Capítulo 3.

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***PREVIAMENTE***

Ya ha pasado aproximadamente un mes desde que Alejandro me dijo que le gusto. Nos hemos hecho más unidos, hablamos más por teléfono, nuestra confianza y cariño era mayor; reíamos a cada momento y hablábamos todo el día sin aburrirnos.

Aunque no lo pensé, ni siquiera se me había pasado por la mente, me dijo algo muy importante que cambiaría algunas cosas...

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– No quiero obligarte a decirlo... pero te amo – dijo, así, de la nada. Estoy empezando a creer que le gusta darme sorpresas con sus declaraciones.

No estaba preparada para eso, ¿enserio me ama? Yo siento muchas cosas por él, pero... ¿amarlo? No estoy muy segura, ¿y ahora qué le digo? No quiero dejarlo en visto tampoco por mucho tiempo.

¿Qué hago?

Bueno, él se debe imaginar que no lo amo al decir "no quiero obligarte a decirlo". Debo calmarme.

– Te quiero muchísimo, mi príncipe ❤– le dije. Eso está bien, ¿no? Al fin y al cabo, estoy siendo sincera.

– Gracias.

– ¿Por qué?

– Por ser sincera.

– Ale...

– No te preocupes, princesa. Prefiero mil veces que me digas un "te quiero" sincero a un "te amo" falso; todo a su tiempo. Yo te amo, es cierto, pero no por eso quiero que tú me digas que me amas sin antes sentirlo.

– Gracias por entenderme.

– Tranquila. Yo quiero tener una relación seria contigo, porque estoy enamorado de ti a pesar de la distancia; cuando te sientas preparada y creas que es el momento, aquí estaré. Además, no quiero que tengas problemas con tu mamá por mí, así que cuando estés segura, seremos más que amigos. Por ahora, somos amigos, pero aun así te soy fiel y sé que tú a mí también.

Wow, un chico como él no se encuentra fácilmente. Hoy en día hay muy pocos. Él no me lastimará, o eso creo... no, no creo que lo haga.

Mi mamá no me dejaría tener novio, haría que me separe de él y eso es lo que menos quiero así que lo mantendré en secreto, es lo mejor. Él me hace feliz y quiero que siga siendo así por mucho tiempo, mi papá no se enteraría, está fuera del país así que no hay problema; aunque si estuviera aquí, tampoco lo habría, puesto que no me presta atención.

Aun no estoy preparada, pero siento que pronto lo estaré.

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– Hoy voy a salir, me invitaron a una fiesta. – casi todos los fines de semana lo invitan a una fiesta y pues no me molesta, solo que no me gusta que él tome.

– Está bien. – dije, tratando de ocultar que me incomodaba. No funcionó.

– No te pongas así, cariño. No consumiré alcohol, por ti yo hago lo que sea con tal de que estés bien conmigo. – contestó en un intento de tranquilizarme.

– No quiero que cambies tu forma de ser por mí. No me gusta y no estoy de acuerdo en que la gente cambie por otras personas; pero siempre hay una excepción, ¿no? Sabes el por qué odio el alcohol. Claro, un brindis, un almuerzo, pero pocas cantidades, solo no me gusta que una persona consuma tanto hasta un punto donde se emborrache. ¿Entiendes?

– Sí princesa, entiendo. Tranquila, todo estará bien.

Sinceramente, no estaba tranquila y no creía que todo estaría bien. La razón por la cual no me gusta el alcohol es que mi padre es alcohólico. No, no es de esos que beben todos los días. Y es que no hace falta consumir alcohol todos los días para ser alcohólico. O por lo menos para mí. A mi parecer, hay dos tipos de alcohólicos: los que consumen licor todos los días y los que lo consumen esporádicamente, pero no se controlan.

Los dos son agresivos, los dos tienen sus consecuencias tanto para la persona que lo hace como para los que lo rodean.

Los dos son muy, pero muy malos.

Ahora, volviendo al punto, mi papá es de esos que toman esporádicamente, pero no se controlan. Toma y toma y toma y sigue tomando, toda la noche o, si comienza en la tarde, toda la tarde y toda la noche. Cuando termina, mejor dicho, cuando se le termina la bebida, insulta a todo el que se le atraviesa, se vuelve agresivo verbal y físicamente y un sinfín de cosas más.

Eso me ha dejado, digamos, un trauma psicológico.

No se me hace fácil confiar en el "todo estará bien" de Alejandro, pues, mi papá también lo ha dicho, mi papá lo ha jurado, prometido y si dura más de dos semanas sin tomar, es porque no tiene el dinero.

Pero tengo la esperanza de que Alejandro no sea así, de que él si lo cumpla, pero, a pesar de eso, no se me hace fácil confiar es sus palabras; pues, de mi papá entendí, que si él me falla, cualquier hombre puede hacerlo.

Solo me queda esperar a ver qué sucede en esa fiesta.

O qué me cuenta él.

Después de todo, 210 kilómetros se interponen entre nosotros.

Unas horas después, cuando Alejandro ya tenía un tiempo en la fiesta, me cuenta que no ha consumido alcohol.

– Unos amigos me dijeron marico por no querer tomar.

– ¿Qué están bebiendo?

– Cerveza.

¿Qué debo hacer?

No quiero que lo ofendan y menos por mi culpa. Un poco no estaría mal, ¿cierto?

– Mi amor, no te dije que no consumieras ni gota. Si yo voy a una fiesta, pues claro que tomaré, pero poco. Sabes que no me gusta que la gente cambie por otras personas.

– Tranquila, esto lo hago por ti y por ti hago lo que sea. No me molesta.

– Gracias.

En realidad se lo agradezco, pues, veo sinceras sus palabras. Además, otras veces, cuando se ha emborrachado, antes de que supiera que no me gusta eso, no ha demostrado ningún cambio en su conducta; puede que él sea distinto, puede que su organismo asimile el alcohol de forma distinta, ¿no? Quién sabe... Pero, de igual forma, no quiero arriesgarme. Nadie sabe qué pasará en un futuro. ¿Y si las cosas van bien y algún día nos convertimos en marido y mujer? No quiero pasar por lo que ha pasado mi mamá y no quiero que mis hijos pasen por lo que yo he pasado.


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Nota: cuando coloco ">>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>" es para indicar saltos en el tiempo; es decir, que han pasado días, semanas o meses.

Gracias por leer ❤❤ me gustaría que dejaran un comentario y me cuenten cómo les va pareciendo la historia.

Los quiero ❤

Enamorados a pesar de la distancia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora