1.-Comienzo

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Samuel estaba en el río, aventando piedras, a la laguna mientras esperaba a Nuria, ella le prometió que hoy le daría un regalo muy especial que tenia para él y le pidió que se quedaran de ver en la laguna, ya tenia media hora esperando hasta que sintió que alguien le tapaba los ojos, y se volteo sonriendo pensando que era ella, pero no, su sonrisa se borro cuando se dio cuenta que era Andrea la que estaba ahí.

Samuel: Señorita Andrea que diablos hace aquí?-dijo molesto y ella mantuvo la sonrisa que tenia, una cosa que amaba de Samuel era su carácter, le encantaba fastidiarlo.

Andrea: Tranquilo rancherito, no es para que te enojes, solo veía por aquí. te vi sentado, y me dije...vamos a molestar al pobre capataz novato.-dijo sonriendo mientras se sentaba junto a él.-A quien esperas? A mi hermana?

Samuel: Eso es algo que no le importa.-dijo serio y se giro para mirar a otro lado que no fuera ella. Desde que eran pequeños Andrea siempre lo había molestado y no sabia porque, el ni siquiera la volteaba a ver.

Andrea: Yo se que mi hermana te gusta, y sabes aunque parece increíble, creo que le gustas a ella.-dijo sonriendo.

Samuel: ¿Y porque le parece increíble?-pregunto molesto.

Andrea: Pues porque mírate, eres un pobre diablo, apenas y tienes para vestirte, ni siquiera tienes casa propia, eres como un vagabundo o un naufrago, si no fuera por mi padre que te da techo no tuvieras ni establecimiento.

Samuel: Pero tengo sentimientos señorita Andrea, y soy un hombre leal, justo, bueno, y caballeroso y sobre todo amo a su hermana con toda mi alma.-dijo acercándose a ella enojado y esta soltó una risita.

Andrea: Que ego tan grande rancherito. Pero me acabas de decir lo que vine a investigar, así que estas muerto de amor por mi hermana no?.-pregunto sonriendo y él apretó la mandíbula.

Samuel: ¿Por qué me dice rancherito si sabe que me molesta?!-gruño furioso.-Y si, si a eso vino, esta bien amo a su hermana, ya!

Andrea: Esta bien, que genio.-dijo riendo y se acerco a él mostrándole una cajita pequeña.-Ten.

Samuel: ¿Que es?-pregunto con el ceño fruncido y ella sonrió.

Andrea: Es una medallita trae la imagen de Jesús, y trae tu nombre, es de oro he! Yo no regalo cualquier cosa, te la puedes poner cuando quieras, o bien la puedes vender, sirve y te compras unos zapatos nuevos..-dijo riendo y mirando sus zapatos, los cuales estaban despegados de la suela de enfrente.-Ay rancherito eres más pobre que un perro desamparado.

Samuel: ¡Tenga su tonto regalo no lo necesito!-grito enojado, pero ella seguía con su sonrisa burlona.

Nuria: ¿Que pasa?-pregunto llegando y miro seria a Andrea cuando la vio.-¿Que haces aquí Andrea? Tu no tienes porque estar aquí!

Andrea: Ya, relájate hermanita, solo pasaba por aquí, y quise molestar un poquito a Samuel, pero ya me voy.-dijo montándose a su caballo y lo miro por ultima ves mientras sonreía.-Adiós Samuel, y feliz cumpleaños.

Nuria: Como sabe que es tu cumpleaños?

Samuel: No tengo ni la menor idea, pero no le hagamos caso, Andrea siempre estropea todo, hoy no ¿si?-pregunto besando las manos de Nuria, quien sonreía.-Y bueno, cual es mi regalo, porque tanta insistencia en que viniera hoy aquí.

Nuria: Bueno, se que tu cumpleaños es mañana pero tenia muchas ganas de verte hoy, además mañana no voy a estar por una comida familiar que vamos a organizar por lo tanto no podre darte tu regalo.-dijo sonriendo y acercándose a acariciar su pecho.

Samuel: ¿Y cual es mi regalo?-pregunto mirándola embobado.

Nuria: Que acepto tu propuesta, acepto ser tu novia y el amor de tu vida.-dijo y lo beso.

Samuel estaba en las nubes, sentir los labios de Nuria sobre los suyos, tan cálidos y suaves moviéndose apasionadamente sobre los suyos, nunca pensó que ella besara así, siempre pensó que era una mujer tímida, casi indefensa, y el echo de que lo besara con tanta experiencia lo sorprendía pero para nada lo desilusionaba, la tomo de la nuca entregándose más al beso y la cargo en brazos mientras le daba vueltas por los aires y ambos sonrieron pero sin separar sus labios.

Samuel: Te juro que soy el hombre más feliz del mundo.-dijo sonriendo mientras la bajaba de sus brazos.-Me has dado el mejor regalo de 20 años. Te juro que hare que esto funcione.

Nuria: Yo también.-dijo riendo y lo abrazo, para después volverse a besar.

Los dos pasaron el mejor dia de sus vidas, o por lo menos para Samuel lo fue, una tarde con ella, los dos, nadando, platicando y besándose, ahora si Nuria era su novia, en toda la extensión de la palabra, es verdad que siempre habían compartido momentos lindos pero ninguno como ese, más porque desde pequeños el siempre había estado enamorado de ella, por eso le enojaba cuando Andrea le hacia maldades o molestaba con sus comentarios, a él podía decirle cualquier cosa pero a Nuria no.

Andrea estaba en su cuarto, en unos días se iban a Italia y ella estaba tan entusiasmada... por fin se iba a encontrar con Bruno, hace tanto tiempo que ya no lo veía, y por fin lo haría cuando se fueran, por otra parte no dejaba de pensar en su prima y Samuel, los había visto besándose antes de que se fuera de ahí y eso le preocupaba, su prima estaba en una relación con Carlos, uno de los niños del colegio y no estaba bien que se besara con Samuel.

Nuria: Hola.-dijo entrando.

Andrea: Hola, que tal te fue con Samuel?-pregunto sentándose en la cama y Nuria la miro sonriente.

Nuria: Me propuso que fuera su novia.-dijo y Andrea la miro sorprendida.-Y le dije que si.

Andrea: ¡¿Que?! Pero no puedes andar con Samuel! Tu estas con Carlos y eso no es justo ni para Carlos ni para Samuel.-dijo enojada y Nuria la miro con el ceño fruncido.

Nuria: ¿Y porque no? Tranquila, Samuel me gusta, me gusta mucho, y quiero andar con él, si veo que vamos para algo más serio pues dejo a Carlos, es bueno tener dos opciones siempre, además ya nos vamos y seguramente dentro de mucho ya no nos vamos a ver, y en Italia me puedo encontrar a mi verdadero amor, y tanto Carlos como Samuel se quedaran en el pasado.

Andrea: Bueno, pero a todo esto no se porque aceptaste, nos iremos en unos días, osea que es patético que andes con alguien ahora.

Nuria: Precisamente por eso hermanita, solo andaré unos días con Samuel y ya después todo se quedara en el olvido.

Andrea: Bueno pues allá tu y ellos.-dijo levantándose y cuando sujeto la toalla de la silla para matarse a bañar miro a Samuel por la ventana. "Ay rancherito...pero tu tienes la culpa por fijarte en la equivocada" se dijo mirándolo con cierta tristeza y se metió a bañar.

Samuel estaba terminando su trabajo en la hacienda y después se dispuso a salir de ahí, tenia una gran sonrisa en los labios, y todo por Nuria, era la mejor mujer que había conocido en su vida, y lo mejor es que era su novia "Novia, que lindo se escucha eso" se dijo sonriendo mientras salía, y al meterse las manos al pantalón encontró la medalla que le había regalado Andrea, recordando sus palabras, nunca nadie lo había humillado de la forma en la que comúnmente lo hacia ella, miro sus zapatos con cierta tristeza, Andrea tenia razón no tenia ni para comprarse unos nuevos.

Samuel: Solo por ti no la tiro o la regalo a la primera persona que vea.-dijo mirando la imagen de Jesús.-Aunque seguro solo te compro con el pretexto de molestarme, no podría tirarte.-susurro y la volvió a meter en el bolsillo de su pantalón.-Pero algún día te demostrare que puedo llegar a ser alguien Andrea, seré el mejor arquitecto del pueblo, y vamos a ver si me sigues humillando...

INDIFERENTESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora