17.-Bienvenida

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Andrea: Rancherito!-grito detrás de él y este cayo de espaldas quedando al descubierto, mientras ella sonreía poniendo sus manos en su cintura.-Así que espiándome mientras nado en ropa interior...no, no, no eres un cusco rancherito...

Samuel: Yo...yo no estaba..-comenzó a hablar pero de lamento por el nerviosismo de su vos.-Señorita.

Andrea: Esta bien, esta bien, no te voy a matar, solo acepta que te mueres por mi.-dijo divertida mientras se acercaba a él, aunque sabia que no era verdad el echo de que Samuel pudiera fijarse en ella, la idea de que le gustara le traía esperanzas, y más ahora que Nuria no estaba.-Dime ranchero...te gusto?

Samuel: No.-dijo mirándola a los ojos y ese no rotundo hizo que la sonrisa de Andrea se desvaneciera.-No me gusta, aunque debo reconocer que esta hermosa señorita Andrea y que seguro debe tener a muchos hombres detrás de usted. Pero no es mi tipo, ni yo el suyo, perdón por verla, se que estuvo mal pero no volverá a ocurrir permiso.

Andrea: Eso espero Samuel, porque no es de hombres espiar a mujeres mientras se bañan! Y si te vuelvo a cachar espiando te voy a denunciar por acoso sexual y por cochino me escuchaste!!!.-grito enojada mientras miraba como el se iba.-Ranchero idiota..-susurro y comenzó a vestirse para después subirse a su caballo e ir a la hacienda.

Mientras se iba Samuel aun sentía el galopeo de su corazón, a todo lo que daba, por un momento estuvo tentado a decirle la verdad a Andrea, que desde que se fue no la había podido sacar de su cabeza, que pensaba en ella día y noche, e incluso llego a soñar con ella, pero no, la conocía bien y estaba seguro que si le decía eso, ella se iba a burlar de él.

Samuel: Este tu de verdad eres un imbécil!-se dijo mientras manejaba.-Como se te ocurre ir a ver a la señorita cuando sabes que se estaba bañando, si ahora ella se encarga de fastidiarte con eso, será culpa tuya por bruto.

"Pero se veía tan linda...tan hermosa y...Dios Andrea que me hiciste, maldito el dia en que te bese, desde ese momento no dejas de atormentar a mi cabeza con tu presencia" se dijo mientras llegaba a su casa y salía del auto.

Rosa: Todo bien señor?.-pregunto y este asintió.

Samuel: Si, gracias, por cierto, no comeré aquí ire con mi amigo a una cafetería, así que si quieres tomate un descanso o has algo que te guste.-dijo sonriendo y Rosa asintió contenta.

Rosa: Gracias señor. Disculpe.-dijo cuando este se iba.-De echo el señor Abram esta en su despacho, lo esta esperando.

Samuel: Oh, bueno voy a verlo.-dijo y se fue directamente para su despacho en donde encontró a su amigo sentando en su silla leyendo un libro.-Tu leyendo? Cual es el motivo?

Abram: Aburrimiento hermano.-dijo sonriendo mientras cerraba el libro y se coloco en otra silla.-Te estaba esperando para decirte que no vamos a poder comer, me hablo Alonzo ya regreso y tengo que ir, pero si tengo minutos para platicar.

Samuel: Te lo agradezco, porque tengo mucho que contarte.

Abram: De Adriana me imagino.

Samuel: Andrea.-dijo y su amigo asintió.-Bueno si, y ahora más que nunca me tienes que ayudar porque no se que hacer con ella y con esto que me pasa cuando estoy cerca, Abram no creo que llegue a amor, porque lo lamentaría mucho, pero si me gusta y creo que...la quiero.

Abram: Y porque dices eso? Sientes maripositas cuando estas cerca de él?-pregunto burlándose y Samuel lo miro serio.-Esta bien, era una broma.

Samuel: No siento eso, pero hoy la seguí al lago en donde íbamos cuando éramos pequeños y aunque sabia que era incorrecto no pude evitar verla semidesnuda..-dijo y su amigo se enderezó mirándolo como si hubiera dicho una calamidad.

Abram: Tu tienes que contarme todo!-dijo impresionado y Samuel suspiro...

Andrea: ¿¡Como que me harán una fiesta sorpresa?! Porque nadie me lo dijo?-pregunto molesta mientras Petra comenzaba a reír.

Petra: Nadie te lo dijo porque una fiesta sorpresa se trata de que el festejado no se entere, pero si te lo estoy diciendo ahora es porque no quiero que les hagas a tu padre alguna grosería como siempre haces.-dijo y Andrea sonrió.-Dije que no Andrea, mi niña, tus padres no merecen que te portes así con ellos, y si quieren hacerte esta fiesta es porque quieren festejar a todos el echo de que tu hayas regresado.

Andrea: Nana este...

Petra: Por favor hazlo por mi, quiero que les agradezcas cuando sea la fiesta, que estés feliz, y que disfrutes.-dijo y Andrea hizo una mueca.

Andrea: Ni siquiera conozco o me llevo con los de aquí.

Petra: Bueno esta Samuel, no te llevaras con él, pero lo conoces y esta invitado.-dijo y Andrea sonrió leve.

Andrea: Y tu crees que Samuel asista a mi fiesta?

Petra: Seguro si, ese muchacho es bueno, así que no hagas una grosería delante de todos por favor, aunque a veces te cueste aceptarlo, tus padres te aman. ¿Te comportaras?-pregunto y esta asintió.

Andrea: Si, tienes razón, mis padres me organizaron esto para darme la bienvenida y debo aceptar que es un lindo detalle.-dijo sonriendo y abrazo a Petra...

Los días habían pasado rápido, Andrea siguió como si no supiera nada para no meter en problemas a Petra pero la verdad era que se moría por darles las gracias a sus padres aunque tampoco quería hacer eso, ya que no era de las que daba las gracias, pero ya lo haría en su momento. Con uno de los empleados fue a recorrer el pueblo completo y ya más o menos estaba comenzando a conocerlo mejor. Pero echaba de menos Samuel, pero no encontraba algún pretexto para verlo, y ni siquiera sabia donde trabajaba o donde vivía y no quería preguntar a sus padres para que después no pararan de molestarla.

Cayetana: Estas lista?-pregunto mientras ella salía del probador con un vestido azul marino largo con incrustación de diamantes y abertura de la pierna derecha.

Andrea: Si! Quiero este vestido. Lo que no entiendo es porque tengo que llevarlo puesto? Y porque quieres que pasemos a la estética? Y porque estas tan elegante?-preguntó haciendo la que no sabia, podía no hacer preguntas pero sabia que era el día de la fiesta y porque no aprovecharse de la situación y poner en aprietos a mi mamá.-Todo esto es muy raro sabes...

Cayetana: Ay ya! No hagas preguntas y vamos...-dijo y se fueron mientras Andrea sonreía.

Abram: Entonces si vas?.-pregunto mientras Samuel comenzaba a ponerse el saco.

Samuel: Si, tengo que ir, además se lo prometí a los señores y no puedo fallar aunque ella no me quiera ahí.-dijo sonriendo y sujeto la corbata...-No mejor voy sin corbata es más cómodo.

Abram: Bueno, pues yo te sugeriría que te fuera ya! Porque es tarde. Y se supone que ya ha empezado hace 20 minutos.

Samuel: Enserio? Rayos.-dijo mirándose al espejo y salió de su cuarto mientras su amigo sonreía.-Nos vemos luego.

Abram: Ya enamorado, ve de una ves!-grito y comenzó a reír.-Vaya...lo que hace el amor pfff.

Andrea se encontraba conversando con unas amigas de su madre, quienes hasta ahora se había portado muy bien con ella, no haciéndole tantas preguntas, el recibimiento al llegar a la hacienda y entrar la sorprendió, no pensó que la recibirían tan bien como lo había echo, y se sentía muy cómoda, después de todo le agrado que sus padres le hicieran esa fiesta y lo mejor es que gracias a Petra supo como actuar.

Andrea: Me permiten, se quedan en su casa.-dijo sonriendo y comenzó a separarse caminado hasta el balcón mirando si llegaba Samuel, desde que llego no hacia más que buscarlo entre la multitud pero no había señales de él. "Sera que no llegaras?" pensó con tristeza y suspiro "¿Porque no te importo ranchero, porque no me logras ver como veias a Nuria? ¿Tan insignificante soy?..."

Samuel: ¿Se encuentra bien señorita?-pregunto detrás de ella y esta se volteo esbozando una sonrisa que paralizo el corazón de Samuel.

Andrea: Vaya, después de todo si asististe.-dijo quitándose un mechón de cabello mientras trataba de tranquilizar su respiración.

Samuel: Disculpe la demora señorita, pero nunca me perdería de una fiesta echa por sus padres, y menos si es en su honor..-dijo agarrando la mano de Andrea y se la llevo a los labios.-Se que es muy tarde pero...bienvenida a Houston, es un placer tenerla aquí...

INDIFERENTESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora