Polvo serás

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~Elisel~

Justo cuando pensé que no había nada peor que no poder comer pizza en día de descanso, hago volar todo un restaurante con gente que parecía buena onda dentro. 

Tras presenciar la segunda explosión, y ver como una gran humareda y escombros me rodeaban, fue inevitable odiar al tipo que me hizo hacer eso.  Y espero de corazón, que se pudra en lo mas profundo del Infierno.

Me incorporé rápido al escuchar las sirenas de las ambulancias y los bomberos acercarse. La gente miraba aterrorizada el lugar, tomaba fotografías, pero nadie se aventuró a entrar por si había alguien vivo. Quizá porque eran gallinas, o porque podría estropearse su estúpido celular...o quizá era muy peligroso. Estaba muy conmocionada.

Me alejé rápido del grupo de chismosos, y busqué una manera de entrar. Mientras el primer piso ardía como una caldera, en el segundo mermaban las llamas. Pero no había nadie en el segundo, mas que ese bastardo.

Algo  me decía que era en vano. Pero mi cargo de consciencia era mayor. Entré.

Cubrí mi nariz para no aspirar el humo. Para sentir una esencia de vida, es necesario estar cerca. Me acerqué lo suficiente evitando acercarme a las llamas grandes. Todo era rojo y amarillo. La luz y el calor era casi insoportable, todo se encontraba alrededor de grandes lenguas de fuego. El escozor en los ojos era intolerable. Y los pulmones ardían por el humo.

Aun así...cerré mis ojos y me concentré. Pensé en la vida. En el centro de todo. En los rostros apacibles de toda la gente que esperaba una simple pizza para pasar el rato, y ahora no volverá nunca más. Recordé lo último de ellos y esperé...

Nada...no hay nada.

Mis ojos empezaron a lagrimear. Tal vez por el humo, o por la culpa.

Me concentré de nuevo. 

Nada! No hay nada! No hay nadie!

Las lágrimas cayeron. Los maté a todos. Aun y cuando ese maldito se haya fundido en llamas, el resto no lo merecía. 

Salí del lugar y me alejé hacia la costa lo más rápido posible. Miré el sitio en llamas, y los bomberos llegando para extinguir el símbolo de mi error. 

-No quedará nada...nada!-grité, y sentí el dolor en mi pecho, y luego en mi cabeza. Mi ira se proyectó a ese punto. De pronto, el lugar dio una gran explosión. Todos buscaron refugio rápidamente y yo solo vi fundirse el lugar, con el maldito insecto dentro. - No quedará nada -seguí- Nada de ustedes, y como este lugar, ustedes se fundirán. No quedará nada de ustedes, malditos infames, lo quemaré todo, acabaré con todo, los dejaré en polvo, como a éste lugar...- 


La Culpa Es De AsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora