[14.I'm a disaster in this Brutal Love]

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—¿Estás seguro de que estás bien?—murmuró la pelinegra de cabellos ondulados junto a mí.— Podemos volver al café, te quedas en mi oficina para que él no te vea...

—No voy a esconderme de Roman, Nicole.—sonreí levemente de lado.— Tengo una vida, al igual que él. Y no me perderé la inauguración del mural que yo pinté. 

Era increíble que pudiera sonreír, al igual que hipócrita el estarlo haciendo con el dolor que me atormentaba el pecho a cada segundo.

La fémina simplemente apretó los labios, pero a fin de cuentas asintió. Seguimos caminando, ella se apegaba a mi brazo cubierto por la camisa mientras la guiaba por los pasillos del edificio. 

Había recibido una llamada del director de la universidad, informándome que como el mural estaba terminado quería darle una ceremonia de inauguración adecuada. 

La idea de que tanto Allen como Roman estarían presentes en dicha ceremonia no me sonaba para nada atractiva. Pero quería estar ahí para ver terminada la primera cosa que parecía hacer bien en mi vida. 

Caminé con Nicole hasta una de las primeras entradas al campo de fútbol americano, abrí la puerta para ella, escuchando sus tacones resonar por el oscuro pasillo por el cual los jugadores pasaban algunas veces. Me dispuse a seguirla, hasta que mi vista se encontró con la escena delante de mis ojos. 

Conseguí agarrar el brazo de Nicole, tirando suavemente de ella para que se detuviera. Se me había secado la boca, y mi corazón latía con fuerza de una manera completamente dolorosa. 

—¿Jonathan? ¿Qué ocurre? ¿Te sientes bien?—preguntó preocupada de inmediato, solo pude negar. 

La ceremonia ya había empezado, todos los jugadores del equipo estaban sentados en frente de un pequeño escenario instalado sobre el campo. En este se encontraba de pie un hombre de cabeza rapada y traje elegante, supuse que era el director. 

Sentía que mi garganta se había vuelto un nudo, impidiéndome respirar e incluso escuchar el discurso que el hombre daba desde el podio. 

—Nicole...no puedo ir ahí...

—Dijiste que querías estar presente. 

—Sí, ya sé lo que dije.—murmuré casi exasperado.— Pero si voy hacia allá, estoy seguro que tendré que ver a Allen y a...Roman. No quiero ver eso. 

—¿Eso?

Me relamí los labios antes de poder decir algo que no sonara demasiado estúpido como todo lo que tenía en mi cabeza en esos momentos. 

—El dolor en sus miradas. No podría soportarlo.

Nos quedamos en silencio, siendo la voz del director hablando sobre el mural antiguo todo lo que podía escuchar. Mi jefa soltó un suspiro, para a continuación poner una de sus manos en mi hombro. 

—Iré a ver la ceremonia desde cerca, tú espérame aquí si quieres.—me miraba completamente seria, por lo que lo mejor que pude hacer fue asentir por muy inseguro que me encontraba.— Trata de calmarte, porque no deberías estar avergonzado de ir allá. 

—Lo que hice fue horrible, Nicole...

—Esto no tiene nada que ver con ellos dos, Jonathan.—me interrumpió, pareciendo algo exasperada ante mi bajar de mirada.— Se trata de un logro en tu vida, por muy insignificante que te pueda parecer. 

Ella tenía razón, pero realmente no podía. Tenía demasiado miedo de que mis emociones ganaran y terminara siendo un desastre frente a todo el mundo. 

—Entiendo si no quieres venir...Pero por favor, escucha el discurso y ve tu obra de arte siendo exhibida.—alzó sus cejas.— ¿Me lo prometes? 

Brutal Love {Ambreigns}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora