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Diario de Nanami.

Querido diario:

Mientras esperaba el autobus para ir al instituto me acerqué al restaurante. Unos cuantos hombres japoneses transportaban cajas de pescado y firmaban facturas.

Ni rastro de mi repartidor de sushi favorito.

Una pena, porque hubiera sido muy romántico haberle visto allí, entre la parada del bus y el restaurante, resguardados del sol de marzo por los cerezos en flor.

Realmente no sé si son cerezos o no, pero se parecen mucho a los cerezos tradicionales japoneses, y como amo Japón, no podían faltar en mi vida.

Siempre tuya, una Nanami romántica.

Sushi. ©  [Historia Corta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora