Encuéntrame en el aeropuerto.

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Mi preocupación por el paradero de Josh y las preparaciones de la mudanza decidieron unirse para convertirme en un amasijo de ansiedad. Mientras guardaba todas mis pertenencias y vida en viejas cajas de cartón, me preguntaba por qué él no estaba aquí para pasar los últimos días juntos. Supuse que todo esto le había afectado demasiado y que prefería no verme, así que decidí no hacer nada al respecto.

Fui al instituto a despedirme de los profesores y a pedir el traslado, también pregunté si habían visto a Josh, pero todo el mundo me contestó que hacía unos días que no iba a clase. Fui también a casa de la abuela, a llevarle un álbum con algunas fotografías nuestras y unas cuantas cartas, para que las leyese cuando me echase de menos, y, por último, me dirigí a la tumba de papá, a la cual llevé un ramo de tulipanes y narcisos, que eran las plantas que teníamos en el patio de casa en septiembre; estuve allí un rato, contándole mil historias y pidiéndole perdón porque no iba a poder visitarle tan a menudo cuando me mudase.

Los pocos días que me quedaban en Noruega pasaron a la velocidad de un suspiro, tanto que me vi en el aeropuerto con 5 maletas y unas tantas cajas de cartón esperando a que mamá volviese de la tienda de souvenirs. No estaba preocupada por tener que mudarme a otro país y comenzar una vida desde cero, porque la intranquilidad de no saber dónde estaba Josh se hacía cargo de que no pudiese sentir nada más.

- ¿Aún nos sabes nada de él? -escuché la voz de mamá aproximándose a mí-.

- ¿De quién?

- De Josh. Soy tu madre y no es muy difícil saber lo que te preocupa, se te nota demasiado en la cara. -dijo entre risas- ¿Por qué no has intentado encontrarlo durante estos días?

- Creía que no quería verme. -dije, algo apenada-.

- ¿Por qué no iba Josh a querer verte? -parecía algo confundida-

- No lo sé, prefiero no hablar de esto, ¿vale?

El ambiente del aeropuerto era una mezcla de sentimientos, personas que se iban demasiado lejos y se tenían que despedir de sus seres queridos, gente que volvía desde el otro lado del océano y reencuentros amorosos, yo colaboraba con el entorno negativo.

* ATENCIÓN PASAJEROS DEL VUELO 119 CON DESTINO A GALES, INGLATERRA: EL AVIÓN VA A EFECTUAR SU SALIDA EN 15 MINUTOS, LES ROGAMOS QUE SE DIRIJAN HACIA LA PUERTA DE EMBARQUE. *

Esto no podía estar pasando, no podía irme a vivir a otro país sin siquiera haber tenido la oportunidad de despedirme de Josh, de agradecerle todos estos años, su preocupación por mí, sus sonrisas para animarme cuando sabía que él tampoco estaba bien.

Escuché la voz de mamá.

- La distancia importa poco cuando alguien significa tanto para ti. -mamá hizo una pausa- Ahora vamos, ayúdame con las maletas y las cajas, que tenemos que coger ese vuelo.

Le di un abrazo a mamá por intentar animarme en medio de todo este lío y comenzamos a hablar sobre lo psicodélico que era el fular que se acababa de comprar mientras colocábamos el equipaje en un porta-maletas. Después, nos dirigimos hacia la puerta de embarque y nos pusimos en la cola que había, a esperar nuestro turno para entrar al avión que nos trasladaría a nuestra nueva vida.

Pasados unos minutos, asumí que Josh no iba a venir, pero sí creía que cumpliría su promesa de escribirme cuando ya estuviese instalada en mi nuevo hogar. A lo mejor, el último recuerdo de nosotros juntos que quería mantener era el de la noche en el tejado y no el de ambos llorando en un aeropuerto.

Pero entonces a lo lejos, pude escuchar su voz.

- ¡No te vayas aún, tengo que decirte algo! -Josh gritaba y zarandeaba sus brazos para que pudiese verle entre la multitud-

- Sabía que vendrías. -dije en voz baja-

Y observé cómo se acercaba a mí, mientras yo corría hacia él.

Who am I?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora