Capítulo 6: Por segunda vez

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CAPÍTULO 6

POR SEGUNDA VEZ

Las vacaciones siempre empezaban una semana antes de navidad. Aquella semana pasó tan rápido que apenas la noté. Pasé casi cada día con Louis y con Julia. Fuimos mucho al cine, y pasamos el rato simplemente caminando por la cuidad iluminada con luces de colores. También fuimos a la playa, a ver las olas encrespadas y a los surfistas extranjeros que esperaban esta época del año para surfear, ya que es cuando las olas son realmente altas en el puerto.

Louis se reía de ellos desde el malecón, diciendo que se congelarían y que estaban dementes. Julia y yo reíamos también.

Ahora estábamos de vuelta ahí. Sólo los dos. Ambos completamente abrigados, aunque el viento había disminuido considerablemente, como si Dios se hubiese apiadado de nosotros los humanos por ser un día antes de noche buena. Los surfistas estaban tendidos en la arena con sus trajes negros de neopreno[2].

—¿Nos gustaba el mar? —preguntó de pronto él, mirándome. Sus cabellos cafés se meneaban al son del viento.

Louis llevaba casi todos los días de la semana haciéndome esa clase de preguntas. No me molestaba responderle, lo que me molestaba era su tristeza mientras preguntaba.

—Sí —le dije. Minándolo directo a sus oscuros ojos y tomándolo de la mano —Nos conocimos en una playa.

—Me gustaría recordarlo —dijo, recargando la mejilla a la fría y lisa superficie de concreto de la barrera que nos separada del mar.

Acaricié su otra mejilla.

—Yo estoy segura que lo recordaras —le dije.

—Yo no creo. Mi cabeza está casi vacía.

—Hey —le dije, al tiempo que ponía mi cabeza en la barrera de concreto, de la misma forma que él —No importa si no recuerdas nada. Yo te lo contaré todo. Y si eso no te complace. Crearemos nuevos recuerdos juntos. Este ya es uno.

Él sonrió y se incorporó. Yo hice lo mismo.

—Y este es otro —dijo. Me atrajo a él y comenzó a besarme. Con tanta delicadeza y suavidad como si tuviéramos todo el tiempo de mundo, y me encantaba pensar que así era.

—Ah —recordé —Que no se te olvide —comenté cuando me aparté de él —mañana crearemos otro recuerdo más. Uno importante. Nuestra primera navidad juntos. No te atrevas a faltar.

Louis me miró sonriente.

—Me encanta cuando me dices que hacer —se mordió un labio provocadoramente y luego se echó a reír. Él no era de la clase provocadora, aunque bien podría serlo. Era hermoso.

—Sólo te lo recuerdo —le sonreí.

Mi madre solía volverse loca en las fiestas, no importaba que clase de fiestas fueran, podían ser cumpleaños, fiestas patrias o navidades, ella perdía la cabeza haciendo demasiada comida. Que de una u otra manera se terminaba acabando.

Este era el mismo caso. Habíamos pasado toda la tarde cocinando para recibir a nuestros invitados. Esta vez no pude evitar prestar un especial atención a todo ya que Louis era uno de ellos. Serian en total tres invitados.

A aproximadamente a las siete de la noche fui a mi habitación a arreglarme. Me duché rápidamente y me puse el vestido de color azul que mi madre había elegido para mí. Era un vestido un tanto entallado que me llegaba a ocho centímetros arriba de la rodilla, con una sola manga. Bonito pero sencillo, justo algo que yo misma hubiese comprado.

Solo una vez másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora