Melizabeth

La princesa y el Dragon. ♡Lemmon♡

Los siete pecados capitales, llegaron a Camelot.

Entraron en una gran puerta real. Se veían esculturas, cuadros y algunos sirvientes todo estaba muy formal.

-De acuerdo chicos, les enseñare sus habitaciones. Arturo quiere comer con ustedes esta tarde, así  que, les deje su ropa en su habitación.- Dijo Merlín mientras camina por los largos pasillos del castillo.

Primero llegaron a la habitación de Diane, luego la de Ban, después la de gowther, seguido de King. Finalmente llegaron a la habitación de Elizabeth y a lado de esa habitación, la de Meliodas.

-Bien, deben de estar listos en dos horas.- Dijo Merlín mientras que los dos asienten y se van a sus habitaciónes.

Elizabeth fue al baño, se desvistio y empezo a bañarse. Quedo maravillada con el olor del jabón, olía a flores... Flores dulces... Reconoció el olor, vuele a Alyssum. Saco varias burbujas y jugo un rato con ellas. Después de enjuago y salió. Fue al cuarto y eligio un vestido rojo, que le llegaba a los tobillos. Eligio unas zapatillas blancas, se peino y salio de la habitación.

Cuando salió se encontro a Meliodas saliendo también. Ella se sonrojo. Traía una camisa elegante blanca y unos pantalones negros brillantes, junto con sus botas.

-¡Oh! Elizabeth. ¿Vamós juntos?- El pregunto, ella solamente asintio y se acerco a el. -Te vez muy bonita Elizabeth.- Ella se sonrojo mas de lo que estaba y aparto la mirada.- Gracias... Tu también te vez bien...- Dijo con timidez. El se rio y saco una gran sonrisa.

Caminaron y caminaron hasta llegar al comedor real. Ahí se encontraron a todos sus compañeros sentados en la mesa.

-¡Oh! Capitán de los siete pecados capitales.. Es todo un gusto. Soy Arturo Pendragon el Rey de Camelot. ¡Ah! Y por supuesto Princesa Elizabeth.- Dijo mientras apretaba la mano de Meliodas de saludo y le daba un beso en la mano a Elizabeth. Meliodas miro ese gesto y aparto la mirada. -Si... Es todo un placer...- Contesto con la mirada baja. -¡Bueno! ¡¿Que esperamos?! ¡Vallamos a comer!- Grito todo entusiasmado Arturo.

Meliodas y Elizabeth se sentaron y en eso empezaron a venir sirvientas a traer su comida. A todos le sirvieron vino. Y comenzaron a hablar.

-Bueno... Me gustaría entrenar con usted. Señor Meliodas.- Dijo Arturo mientras llevaba un pedazo de carne a su boca.- Claro sera un placer, usted diga cuando y yo estare ahí.- Saca una sonrisa y empezó a beber el vino.

-Rey Arturo.. Usted es una persona muy joven, muy carismatica y muy guapo! Así que... ¿Dónde esta la reina?- Pregunta Diane, King aparto la mirada y Arturo sonrio y puso una mano atras de la cabeza. -No hay. Jijiji.- Rio y Diane le brillaban los ojos. -Bueno se supone que tengo que buscar a alguien joven, para que pase toda la vida conmigo. Quisiera encontrarla... Una chica, hermosa, elegante, amable, fuerte, valiente.- Sus ojos se desvian hacia Elizabeth, ella nota aquel acto y se sonroja, desvia la mirada. Meliodas noto que se sonrojo y el gruño.

-Bueno, dejemos de hablar de eso.- Termina el ultimo bocado y se limpia con una servilleta.- ¿Alguien quiere postre? ¿Usted princesa?- Ella mueve la cabeza hacia los lados.- No gracias.- Las sirvientas recojen sus platos y se los llevan. -Bueno, los dejo. Tengo asuntos pendientes. Mañana por la noche habra una fiesta de llegada a su honor, espero que no falten..- Dijo y se retiro.

Elizabeth se fue hacia su cuarto acompañada de Meliodas llegaron y entraron a la habitación de Elizabeth. Meliodas gruñe. -Señor Meliodas... ¿Pasa algo?- El solamente desvia la mirada. -No, nada.- Lo dijo lo mas serio posible. -Estas actuando muy raro.- Ella le pone una mano en el hombro y el le agarra la muñeca arrastrandola hacia el. -Señor Mel.- El le pone un dedo en la boca y hace. -Shhh.- El se acerca mas a su boca y casi rozan sus labios hasta que un portazo los interrumpio.