose atractivos ante mi análisis.

Me volvió a mirar y yo sostuve mi posición, esperando su respuesta.

—Sólo un mal día, nada que no pueda arreglar un trago.

Levantó su vaso en forma de brindis, nadie le tomó atención. Todos estaban lo suficientemente concentrados en beber sus licores depositados en aquellos vasos de vidrio, que si fueran personas, estarían más ebrias que todos ellos juntos.

¿En serio lo piensas?, dije en mi mente. Había conocido a personas que por un día en el que no haya habido nada bueno ya sentía que todo estaba acabado. Este chico es optimista.

DELIRIUM ¡! KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora