Capítulo 8: La verdad sale a la luz.

48 6 0
                                    

Tras llegar a la casa proporcionada por Sergio, o como le gusta que le llamen ahora, ''El Jefe'', había algo que no nos cuadraba: ¿Cómo ha podido montar sólo esta pequeña ciudad de supervivientes? A no ser...

Ángel: Y si ha asesinado al antiguo dueño de esta zona? Y los demás residentes de este lugar no quieren decir nada por miedo a ser asesinado o algo peor... -Propuse.

Angélica: Llevas razón. Alguien como Sergio nunca sería capaz de crear un refugio...

Álvaro: Temo por la vida de Lola. Con lo que ha cambiado este hombre, no quiero ni imaginarme lo que le puede llegar a hacer a su antigua amiga... -Dijo en tono de lamento.

Ángel: Vayamos unos cuantos a comprobar que Lola se encuentre en perfectas condiciones. ¿Quién se apunta?

Todos miraban hacia abajo. Tenían miedo de que les pasara algo. No dejaría que eso ocurriese pero estaban en la duda. Hasta que Alba rompió el silencio incómodo:

Alba: Yo iré contigo. Necesito perder el miedo que le tengo a este mundo de mierda. Si debo de morir hoy, que así sea.

Afra: Estoy de acuerdo. Yo también iré a revisar el estado de nuestra amiga Lola.

Ángel: Álvaro, quedate al cuidado de Angélica. Tyresse, vigila bien la zona. Si viene algún guardia de la zona a ver si estamos bien, haceros los dormidos. Que no descubran que estamos fuera de la vivienda. Por cierto, ¿y Sasha?

Tyresse: Quería estar sola un rato. Se fue a la casa de al lado y aislarse del mundo. Debe superar la muerte de John. Dejémosla.

Alba: Pobrecilla... Mañana iré a ver si está mejor.

Los tres salimos con cuidado de la casa, sin hacer ruido que alertase a los guardias que vigilaban el perímetro. Hacía viento, demasiado para mi gusto. Podía escuchar las canciones que cantaban los residentes borrachos que se metían en un bar-house, es decir, que en una casa habían puesto una barra con bebidas. Si estabas muy borracho, te quedabas allí a dormir la mona.

Al fin llegamos a la residencia donde se encontraban los enfermos. Fuimos mirando puerta a puerta, para buscar a Lola. En cada puertecilla, había una placa con un número de habitación. La verdad es que estaba bien organizado. ¡La encontramos! Estaba en el cuarto 125.

Afra: ¡LOLA! ¡Qué alegría verte! ¿Cómo estás?

Ángel: Shh, no grites. ¡Qué nos pillan!

Afra: Ah, es verdad. Lo siento.

Lola: Oh...Chicos...Como os pillen será horrible...

Alba: ¿Por qué? ¿Qué ocurrirá si...?

Lola: ¡IRSE YA! No habéis visto nada de lo horroroso que es este lugar. Es... *tose*. Sergio no es el mismo. A la gente enferma se la lleva a una habitación aislada de esta. Pero se puede escuchar cada grito. Cada lamento..

Ángel: ¿Qué les hace en esa habitación?

Lola: Lo que hace es...

De pronto, escuchamos un ruido de una camilla arrastrándose. La mujer que llevaba dicha camilla canturreaba una canción. Sentí un escalofrío muy grande que recorría toda mi espina dorsal. Ahora, verdaderamente, estaba asustado.

Lola: ¡Debéis marcharos ya! ¡No podéis estar aquí! Hay alguien en nuestro grupo que está ayudando a Sergio a hacer estas terribles cosas. Es...

De pronto, un disparo retumbó la sala. Había alcanzado a Lola en la frente. Muerta en el acto.

Sergio: ¿Creíais que no os vigilaba? Seguí vuestros pasos hacia aquí tras un chivatazo. Oh, pobres de vosotros. Confiásteis rápidamente en esos tres y mira por donde, habéis acabado aqui. ¿Casualidad? QUE VA.

Alba: ¡QUÉ LE HAS HECHO A LOLA! ¡¡ANIMAL!! *Se abalanzó contra Sergio, agarrándose al cuello*

Ángel: ¡Alba, no! ¡Podría matarte a ti también!

Sergio: Mm, nop. No soy tan malvado. Con matar a uno de vosotros al día, nos viene bien.

Afra: ¿Qué quieres decir?

Sergio: ¿Os creísteis que Crawford era un sitio perfecto? A ver, lo es, pero ¿cómo conseguimos la comida? ¿Nos cae de los árboles o algo por el estilo? Ojalá fuera así. Me ahorraría el trabajo sucio, la verdad. No me enrrollo más, voy al grano. La gente que está enferma y suponemos que no van a sobrevivir, las cortamos en cachitos y las servimos como ración para el mediodía e incluso, sobra para la cena. De esta forma, no nos molestamos en cazar. Bff, con el frío que hace actualmente da pereza ir a cazar uno de esos bichos.

Alba: Es decir, que no has matado a Lola para que no hablara del tema, si no para cocinarla mañana. ¡Madre Santa! Sergio, ¿cómo has llegado a este punto..?

Sergio: La supervivencia, querida. Ahora que lo sabéis todo, ¡BUENAS NOCHES!

Sentí que algo me golpeaba la cabeza fuertemente. Me quedé inconsciente.

~Siento no haber continuado con la historia. Os pido disculpas, ya que he estado muy ocupado anteriormente con los exámenes y cuando me metí en mi cuenta para crear otra historia, ya que esta no la encontraba, no me salía hasta hoy, por fin, que me salió. No entiendo ese fallo tan grande en el sistema pero bueno. Espero que sigáis leyendo esta historia y si queréis, leeros la otra que estoy haciendo. Me da pena eliminarla, a si que llevaré para adelante dos historias a la vez (espero no morir en el intento). ¡Gracias! Os quiero, lectores :3~

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 04, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Zombie LandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora