Capítulo 12.

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***PREVIAMENTE***

— Lauren, sabes que te amo, ¿cierto?

- Sí...

— Quiero tener un futuro junto a ti, quiero casarme contigo, tener hijos. Quiero todo junto a ti, Lauren... - dijo nervioso pero decidido.

— ¿Qu... qué me quieres decir? - ¿acaso está diciendo que quiere que volvamos?

— ¿Me das una segunda oportunidad? - me dijo con algo de temor en su voz.

***********

— Alejand... — me interrumpió al notar que no estaba muy feliz.
— Por favor, Lauren. Dame un segunda oportunidad. Todo estará bien y será mejor que antes. Te lo prometo. — me dijo casi suplicando.
— Alejandro, lo mejor es que... — no sabía cómo decírselo, no quería lastimarlo. — necesito pensarlo.
— Lauren, por fav... — ahora lo interrumpí yo, pero un poco molesta.
— No insistas, Alejandro. Ya te dije que necesito pensarlo. Tú te tomaste tu tiempo y yo necesito tomarme el mio. Además, no me prometas nada, ya no creo en eso; antes me prometiste que nunca me lastimarías — le dije resaltando las últimas palabras — y adivina, ¡lo hiciste! Me lastimaste y mucho, así que mejor no prometas nada. — le dije fríamente.
— Está bien... — me dijo soltando un suspiro.
Estuvimos hablando durante aproximadamente una hora, aunque fue un poco (mucho) incómodo, pero se iba pasando con el tiempo. Estuvimos hablando de cualquier tema, hasta que, como siempre, alguien la corta.
— Lauren, la comida está lista. — me dijo mi mamá abriendo la puerta de la habitación.
— Bueno, no he pensado mucho en eso, pero me gustar... — se interrumpió — oh, bueno, ve a comer.
— ¡¿Escuchaste?!
— Sí, tu mamá tiene un tono de voz alto — dijo entre risas.
— Pues sí... Bueno, iré a comer. Te escribo en un rato.
— Está bien. Te amo.
— A... adiós — le dije, pues me encontraba confundida en ese momento y colgué.
Puedo decir que la comida me calló un poco pesada por estar pensando en la propuesta de Alejandro. Hubo un momento en el que dudé si en realidad lo amo o no, si esto es algo pasajero o que puede durar. Después de todo, es una relación a distancia.
A lo mejor lo que tenía es una obsesión, ¿por qué no?
Pero tengo miedo de quedarme sola, de sentirme sola de nuevo.
— Lauren... ¡LAUREN! — me gritó mi mamá haciéndome salir de mis pensamientos.
— ¿Me estabas hablando? —  le dije un poco confundida y aturdida por su semejante grito.
— Sí — dijo en un tono obvio — te buscan.
— ¿Quién? ¿Dónde? — contesté sin ánimos de recibir visita. Sin ánimos de nada.
— Anda y averigua, creo que te agradará. Y quita esa cara.
Salí de mi cuarto para encontrarme con esos ojos azules, esos ojos que tienen un mar donde puedes perderte fácilmente; esos labios rosados y carnosos que llaman tanto mi atención; esa sonrisa que me hace volar a las nubes, acompañada de esos hoyuelos en sus mejillas que me derriten.
Llegó lo que faltaba para hacerme confundir aún más.
— Hol... Hola. — dije aclarando mi garganta y ocultando mis nervios, aunque ellos salían a flor de piel.
— Hola... — me miró de arriba a abajo y se sonrojó.
Ya va, ¿por qué me mira y se sonroja como... Apenado?
— Lo siento por venir sin avisar — me dijo al mismo tiempo que miraba mi ropa y hacía un gesto de vergüenza.
Agaché mi mirada para verme... ¡SHIT! Aún no me había cambiado. Son las 3 pm y yo sigo sin quitarme mi pijama. Si es que a esto se le puede llamar pijama.
Llevaba puesto la parte de arriba del pijama, y abajo... abajo solo llevaba mi ropa íntima y yo lo olvidé por completo.
Pude sentir como mi cara se calentaba y mi gesto era de trágame tierra.
— Dis... Di..  Disculpa, ahora vuelvo. — le dije con toda la vergüenza del mundo y me dirigí a mi habitación lo más rápido posible.
Escuché una risa burlona y cuando volteé era mi hermano, lo fulminé con la mirada y entré.
Me puse un short jean con un crop top suelto que tiene los emojis de WhatsApp y unas vans. Me maquillé rápidamente muy natural y solté mi cabello. Coloqué un poco de perfume en mi cuello y muñecas y salí.
— Hola. Disculpa por eso, hoy no tenía planes de salir de la cama. — dije aún avergonzada.
— Tranquila, a cualquiera le pasa. Pero si vine en mal momento, tranquila, puedo venir otr...
— No no no, no te preocupes. Necesito despejarme en realidad... ¿Pasa algo? — dije interrumpiéndolo.
Oh, no... Bueno, sí. — dijo un tanto pensativo.
— Bueno... ¿Qué pasa? — dije caminando hacia el comedor para sentarme en la mesa e invitarlo a que se siente.
— Bueno, es que... Me gustaría que saliéramos... ¿Te gustaría un parque? Quisiera hablar... Ahm... Algunas cosas contigo. — dijo con dificultad y nervios a mil, por lo que yo también me puse nerviosa.
— Oh... Ehm, bueno... ¿Cuándo?
— ¿Te sirve mañana?
— Sí, claro.
En ese momento, Dylan recibió una llamada y yo fui a la cocina para invitarle un vaso de limonada y un poco de torta que había, pero al colgar, me dijo que tenía que irse por asuntos familiares.
— ¿Pasa algo? — pregunte algo preocupada.
— No, no es nada malo.
— Bueno, te acompaño a la puerta.
Fuimos hasta la puerta y nos quedamos mirando unos segundos y luego se despidió dándome un beso en la mejilla.
Muy cerca de los labios.
Esto no puede estar sucediendo... ¿Lo hizo a propósito?
Lo que único que necesito en este momento es menos confusión y eso es lo que Dylan provoca en mi: confusión.

Enamorados a pesar de la distancia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora