Capítulo XIV

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- Es sorprendente verte por acá - mencionó él cuando entraron al camarin - teniendo en cuenta que no recordas nada y ayer me echaste de casa.

- ¿Eso es un reproche? - investigó ella recorriendo el camarin y encontrándose en varias de las fotos que había allí.

El negó divertido - ¿Querés agua? ¿Otra cosa? -le ofreció Bruno.

- Estoy bien así - dijo ella mirando cuidadosamente una foto en la que se estaba abrazando con Bruno y también estaban sus amigos, Congo y Dalila.

- ¿Puedo saber como llegaste? ¿Le preguntaste alguno de tus amigos quien soy finalmente? Ahora sabes que era tu novio.

No importaba cuanto hablará él, Micaela seguía concentrada en la foto. Se vio a si misma. Vio a Bruno. Todo tuvo sentido, ella lo amaba, no se acordaba pero lo sentía.

- Se me borró la memoria, no los sentimientos. - Habló finalmente. - No sé quien sos y no le pregunté a nadie pero en sueños tuve destellos de recuerdos de nosotros. Me guíe por mi corazón y acá estoy.

- ¿Eso quiere decir que te acordaste aunque sea un poco de mi? - preguntó con emoción el campeón verde dándose cuenta que no estaba todo perdido con ella.

- Sólo fueron sueños en que recordé ciertas cosas... - menciono la rubia ruborizandose - como besos.

- ¿Soñaste que te besaba? - preguntó divertido y juguetón él.

- Estaba durmiendo, fue un sueño. Pero sé que eso paso. Era un recuerdo - afirmó Micaela. - Estaba enamorada de vos. Mucho.

- ¿Estabas? Ese verbo está en pasado - pensó dolido Bruno.

- Cuando me desperté no estabas a mi lado. No sabía que tenía novio y...

- Quiero explicartelo yo. Por favor. - Le pidió él y ella asintió dándole paso. Bruno tomó una gran bocanada de aire y se sentó junto a ella. - Fui un cobarde, esa es la verdad. Cuando más me necesitabas me fui... te deje sola. Porque yo no soporte verte dormida en esa cama de hospital llena de cables y respirador. Fue desbordante para mi, no te imaginas lo doloroso que era verte en ese estado. Saber que tu corazón latía pero no vivias. Sólo fui una vez, no pude volver. Era insoportable no tener sonriendo y diciéndome que me amabas. Fui egoísta y pensé en mis sentimientos. Nunca tendría que haberte dejado de visitar. - Reconoció entre lágrimas Bruno. - Pero quiero que sepas que nunca deje de preocuparme y de amarte. No estuve con nadie más, fui fiel a vos todo este tiempo.

- Bésame - le pidió sorprendentemente Micaela cortando su discurso. 

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