Erase una vez un relato

Escena eliminada de un fic que tal vez nunca escribiré

Se me pasó publicar aquí

Érase una vez un relato ESPECIAL de escenas eliminadas.

Título: Escena eliminada de un fic que tal vez nunca escribiré...

Inspirada de lo que creí/creo (para mi) que quisiera que pasara en HTTYD, proyecto que tal vez nunca lleve a cabo, pero esta escena es la única que sigue rondando por mi cabeza, por lo que creía que sería bueno que la escribiera.

Segundo fic de respuesta a la encuesta en Facebook.

Que lo disfruten.

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El grupo de vikingos se detuvo a descansar después de una exhaustiva búsqueda nada exitosa, era el problema de buscar en las gélidas y frías montañas de nieve que estaban cerca del epicentro de muérete de frío.

El día en ese lugar duraba sólo 6 horas, el resto era de oscuridad absoluta y si sentía que se congelaban en el día, en la noche era peor.

—Hay que acampar aquí. —ordenó el jefe a todos.

Sus amigos de siempre, su madre y su esposa lo acompañaban y rápidamente extendieron todo el equipo que llevaban para poder montar un campamento; como hombre precavido llevaban su propio equipo para encender una fogata. Ya que desde que los dragones se habían ido sin explicación aparentemente hizo a Hiccup tomar las medidas necesarias, desde equipos para acampar, así como un armamento pues sabía que Drago estaba detrás de todo eso.

Solicitó hacer la primera guardia, ya que no tenía sueño, desde que Toothless lo había dejado abandonado en aquella isla con Astrid no podía dormir del todo. Le preocupaba demasiado su amigo así como el resto de los dragones de todos los jinetes y de Berk en general.

Se cubrió con la manta para soportar el frio al mismo tiempo que miraba la llama, la cual vigilaba con insistencia que no se apagara.

— ¿Puedo acompañarte?

Se sobresaltó, sin embargo sonrió al escuchar la voz de ella. —Claro. —extendió la manta para ambos cubrirse con ella, Astrid se abrazó a él para brindarle calor al igual que Hiccup.

— ¿No podías dormir?

—No sin tu compañía. —coqueteó la chica. —En realidad sí, sólo que sentí un poco revuelto el estómago, debe ser por la horrible comida, no tiene buen sabor. Nada que ver con lo que ya aprendí a cocinar.

Eso hizo a Hiccup soltar una risita, recordó que apenas llevaba escasos cinco meses desde que se habían casado, en aquel entonces pensó que todo sería amor y felicidad, que él junto con ella, Toothless y Stormfly formarían una gran familia, dejando de lado los trabajos de jefe de él y de la guardia de Berk que dirigía su esposa.

Pero de un momento a otro ya no podía visualizarlo, no sin Toothless, su amigo, aquel dragón que le había dado el valor desde adolescente para hacer cosas que pensó que nunca podría hacer, el que le dio el valor para secuestrar a su ahora esposa aquel día y hacerla cambiar de opinión con respecto a los dragones, convirtiéndola de esa manera en su mejor aliada, defensora y amiga.

—Lo vamos a encontrar...—susurró Astrid al sentir su preocupación. —Confía.

— ¿Sigo sin entender por qué se fueron? —masculló Hiccup entre dientes. —No quisiera perderlo, sería lo mismo a como cuando perdí aquella vez a mi padre, no lo soportaría.

—Hiccup, no pasará... Toothless nunca te dejaría.

—No estoy tan seguro Astrid, ¿no recuerdas cuándo nos dejó en aquella isla? Fue tan extraño, jamás lo había visto así, no quiero perderlo ¡a nadie! Siempre he tenido que lidiar con pérdidas; primero mi madre, que gracias a los dioses estaba viva, luego mi padre y ¿ahora? ¿Toothless? ¿Quién seguirá después? ¿Tú? —señaló con desesperación.