Cuando ya no se puede esperar más

Capítulo 4: Rivales.

Capítulo 4: Rivales.

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Porque es una maldición amar al que no te ama, y rechazar al que te ama porque no lo amas.

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Los rivales siempre son buenos... ¿o no? Todos aceptamos lo que creemos merecer.

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Marinette.

Nathaniel estaba enamorado en secreto (tan secreto como que Chloe es hija del alcalde y hace lo que se le venga en gana, sí, un gran secreto) de Marinette. Y estaba dispuesto a declarársele, porque él sabía que Adrien no la merecía. Sus dibujos eran increíbles y los que hacía de ella lo eran aún más, pero había algo que caracterizaba al pelirrojo del resto. Él poseía la perspicacia de un zorro, y fue por ello que descubrió el mayor secreto de los héroes de París: sus identidades como civiles.

En un principio comenzó con LadyBug, fue en un dibujo donde representaba un sueño que había tenido, un sueño que lo sentía más como una pesadilla. Él se convertía en un villano y lastimaba a Marinette, pero por alguna razón, ella se convertía en LadyBug. Fue tiempo después (y con muchas investigaciones a su familia, amigos, compañeros y el -glorioso- internet) que supo la verdad, y todos los recuerdos de cuando fue akumatizado volvieron a él (pero, ¡¿cómo es posible eso!? Tranquilos, todo a su debido tiempo). Durante mucho tiempo se sintió mal por hacerle tal cosa a su damita, hasta que recordó una conversación que tenía ella junto con Alya (fue pura casualidad, ¿espiar? ¿Qué es eso? ¿Se come?) y se sintió mucho mejor.

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Tiempo después de cuando Nathaniel fue purificado.

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El pelirrojo caminaba tranquilamente por el pasillo para asistir a su siguiente clase, hasta que vio a la chica que le había robado el corazón sacando unas cosas de su bolsita que siempre llevaba consigo, al parecer había perdido un boche que tenía para el cabello (y tenía forma de mariquita, pero miren que casualidad) Alya la acompañaba como de costumbre y se burlaba de lo descuidada que era su amiga. Rápidamente se escondió detrás de lo primero que vio (¿qué era? ¿Un pilar? ¿Un bote de basura? Ya ni se acordaba de eso). Casualmente, en donde se encontraba escondido divisó un destello, ¡era el broche que buscaba Marinette! ¿Y ahora qué hacía? ¿Se lo entregaba? ¿Esperaba? ¿Se hacía el loco y fingía que no lo vio? No, eso no era correcto... ¡Estúpida conciencia!

De pronto, Alya dejó de reír y la seriedad dominó sus facciones.

- Alya, ¿qué pasa? – preguntó preocupada Marinette.

- Mari, tú... estás bien, ¿verdad?

- ¿Eh? ¿De qué hablas? – ahora si se había confundido, ¿de qué hablaba su amiga?

- Hace unos días que Nathaniel te lastimó, sé que no era su culpa, pero... - Marinette sonrió, sabía de qué hablaba su amiga.

- Lo sé. Yo también me sorprendí. Chloe fue la causante de que alguien se volviera un villano, otra vez -soltó una risa – pero... estoy segura de que Nathaniel estuviera muy mal si recordara todo lo que hizo, él es un buen chico, con sentimientos nobles y puros. Créeme, la única víctima aquí fue él. No tengo nada que perdonar – claro que Alya no sabría que, literalmente, la única víctima fue Nathaniel, pues ella era LadyBug, ¿de qué manera podría ser una víctima en peligro?