Andrea sentía que sus emociones la estaban quemando, así se sentía por dentro, como si estuviera ardiendo, sintiendo como Samuel comenzaba a devorar su garganta mordiendo y chupando de una manera que no hacia más que aumentar la excitación, sentía su pecho desnudo sobre sus senos, y gimió cuando el poso la mano en una de sus piernas para después comenzar a subir hasta su cadera, pegándola más a su cuerpo.
Samuel estaba tan perdido como ella, era el deseo el que los controlaba, y él llevo la mano hasta la camisa, desatando botón por botón, hasta que quedo completamente abierta, y la alzo un poco para quitarle la camisa, aventándola por algún lado de la habitación.
Samuel: ¿Quieres que te haga el amor?-pregunto mirándola, con la respiración agitada y ella se sentó a su lado, llevando sus manos hasta sus hombros sin dejar de mirarlo ni un instante y bajo los tirantes de su sujetador.
Andrea: En este momento es lo que más deseo.-dijo y dejo caer el sujetador dejando al descubierto sus pechos.
Cuando él la miró, algo ocurrió, algo frenético, algo que Andrea no había experimentando antes, el corazón le latía demasiado deprisa y tenia las manos cubiertas de humedad, los ojos de Samuel eran tan oscuros y penetrantes en ese momentos que era como si pudiera ver todo en ella. Samuel se acerco a ella para apresar su boca con lentitud, disfrutando de su sabor mientras cautivaba su boca, la recostó sobre la cama quedando nuevamente encima de ella.
Envueltos el uno en el otro, Samuel por fin consiguió dejar de besarla en la boca, para apresarle un seno sintiendo como ella se estremecía bajo su cuerpo, las manos de Andrea se cerraron sobre su cabello apretándolo contra ella, a la ves que se le escapaba un gemido de placer. Ella llevo sus suaves y delicadas manos hasta los pantalones de Samuel, desabrochándolos y metiendo sus manos comenzando a bajarlo hasta donde pudo, después el termino de quitárselo, volviendo a atormentar sus senos, mordisqueándolos provocativamente, primero uno y luego el otro, bajando por su vientre, su cadera, besando su cintura, mientras escuchaba los gemidos que Andrea no podía controlar, hasta que llego su punto, y ella jadeo al sentir la respiración de Samuel en su intimidad, para después sentir su lengua invadiéndola, acariciando y besando todo lo que quería de ella, y una arrolladora combinación entre vergüenza y excitación la envolvió sin saber que hacer más que rendirse cada ves más a él.
Andrea: Samuel...!-jadeó sintiendo como cada ves más la presión entre sus muslos se hacia insoportable, le clavo las uñas en los hombros sintiendo como intensas oleadas la invadían y grito cuando por fin su orgasmo llego, sintiendo las convulsiones en todo su cuerpo.
Samuel: Tengo que preguntarte.-susurro al quedar completamente desnudo encima de ella y esta lo miro con la respiración entrecortada.-¿Eres virgen? No es por nada malo, pero...no quiero lastimarte.
Por un momento pensó en decirle la verdad pero tenia miedo de lo que él pudiera pensar, y le avergonzaba que a su edad no hubiera existido aun un hombre en su vida, "¿De verdad dolerá? Se pregunto cuando lo miro completamente desnudo, no, no creo que duela tanto, se que puedo soportarlo"
Andrea: N..no.-dijo al fin mirándolo a los ojos y este sonrió asintiendo, capturando sus labios devorándolos con una pasión incontrolable, el calor, la fuerza, sus emociones, Samuel estaba en un abismo lleno de pasiones que cada ves lo atrapaba más y más, sintiendo que perdía completamente el control cuando ella comenzó a recorrer su cuerpo con sus manos, ya no podía más con el placer que había reteniendo hasta ese momento, y separo los muslos de Andrea colocándose sobre ella, al tiempo que devoraba su cuello, y entro en ella de golpe, sintiendo una sensación más embriagadora que había experimentado, pero el grito de Andrea lo hizo parar de golpe, tensando todo su cuerpo.
Para Andrea el dolor fue como una cuchillada, fue tan intenso que la hizo gritar, sin siquiera darle tiempo de morder su labio para evitarlo, clavo las uñas en los hombros de Samuel y no pudo evitar que sus lagrimas salieran "Maldición, esto duele, duele mucho..."
Samuel: Eras...virgen, ¡Porque demonios no me lo dijiste!?-pregunto conteniendo la respiración mientras las lagrimas de Andrea caían. La imagen fue tan dura que el quiso matarse en ese momento.
Andrea: Pensé que podría soportarlo.-dijo soltando un sollozo, pero cuando sintió que el se retiraba lo detuvo.-No, por favor, Samuel me has dado el dolor más grande de mi vida, si me abandonas ahora sin darme un placer que lo compense juro que te lo cortare y se lo daré de comer a los cerdos.-dijo abriendo los ojos y Samuel lanzo una maldición cuando vio la suplica que había en ellos.-Por favor...
Samuel: Ven aquí.-susurro abrazándola mientras llevaba una de sus piernas y la colocaba alrededor de la cintura quedándose quieto por un momento mientras las gotas de sudor comenzaban a caer hacia los senos de Andrea, todo su cuerpo estaba tembloroso por el esfuerzo, pero tenia que conseguir que se acostumbrara a tenerlo dentro. Y ya no pudiendo más comenzó a moverse lentamente mirando como ella iba cambiando de expresión.
Samuel: ¿Quieres que me mueva más?-pregunto y ella se mordió el labio inferior asintiendo.
Andrea: Si, estoy lista...quiero más.
Samuel levanto un poco más las caderas, y profundizo un poco más las penetraciones, escuchando como Andrea se abrazaba a él, y comenzaba a gemir, mientras más aumentaba el ritmo podía sentir como el pequeño cuerpo de Andrea empezaba a estremecerse y los muslos se apretaban y relajaban alrededor de sus caderas, el interior de Andrea ardía en pasión, excitación, necesitaba más, mucho más, quería todo de Samuel, y comenzó a aferrarse de su espalda envolviéndolo con sus piernas para sentirlo más adentro, mientras el la hacia suya de forma frenética, fuerte y salvaje, llenando el cuarto de jadeos, gemidos y gritos, ahora...de placer. Hasta que con un poderoso movimiento se vacío dentro de ella.
Samuel: Andrea...oh Dios Andrea..-susurro agitado y plenamente feliz, cayendo a su lado completamente exhausto, se rodo hacia ella tomándola de la cintura y pegándola a su cuerpo esperando a que ella se durmiera, pero ella no se durmió, no tenia sueño, ni el tampoco.
Sintió como se aferro a él, inundando de besos de su mejilla a su brazo y cuando el la miro se sintió perdido ante aquella dulce y tierna sonrisa que ella le mostraba.
Andrea: Vamos hacerlo de nuevo ¿Si?.-pregunto con vos inocente que le paralizo el corazón y por increíble que fuera se sintió excitado de nuevo. Así de fácil.
Samuel: Esta ves, lo disfrutaras aun más.-susurro sobre sus labios y apretó su boca contra la de ella. Era suya, completamente suya...