Germán alcanzó a leerle la mente a Ernesto un segundo antes de que se teletransportara. Fue una lectura difícil porque se ve que Ernesto estaban entrenado para no revelar su destino ni siquiera mentalmente. Pero el algoritmo que le había enseñado su padre era lo suficientemente poderoso como para penetrar las barreras del subconsciente.
Buenos Aires. Volvieron a Buenos Aires. Y de allí, de donde aparecieron, se subieron a un auto y se fueron. Astutos, muy astutos. No hay forma de que algún algoritmo detecte eso.
Pero no podía acudir a su padre sin resultados. Y si se trataba de una emergencia, verdaderamente tenía que ser urgente. A su padre no le gustaba que le hicieran perder el tiempo. Dice que por eso el abuelo murió, porque era una pérdida de tiempo lidiar con él, no aportaba nada. ¿Y qué sería de él, su hijo, si no aportaba nada?
Tenía que encontrar a esos dos.
Examinó más meticulosamente la zona. Luego movió el cubo; un algoritmo de incremento intelectual facilitaría la labor y ahorraría cualquier demora.
Su mirada se detuvo en un espacio vacío entre dos autos. Había un policía a pocos metros. Sabía lo que tenía que hacer.
Sin embargo, no halló nada tras leerle la mente. Podía hacer algo más... Su viejo le había dicho que había un porcentaje de error, de riesgo, pero que él lo hacía de todo modos. Quizás no sea tan grave. Incrementar la telepatía, ¿qué podría salir mal?
Una red invisible salió disparada de la mente de Germán y atrapó a todos los peatones. En menos de dos segundos todos los transeúntes le brindaron la información captada por su sentido visual en los últimos quince minutos. La mayoría alcanzó a ver abandonar su lugar a un auto verde, viejo y oxidado. Patente... Germán exprimió un poco más su cabeza. Patente IIZ 608.
Fua, eso fue difícil. Tuvo que acceder al subconsciente de varias personas simultáneamente. Si su padre supiera estaría orgulloso.
Se dirigieron hacia el Norte. Luego iría por ellos, antes tomaría una aspirina para matar esa espontánea e imprevista jaqueca.
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Algoritmos
Ciencia FicciónGonzalo es un chico que tiene poca relación con su familia. Tras la trágica y misteriosa muerte de su abuelo, los Coutinho se ven obligados a viajar hasta Santa Clara del Mar, una pequeña localidad ubicada a veinte kilómetros de Mar del Plata. Así...