Capítulo 1.

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Alejandro y yo comenzamos a hablar muy seguido y nos preguntábamos cualquier tipo de cosas con la finalidad de conocernos cada día más.

– ¿Qué quisieras para tu futuro? – preguntó él. La verdad es que no me gusta hablar sobre temas personales, me cuesta abrirme muchísimo pero con él me sentía confiada.

– Pues, quiero estudiar medicina y ser conferencista, aunque también me gustaría cuando ya tenga mi vida hecha, asociarme a una fundación contra la discriminación. – y ahí está, lo que nunca había dicho, se lo estaba contando.

– Wow. ¿Y qué hay de formar una familia?

– Cuando termine de estudiar medicina general quisiera buscar tener un hijo, no antes, ya que interrumpiría mis estudios. Mientras tanto, dar conferencias y luego estudiar una especialidad.

– Me gusta eso de ti.

– ¿Qué cosa? – pregunté algo extrañada.

– Que sabes lo que quieres hacer en tu futuro, pues hoy en día la mayoría de los adolescentes solo viven por vivir y no se dan cuenta de todo el camino que les queda por delante y lo más probable es que cuando sean mayores, no sabrán qué hacer.

Me comprende muy bien y yo a él, sabe escucharme y qué decirme cuando estoy en un mal momento. Nos queremos, nos apoyamos, nos entendemos, nos divertimos y nos gustamos aunque no se lo hemos dicho el uno al otro, pero, hay un solo problema: 210 kilómetros que nos separan.

En estos momentos estoy pasando por una situación algo complicada, me deprimía con facilidad, quería estar sola, no quería hablar con nadie, solo con él. De alguna forma me aliviaba el dolor, me sentía segura y protegida a su lado. A pesar de que me muestro fuerte y segura con los demás, la verdad es que soy una chica bastante insegura de sí misma y con la autoestima muy baja, pero él, solo él me hacía sentir mejor.

Al poco tiempo de comenzar a hablar todos los días, tuve un problema familiar y como castigo, me quitaron el celular, lo único con lo que podía hablar con él y sentirme bien. Digamos que mi mamá es un poco sobreprotectora y no le gustaba ni siquiera que hablara con chicos así que me revisó el celular y unos nervios me invadieron.

­­– ¿Quién es Alejandro? – preguntó mi mamá con expresión seria luego de preguntarme por otros chicos. Me asusté, pensé que me diría que no hablara más con él así como hizo con varios.

– Un amigo. – respondí seria tratando de ocultar mis nervios.

– ¿Y por qué te manda corazones?

– Nosotros somos así.

Enamorados a pesar de la distancia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora