Brutal Love {Ambreigns}

[15.See you soon, my brutal love]

¡Una cosa antes de empezar! Este capítulo será narrado desde la perspectiva tanto de Dean como de Roman, por lo que tendremos mucha información que asimilar. 

Espero lo disfruten :)

Mis nudillos golpearon cansados el vidrio de la puerta, dejando caer suavemente mi brazo en espera de alguna señal dentro de la cafetería. No tardé en escuchar un par de pasos, para que luego estos se apresuraran y la pelinegra se mostrara con un preocupado ceño fruncido frente a mí. 

—¿Por qué estás tocando?—exclamó mi jefa al otro lado de la puerta, acercándose apresurada a abrirla a pesar de ello.— Jonathan, puedes pasar si quieres no tienes que...—me lancé a sus brazos.—...tocar.   

No pude evitar rendirme a las lágrimas, por mucho que mis ojos dolieran luego de tantas veces en las que me había dejado llevar por el llanto. Pero los brazos de Nicole me acogieron al instante, brindándome caricias reconfortantes en la espalda y dejando que mi rostro se escondiera en la piel de su cuello. No parecía importarle que mi llanto le mojara la piel, solo me abrazaba y trataba de que no me destrozara por completo. 

Entonces decidí que sería la última vez que lloraría por Joe Anoa'i, la última vez que me dejaría caer en mi roto corazón. 

Esa sería la última vez en que sufriría por mi amor brutal. 

—¿Es en serio?—murmuró Nicole, manteniendo sus manos sobre la orilla de la mesa.— ¿De verdad te dijo que sabía sobre sus sentimientos por ti?

Asentí, con la mirada todavía en mi regazo y mi rostro reflejándose en aquella taza de chocolate caliente. A pesar de ello, podía sentir la mirada angustiada de mi jefa sobre mí a cada segundo en que estaba frente a mí. 

—Eso dijo...antes de que volviera a decirle adiós.—tomé una respiración, para a continuación soltarla lentamente en un suspiro.—Ya estoy cansado de las despedidas, Nicole. 

La chica de ceja perforada sonrió brevemente de lado, para a continuación estirar una de sus manos por sobre la mesa hasta alcanzar la mía con delicadeza. Me brindó una mirada reconfortante en cuanto nuestros ojos se encontraron.

—No más despedidas entonces, cariño. Todo va a estar bien, lo sé.—como pude, le sonreí.— Ya es hora de que ese corazoncito tuyo comience a sanar luego de todo lo que haz sufrido. 

Ella tenía razón, quería volver a tener esa felicidad que ansiaba. Y pensaba tenerla, a pesar de que esa parte principal que me la brindaba se había alejado de mí de una vez por todas. 

—Bien...—dijo el chico castaño, llegando con un delantal como el que solía utilizar al trabajar y una bandeja en su mano. Con cuidado puso un platillo frente a Nicole.— Una rebanada de tarta de crema y fresas para la bella reina de este lugar. 

La fémina le sonrió, ambos compartiendo una breve mirada cuando Nicole articuló un "gracias" con sus labios. Kevin no tardó en devolverle el gesto, para luego mirarme y con el mismo cuidado tomar el otro platillo en la bandeja de plata y dejarlo frente a mí. 

—Espero te guste el chocolate.—miré la rebanada de pastel, para luego girar mi mirada hacia él.— He oído que el pastel chocolate Suizo es lo mejor para animar a un corazón dolido. 

—Sí...—sonreí un poco, dejando que mis hombros cayeran y la tensión poco a poco se fuera de mi cuerpo.— Creo que tienes razón, Kevin. Gracias.—el gordito me sonrió de lado junto a un asentimiento. No pude evitar relamerme los labios antes de retomar el habla.— Oye, en serio que...lo siento por lo que...