Una historia interminable. (Dani y tú) Auryn.

Capítulo 8

CAPÍTULO 8

*NARRAS TÚ*

Íbamos dándonos la mano, mirándonos y sonriéndonos. Nos dirigíamos hacia el bar, no queríamos que nuestros amigos se preocuparan. Cuando llegamos decidimos soltarnos la mano para no crear murmullos ni nada de eso. Entramos y todos nos miraron.

-¿Lo habéis arreglado ya?-preguntó  Olatz preocupada.

-Sí, ya volvemos a ser amigos- conteste yo mirando a Dani y riéndome a la vez con él.

-Me alegro-dijo Ane G.

-Gracias-dijimos los dos.

-¡Oye! ¡Qué no os hemos presentado!-dijo Nerea  con cara de desesperación.

-Es verdad-confirmó  Pablo.

-Ésta es Ane G-dijo señalando a Ane G.

-Ésta es mi otra tocaya Ane S-dijo Ane E señalando a Ane S.

-Ésta es Leire o Leiretxu como queráis-dijo Patricia señalando a Leire.

-Y por último, ésta es Sarai, creo que todos la conocemos-dijo Silvia señalándola.

Yo miré a Sarai, sabía que ella no era mala persona, era muy buena persona a diferencia. Lo que había pasado no era por su culpa y todos lo sabíamos. Estuvimos hablando en aquel ba durante media hora.

-Una cosa-dije yo.

-¿Sí?-dijeron todos.

-¡Qué nos estamos perdiendo el concierto!- grité yo.

-¡Es verdad!-dijeron todos.

Salimos corriendo a ver el concierto, ya que el bar no estaba muy lejos. Cuando llegamos vimos que estaba terminando Pablo Alborán con “Quién”. Y esa fue su última canción, nos perdimos todo el concierto por estar hablando en un bar, pero he de decir que fue muy divertido, y a la vez, romántico.

A mí, que me encantaban  Pablo Alborán y Malú y no me cortaba ni un pelo fui al “backstage” para intentarme colarme. Todas las chicas me siguieron, y los chicos, en cambio, se quedaron fuera vigilando por si venía alguien. Aquel concierto cómo  no era cómo los que solían hacer no había tanta vigilancia. Por eso, era muchísimo más fácil colarse.

-Chicas-dije yo formando un círculo-hay que ir con cuidado y sigilo.

-Vale-dijeron todas en susurros.

Entramos por una puerta en la que ponía: Sólo Personal Autorizado. Por increíble e incrédulo que parezca, conseguimos colarnos. Nos sabíamos cómo les íbamos a decir a Pablo Alborán y a Malú que nos habíamos colado.

-Hola-les dijimos todas.

Ellos se dieron la vuelta y nos miraron, estaban hablando y felicitándose por lo bien que lo habían hecho.

-¡Hola!-exclamaron los dos.

-Pero bueno, ¿qué hacéis todas aquí?-pregunto Pablo Alborán.

Yo me ilusioné bastante, cómo todas las demás supongo.

-Pablo, eres mi ídolo, te quiero un montón. Has cantado genial-dije yo sonriéndole y casi desmayándome de la ilusión.