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Algún día sentirás el silencio romper tus oídos de manera ensordecedora y entenderás lo que duele la ausencia de una palabra de amor. Algún día sentirás en la ausencia, como tu vela se apaga lentamente con el roce del aire de la indiferencia. Algún día tus labios se partirán resecos de tanto desear un beso y no poderlo tener. Algún día despertarás y sentirás los rayos de sol caer sobre tu piel y sentirás como lava ardiente que arde, que quema, que tortura hasta las entrañas. Algún día te cansarás de estar frente a la puerta esperando tu llegada, tu presencia, y tu paciencia se morirá y el olvido llegará. Algún día te tocará ser la amante y no la amada, y esperarás, y entregarás, y rabiarás, y llorarás, de sentirte ausente frente a los ojos de la persona amada, de no sentirte en esas manos que tanto te tocaban, de no encontrarte en las palabras que antes te pronunciaba, de dar amor a manos llenas sin recibir lo mismo. Algún día pasará, algún día y, cuando llegue ese día, cuando yo esté muy lejos, cuando mi silencio te hable, cuando mi ausencia te acompañe, cuando mi amor ya no sea tuyo, cuando tus manos se vuelvan ásperas y estén cansadas de ya no tener a quien tocar, cuando mi olvido te cobije, entonces, en un suspiro, te vas a acordar de mí.

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