III

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El clima no era favorecedor, el cielo nublado anticipaba que llovería. La fuerza del viento hacía estremecer a las ramas de los árboles más fuertes, el patio parecía estar estable, el color vivo aun se mantenía. Abuelos y niños paseaban por ahí, algunos jugaban y otros simplemente tomaban asiento sobre el césped. Un estruendo se escucho y como un rayo, la gente que paseaba por ahí desapareció.

—Debe de estar en un especie de shock, de seguro no sabe que ha sucedido.

—Pero... ¿estará bien?

—Claro, pero este síncope no ha sido por casualidad. Debo decirle que el paciente Jeon padece estrés emocional, este puede ser la causa de su desmayo, además de su mala alimentación... le recomiendo que le cuide, este estado en el que esta es muy delicado.

Oía y a la vez no escuchaba, estaba despierto pero no consciente. Quise mover mi mano pero fue complicado, me sentía con un notable cansancio, además de un control de mi cuerpo negado. Ni por más movimiento que hiciera sobre esta cama, estaba seguro de que mi cuerpo no se movería.

Como en una caja de vidrio, totalmente invisible, me sentía... mi cuerpo dentro de este intentando causarle una grieta al objeto captor, pero nada. Era en vano. E inesperadamente, el cansancio me invadió y cerré los ojos. La oscuridad volvía a mi, entre sombras, camuflándose para dar con un golpe final.

Hubiera sido predecible el no sentir nada, si prácticamente ni el cuerpo podía mover. Para mi favor, no fue así. Podía percibir las delgadas sábanas debajo de mis dedos, mi cabeza descansando sobre una almohada un tanto incómoda, de tal modo que también podía percatarme de como unas yemas acariciaban casi sin tocarme, mi mano. Era agradable la sensación de como nuestros tejidos se unían al hacer contacto, una fricción de milisegundos, que para mí duraban milenios. Extrañaba esa sensación, el sentirme querido.

Suspiró. —Al fin despiertas, dormilón. Creí que me vendría a vivir acá hasta que despertaras.

Soltó una carcajada, justo esa, la que me irritaba.

—No hagas que quiera dormirme de nuevo.

Escupí.

—No seas pesado, Jungkook. Me preocupé por ti.

Me incorporé sobre la cama, su rostro aun tenía rastros de cansancio. Quizás si se preocupó por mi.

—Oye... Gracias por estar acá, en serio.

—No es nada, además era mi responsabilidad, te desmayaste frente a mi.

Y como si se tratara de una sinapsis cuando se te ocurre una idea, llegó a mi el recuerdo de mi desmayo. Mi expresión facial cambio al instante, y él pareció notarlo.

—¿Estas bien?

—S-si...

No, no estoy bien. ¿Es posible que todo lo que él hizo por mi ese día haya sido parte de mi imaginación? Me estoy volviendo loco... ¿Quién me asegura que no estoy alucinando?

O sólo fue un sueño...

Luego de que mi mente reflexionara, me di cuenta de que había sido demasiado estúpido. No podía andar suponiendo, lo más probable es que haya sido un sueño. Y yo alterándome, actuando como desquiciado.

De regreso a mi casa, Jimin en ningún momento se alejó de mi, pareciera que se tomó muy en serio el papel de "cuidarme". El doctor me había aconsejado que me preocupara por mi alimentación y que fuera al psicólogo por mi situación y estado emocional. Me rehúse. No estoy loco, ni tampoco estoy depresivo, sólo estoy angustiado por la pérdida de mi único ser vivo, de mi única vida.

DELIRIUM ¡! KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora