Estaba exhausto, tanto mental como físicamente. Por ello agradecía el haber comprado un traje antes de irse a Venecia, no tenía tanto que hacer.
Después de tirar sus maletas por ahí y apenas darse una ducha, se dirigió a la salida de su cálido apartamento. La nota de Wonsik no tenía una fecha, pero no le importaba ir cada día hasta encontrárselo... No se rendiría.Cuando llegó al hogar de su mejor amigo pasó sin siquiera tocar el timbre. Aquella era como su segunda casa, donde tenía la mayoría de buenos recuerdos junto a Taekwoon.
—¡Estoy en casa! —gritó, dirigiéndose a la cocina. Un silencio abrumador se mantuvo—. ¿Taekwoon? ¿Te desmayaste ya?
Tomó un par de nueces de un tazón en la mesa, masticándolas con gusto mientras iba hacia las escaleras para acceder al segundo piso. Caminó hasta dar con la habitación de su mejor amigo, sin esperar lo que encontró al otro lado de la puerta.
—Por el amor de Dios... —susurró, entre las nueces.
—¡Sálvame! —chilló él, cubierto de una especie de babaza verde por toda la cara.
Su madre le dio un golpe en la cabeza un poco fuerte. —¡No hables! ¡Vas a arruinar mi mascarilla, renacuajo! —entonces la señora Jung volteó hacia Hakyeon, quien cuando vio su sonrisa diabólica temió por su vida.
—Es bueno que hayas venido... Mi hijo necesitaba algo de compañía —le guiñó un ojo.No podía dejar de acariciar su rostro frenéticamente, ¡se sentía realmente suave!
Taekwoon, por su parte, lo miraba con asco mientras trataba de atarse su corbata.
—¿Si tanto te gusta por qué no te haces tu el hijo de mi madre?
Hakyeon lo miró con diversión. —La señora Jung es el tipo de persona que sólo consigues soportar unas horas, lo siento.
Su amigo se quejó en voz alta mientras desistía de la corbata y pasaba a ponerse el resto del traje. Se veía realmente guapo. El mayor apartó esos pensamientos mientras se ponía de pie.
—¿En dónde está el salón de ceremonias, por cierto? —preguntó en lo que se acercaba para arreglar la maraña que se había hecho Taekwoon en el cuello.
El más alto lo miró con una sonrisa.
—¿Qué tal si hubieses tenido que ir solo? —bufó al mismo tiempo que Hakyeon acababa de ajustar la corbata y se alejaba—. En Myeongdong.
Sus ojos se abrieron en sorpresa. Recordó la nota de Wonsik, que le había indicado la misma dirección; Taekwoon no se dio cuenta de eso, sin embargo, pues su madre entró a avisarles que ya debían irse.~*~
No creía lo que veía. Hakyeon no podía creer en lo que estaba frente a sus ojos. Su pulso se aceleró erráticamente mientras seguía observando con estupefacción al hombre subido en la tarima, al lado de la ahora prometida.
—Así que Jung Taekwoon, espero que cuides muy bien de mi hermanita —dijo Wonsik, mientras subía su copa hacia los demás—. O te perseguiré hasta el infierno, ¡salud!
Todos los presentes, menos Hakyeon, soltaron una risa antes de beber de sus copas. La mirada del menor se dirigió a la suya, para posteriormente señalar con su cabeza una puerta más allá de ambos. No dudó en excusarse de la mesa y encaminarse hasta ahí rápidamente.~*~
—¿Por qué me lo ocultaste? —espetó hacia Wonsik—. ¡Realmente no entiendo cuál era el motivo!
—¡Pensé que si lo sabías, ibas a odiarme a mi también!
—¡Eso es ridículo! —gritó a cambio, ciertamente enfadado.
Wonsik puso una mano en su pecho.
—¡¿Y yo cómo podía saberlo?!
—¡Porque me gustas y es obvio, imbécil! —cuando Wonsik soltó un quejido y se apretó el pecho con más fuerza, Hakyeon cortó la distancia entre los dos y lo tomó por los hombros—. Lo siento. Podemos hablar civilizadamente, lo siento.El menor soltó una risa queda. Ni siquiera podrían discutir como cualquier pareja, él estaba equivocado. No podía hacerle eso a Hakyeon... No podían estar juntos.
—Está bien... —susurró, para después abrazarlo y hundirse en el olor de Hakyeon.No hubo tiempo para preguntarse nada más, gritos proveniente del salón los regresaron a la realidad. Parecía que la pareja estaba oficialmente comprometida.
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[HIATUS] Un Millón de Piezas • {Navi Mini Fic}
FanfictionUN MILLÓN DE PIEZAS - "Y una perdida" | NAVI MINI FIC En las calles de Venecia, Cha Hakyeon admitió que podría pasarse todo el día sólo contemplando el agua clara y corriendo tras las gaviotas que se posaban por allí. A pesar de la cantidad de gente...